D I E Z

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Días después nos encontrábamos en casa de mis suegros. La madre de Jungkook llegaba a desesperarme en veces. Su hijo ya estaba grande y casado. Y ella aun lo quiere tener en la mira. No entiendo nunca a las madres, ya que nunca tuve una figura materna, pero siempre he escuchado que les cuesta dejar crecer a sus hijos, mas cuando es el único.

La mayoría de las veces me quedaba dentro del cuarto donde antes dormía Jungkook, o platicaba con su madre. 

Pero ahora no quería hacer nada de eso realmente, pero ella fue mas rápida y me llevo a la sala a platicar con ella. 

— ¿Cómo va todo? ¿Jungkook es bueno contigo? -cruzo sus piernas y me miro-

— Todo va mas que bien. -sonreí- Jungkook no podría ser mejor esposo. 

— Oh cuanto me alegra saberlo. Mi hijo es todo un amor de persona. -miro a la mesa lado de ella- Esa sirvienta, es tan lenta. -bufo-

— ¿Qué sucede Señora? -intente no sonar molesta por su comentario- 

— La criada esa. Es tan lenta, hace mas de media hora que le pedí que nos trajera el café. 

La madre de Jungkook nunca cuidaba sus palabras, algo que me molestaba mucho. 

— No se preocupe. Iré por ellos. -me levante del sofá- 

— Que linda nuera tengo, gracias Seoyeon. 

Me aleje con una sonrisa en el rostro, la cual quite cuando no pudo verme. Al pasar por la oficina del padre de Jungkook, donde ambos se encontraban, pude escuchar que hablaban de algo que llamo mi atención. 

Mencionaban a una mujer. 

— ¿Qué es eso que dijo mamá entonces? -escuche la voz de Jungkook, sonaba molesto-

— Hijo, olvídalo, tu madre ya es vieja y no sabe lo que dice. 

— Papá, no hables así de ella. 

—suspiró- Nunca tuve una amante hijo. Nunca le fui infiel a tu madre con ninguna empleada. 

Eso fue lo que me hizo perder la cordura. ¿Cómo se atrevía a negarlo? Siempre intentando lucir como el viejo mas amable y buena persona. Pero no era mas que una mierda de persona. 

Me alegro que Jungkook no sea así. 

Me fui de ahí con lagrimas en mis hijos. Ese hombre merece todo lo malo del mundo. 

Al llegar a la cocina prepare las dos tazas de café, y una idea brillante llego a mi cabeza. Sabía que la madre de Jungkook era intolerante a la lactosa, ella siempre pide leche de almendras o de otro suplemento. 

Pero ella no se dará cuanta de que en realidad es leche animal. Mucha. 
Tome las dos taza y las lleve a la sala, donde ella me esperaba, para mi sorpresa estaba regañando a la empleada. 

— Puedes irte. -aquella chica hizo una reverencia y se fue- Que torpes chicas hoy en día. 

— Aquí esta su café señora Jeon. -le entregue el café- 

— Que amable eres, pero te he dicho que me digas por mi nombre querida. -dio el primer trago de café-

— Me siento incomoda al hacerlo. -sonreí y bebí de la taza- 

— Esta bien. -soltó una leve risilla- 

Ella y su familia pagarían por todo el mal que nos causaron a mi madre y a mi. Gracias a ellos mi vida fue un infierno por años. Pero estaba decidida a no tener piedad y verlos sufrir. 

| CASADA CON JEON JUNGKOOK | JUNGKOOK | saga #2Where stories live. Discover now