0 1 8

410 32 4
                                    

;🍃

—Entonces me voy—. Haruya toma el saco del sofá y lo cuelga en su brazo izquierdo.

—¿Enserio no quieres quedarte?—, pregunto caminando hasta donde está—. Ya es muy noche...

Me preocupa un poco que Haruya se vaya. No tanto porque le suceda algo, sino que no quiero quedarme a solas con Hiroto —quien está mirándonos desde atrás serio—.

—Por fin la agencia me ha dado el auto—, me retira el pelo de la cara amable—. No te preocupes.

De puntillas me acercó a su oído mientras me sostengo por su hombro. Y le susurro:

—Me preocupa saber cómo demonios voy a resolver tus mierdas.

Suelta una sutil risa falsa y la vena en mi sien no deja de latir. Su mano se engancha en mi cintura y el también se inclina a mi oído.

—El imbécil me está matando con la mirada, ya quiero irme.

Esta vez me rio yo, pero enserio. Me aparto hechando una mirada atrás de mi, confirmando el aura amenazante de Hiroto.

—Ve con cuidado—, le sonrió. Camina hasta la salida y cuando abre la puerta lo llamo—. Oye.

—¿Hm?

—Gracias... por siempre cuidar de mi.

Se le extiende la sonrisa y me revuelve el pelo antes de irse. El sonido de la puerta cerrándose haciendo eco en la habitación.

❝¿El estará realmente bien? Nunca me dice nada❞—. Sabía que Haruya rara vez me hablaba de sus cosas, y que en realidad a él no le gustaba compartir sus problemas con los demás.

Siempre ha sido así, se guarda más de lo que debería.

Giro sobre mis talones y veo a Hiroto a unos metros de mi. Nuestros ojos encontrándose.

No quiero desviarle la mirada porque estoy harto de huir. Nos quedamos así un buen rato. Nadie dice nada, pero nuestros ojos lo dicen todo. Sé que ha venido hasta acá porque estaba preocupado, y probablemente también para preguntarme por la escena de aquella vez. La cejas se me juntas reprimiendo todas las emociones, es increíble todo lo que puedes aguantar sólo por no perder a alguien.

Me concentro en sus labios cuando los veo entreabrirse.

—Ryuuji...

—¡Es verdad!—, suelto de la nada sobresaltandolo—. ¿Quieres una cerveza?, compre un montón hoy.

—Claro, una estará bien.

Camino hasta el refrigerador y saco de el dos cervezas. Cuando lo cierro el aire me da escalofríos. Voy hasta el sofá con él y mientras le extiendo la lata me siento, y él me imita.

—¿Fue difícil encontrar un estacionamiento por aquí?

—Si, estaban todos ocupados—, lo veo relajarse y da un trago a su bebida—. Pero al final encontré uno en la siguiente avenida.

—¿Hasta la siguiente avenida?—, me rio—. Tenemos estacionamientos dentro del edificio.

—¿Qué?—, sonríe mirándome la sonrisa en los labios—. No lo sabía.

—¿Quieres cambiarlo?

—No hace falta—, inclina la lata a sus labios y bebe—. Me iré en una rato.

—Ya no puedes irte—, dije bebiendo ahora yo—. Acabas de beber.

Agitó la lata en mis manos.

—¿Hm?—, mira el recipiente confundido—. ¿Me quieres emborrachar?

❝ғɪʀsᴛ ʟᴏᴠᴇ❞ 🌿; ʜɪʀᴏᴍɪᴅᴏWhere stories live. Discover now