Capitulo 21: Alianzas peligrosas

5.2K 585 59
                                    

— Es ella, es mi tía — Dijo Anabel mirando el cuerpo de Laura junto a Sebastián.

— ¿De que ha muerto?— Secundó Sebastián

El encargado de la autopsia, cubriendo nuevamente el cuerpo respondió.

— Fue encontrada cuando ya tenía unos tres días de muerta. Los resultados de la autopsia aclaran que la mujer murió envenenada por una cantidad sustancial de cianuro. El caso ha sido transferido a un fiscal. La muerte de su tía, ha sido claramente un homicidio.

Anabel algo en trance preguntó

— ¿Homicidio? Eso es imposible

— Ana, cariño, vámonos ya es suficiente por hoy. Mañana hablamos con el encargado del caso.

Sebastián sacó a Anabel de la morgue y ella aun no podía asimilar que su tía hubiera sido asesinada.

—¿Quién podría querer verla muerta? Ella no conocía a nadie, no tenía enemigos y...

Sebastián comentó algo pensativo

— Quizá no tenía enemigos, pero sí información que la ponía en peligro.

Desganada y sofocada con tanto problema se detuvo suspirando.

— No se a que te refieres.

— Bueno, me dijiste que ella nunca quiso decirte quién era tu madre. Solo sabes que era su hermana. Pero no tienes ni siquiera un nombre, una cara. Eso es un poco extraño. Preguntabas por ella y nunca quiso revelarte quién era. Pues pienso que tú madre es la clave de que ahora Laura esté muerta.

— Eso no tiene sentido. Para que lo tenga mi madre tendría que estar viva, cerca de nosotros o ser alguien importante, una mujer que su pasado dañaría la imagen que tiene ahora. No podría imaginar tan siquiera que ella hubiera querido ver a su hermana muerta. — Consternada añadió — No sabes lo difícil que ha sido para mi aceptar todo esto. Tenía la esperanza de que algún día Laura me dijera quién era ella pero ahora he perdido esa esperanza también.

Sebastián la miraba buscando algún indicio de tristeza o dolor pero no lo consiguió. El rostro de Anabel era sereno, no mostraba dolor alguno, más bien parecía que nada de lo que había ocurrido le afectaba.

— Ana, si quieres puedo ayudarte con el proceso de velatorio y demás.

Ella negó con la cabeza

— No, no voy a velarla, mucho menos a hacerle un funeral como si realmente la fuera a extrañar. Sería hipócrita, lo único que siento por ella es desprecio, el mismo que siento por la madre que no conozco.

Anabel siguió caminando dejando a Sebastián atrás. Quería un poco de aire, quería respirar sin sentir que se asfixiaba. Quería comenzar de cero después de la muerte de su tía. Realmente quería aquella oportunidad de ser feliz con Sebastián o al menos intentarlo. Esa oportunidad que Isabella se negaba con Alejandro al darle paso al orgullo. Había regresado destrozada de Dinamarca, lo único que tenía en la mente era su hija, no podía parar de preguntarse dónde podría estar, si realmente estaba muerta o ahora era una mujer haciendo su vida en alguna parte del mundo. Desesperada por respuestas, fue a ver a Adrián a su empresa toda alterada. No medía sus palabras, no media su actitud. Solo quería saber donde estaba su hija, ya estaba harta de respuestas a medias.

— Isabella, tienes que tranquilizarte.

— No vuelvas a llamarme así y no me pidas que me calme. He vivido años buscando una hija que tú ni idea tenías que existía. Tú no has vivido el infierno que he vivido yo sin saber donde coño está mi hija. No vuelvas a repetir que me tranquilice cuando tú no has tenido ni la mitad de diligencia que yo en buscar a Aurora.

Al otro lado de la lluvia. Where stories live. Discover now