❝Adolescentes.
La curiosidad y todos los sentimientos a flor de piel. Las canciones de moda. Lo que tienen el primer amor que de una u otra forma siempre deja huella. Todo el doble de especial, los primeros miedos y dudas. Los corazones saltando en...
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Salir con Hiroto era muy extraño. Ahora que éramos una pareja oficial se sentía raro estar en la oficina y no maldecirlo más, al contrario, ahora incluso buscamos más momentos en privado. No podía estar más avergonzado pero no por eso no lo disfrutaba. Me divertía un poco la forma en que cambiaba la manera de tratarnos en frente de los demás, era como si guardáramos el mayor secreto de la humanidad.
Todavía no hablábamos de lo sucedido en su habitación, y si era sincero, por ahora estaba bien. El mero recuerdo de eso me causaba escalofríos y una fuerte fiebre que sólo con duchas frías se iba, y eso cuando no estaba dormido y despertaba de repente lleno de sudor y pensando en Hiroto.
Después de charlar un poco, y no despegarnos el uno del otro ni por un segundo, nos fuimos a dormir. Si, a dormir. Sólo dormir. A la mañana siguiente casi me da un infarto al despertar con la respiración de Hiroto en mi nuca mientras me abrazaba por la espalda. También a partir de ahí controlaba menos los impulsos de mi cuerpo cada vez que veía a Hiroto haciendo cosas tan insignificantes como lamerse los labios, por supuesto, la culpa la tenía él. Debería ser delito, o es lindo o es sexy, las dos son demasiado.
Sin darnos cuanta la semana se había pasado en un abrir y cerrar de ojos. Era un sábado a las siete de la noche y yo me estaba preparando para ir al bar de la ciudad vecina donde nos encontraríamos con Reina.
—Ryuuji—, Hiroto se asoma por la puerta del baño mientras yo me recojo el pelo. En esta semana no nos hemos querido separar y vamos a la casa del otro para dormir juntos—, ¿ya estás listo?
He memorizado su rutina de noche, y cada vez que lo veo tomar pastillas de ese frasco a escondidas, se me parte el corazón. Él no tiene que sentirse avergonzado o ocultarlo más, ahora estábamos juntos, y no quiero pensar que me sigue ocultando cosas...
—Si, ya termine, ¿y tú?
—Igual, ¿Haruya quiere que lo recojamos?
—No—, saque del bolsillo de mi pantalón mi celular, mirando los mensajes que tenia en la pantalla—, dijo que ira directamente.
Cuando regresó la mirada al espejo puedo ver a Hiroto mirándome directamente, me sonrojo un poco.
—¿Qué?—, le digo mientras una sonrisa se expande por mis labios.
—Estás muy guapo.
Suelto una breve risa y esta vez me giro, cuando nuestros ojos conectan mi sonrisa se agranda y le extiendo una mano. Hiroto la toma suavemente, y entonces cortamos la distancia. Mis brazos rodean su cuello y él se amarra a mi cintura.
—Es decir, siempre me veo mal—, bromeo.
Toco con las yemas de mis dedos detrás de su nuca y siento como se estremece. Había encontrado una nueva adición en esta semana, me encantaba ponerlo todo desesperado. La cara que pone cuando toco de más, sus labios acelerándose contra los míos, el rubor en sus mejillas...
