¡Un Phoenyx Enamorado!

Capitulo 1: Encuentro con el Dragón Blanco.

Érase una vez, en un reino muy lejano donde la tierra era basta y abundante. La humanidad tenía como propósito crecer, conquistar y gobernar.
Sin embargo, un día todo colisiono, provocaron la irá de los cielos y les dejo caer una terrible maldición, dividiendo familias, destruyendo todo lo que habían creado y sin más, aparto el conocimiento, sabiduría y liderazgo en cuatro dinastías.

Fueron creados en un parpadeo, mientras lo que se quedaron siendo únicamente humanos, fueron desterrados de la gloria que les pertenecía, haciéndose "Los Forajidos" temibles criaturas a la cacería, deseosos de más y más poder, destruyéndose entre ellos sin olvidar sus orígenes, sus deseos de conquista.

Las cuatro clases se unieron al destierro total de estos crueles cazadores, sin embargo, él mundo de ellos que yacen por encima del mundo Oscuro donde habitan "Los Forajidos", se mantienen en completa armonía y paz, dedicándose a la enseñanza de los dioses y a tener una vida digna y respetable.

En ambos universos, las razas tienden a poder procrearse entre si.
Lamentablemente, ante la guerra vivida después de la creación de dichas razas, los cielos atormentaron a todos, obligándolos a permanecer únicamente la procreación entre sus dinastías, prohibiendo así a los híbridos, para mantener las dinastías puras.

Los Dragones blancos, eran conocidos como los más cercanos a los dioses.
Escuchando la palabra y difundiéndola sobre los demás clanes.

La paz perduro cientos de miles de años, algunos alcanzan la inmortalidad o logran tener vidas largas y duraderas ante el cáliz de los dioses.

Pero eso está por cambiar, ya que en esta historia.
No se ha teñido de sangre lo suficiente para proteger al único ser que le ha vuelto la importancia de vida. Al menos, no la que ha dejado de sentir en años anteriores.

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-Lan Wangji, ¿Qué haces aquí tan apartado de todos?-

En los recesos de los cielos se estaba celebrando el aniversario del líder del Clan, a pesar de permanecer en la tierra, las montañas yacen a disposición de las nubes, haciendo un Clan peligroso y dominante a cualquier intruso.

-Mmh- Solo su hermano, sabia expresar sus emociones, sin embargo el menor de los Jades se encontraba desinteresado a la celebración.

-Nuestro tío esta por dar inicio a la festividad, ¿Por qué no unirnos?-

El menor se levantó del pasto, aquel bello paisaje entre montañas, repletas de árboles y forestación inmensa, el clima húmedo, placentero al tacto de cualquier criatura, envidiable ha aquellos ajenos.
El sol en su gran altar siendo testigo de otro año gobernado sin tormentos.

-Wangji ¿Qué es lo que te tiene tan preocupado?- Sin embargo, solo había silencio -¿Estas así por mamá?-

-No-Haciendo que el mayor sonriera, era bueno escuchar su voz.

-Entonces, ¿me dirás a qué se debe tu soledad?-

Detienen su paso, su tío había acordado un matrimonio forzado entre los jades, ya que serían los siguientes herederos líderes del Clan.
Triste Porqué ninguno de los dos había encontrado su "chispa", obligándolos a permanecer solteros en un largo tiempo, pero eso estaba por cambiar.

-Nuestro tío lo hace por el bien del clan, y por nosotros Wangji-

Volteo a ver a su hermano, que yace con la mirada fija al inmenso paisaje.

-No te lo tomes a mal...-

Más, sin embargo, él tampoco estaba del todo de acuerdo, comprendía los sentimientos de su joven hermano.
Ambos fueron llamados por la ocasional lluvia de estrellas, que se daba cada año, así que se dirigieron a la "sala principal del invierno"
Donde celebrarían la noticia y a su tío.