❝ғɪʀsᴛ ʟᴏᴠᴇ❞ 🌿; ʜɪʀᴏᴍɪᴅᴏ

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❙ K i y a m a   H i r o t o ❙

El resto del día, funciona de forma mecánica. Me muevo por inercia. Por costumbre. No puedo permitirme un segundo de distracción. Si lo hago, caeré en cuenta de la situación, la culpa me va a consumir y la ola de pensamientos volverá.

Así que cuando el día ha terminado y es hora de ir a casa, me apresuro a guiar el camino a Ryuuji hasta mi departamento. No se que espero de esto. No se que sucederá o para que lo he invitado. No invito a nadie a casa.

Entro al estacionamiento de mi departamento con el auto de Ryuuji siguiéndome detrás, y cuando me acomodo le digo que puede dejarlo donde quiera. Unos minutos después estamos subiendo las escaleras que dan a la gran puerta de madera. Busco las llaves en mi bolsillo y la abro, de reojo puedo ver los ojos impresionados de Ryuuji recorrer toda la sala. No puedo evitar sonreír.

—Vives en una casa grande, eh.

—Bueno, si, algo.

—Que enviada...—, camina por la sala y toma asiento en el sofá. Sus ojos siguen girando por toda la habitación, y después paran en los míos—. Vamos, invítame algo de beber.

—Por supuesto, ¿qué quieres?

Ryuuji inunda la habitación de una agradable risa. Estoy demasiado nervioso que me he apresurado a caminar hasta la barra tropezando en el camino.

—Lo que sea estará bien, no tienes que preocuparte demasiado. ¿Quieres que te ayude con la cena—, asiento mientras lo veo acercarse—. Tu cocina es preciosa, parece sacada de algún programa de televisión.

—Si, pero... no la uso mucho.

—¿Cómo es que no usas una cocina como está?

—No soy bueno cocinando.

Ryuuji se gira hacia mi y sus ojos se abren un poco de más, una divertida sonrisa se asoma por sus labios.

—Ya sabía yo que no podías ser tan impecable. Estoy feliz de haber conseguido un defecto en ti.

Cuando lo dice sonrio. La cercanía entre nosotros me pone un tanto nervioso. ¿Qué es lo que quiero?, ¿qué estaba pensando al invitarlo? La situación luce tan cotidiana pero no puedo evitar sentirme culpable. Ryuuji tuvo el valor de decirme como se ha sentido, y ahora yo, con el lío en mi cabeza lo invito en un intento de tener respuestas. ¿No es un poco egoísta?, ¿no es un poco cobarde?

Quizá estoy deseando más de lo que debería, no quiero atarlo a alguien como yo. Y no quiero que sea de mi propiedad... pero ojalá siga queriéndome. Que aún sabiendo que podría estar con cualquiera prefiera perder el tiempo conmigo. Me veo a mi mismo deseando que aún provoque algo en él.

No puedo evitar sentir que la parte más horrible de mi está saliendo a relucir; el yo orgulloso y egoísta que más detesto.