「1」

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Minho salió de su casa, su skateboard en la mano y luego rodó sobre él algunas calles hasta llegar al parque, se sentó en el borde de la fuente y encendió un cigarrillo, no iba a ver a nadie realmente, solo que a veces se cansaba de estar encerrado y salía a dar una vuelta, volvería a su casa por la noche y ya estaría más calmado y feliz para dormir tran­quilo. Minho acomodó su beanie en su cabeza y miró las personas simplemente pasar por enfrente de sus ojos.

De fondo sonaba una canción cantada por un artista callejero, la pudo reconocer como "You're beautiful" de James Blunt.

Fue cuando vio a Jisung, sentado en una de las mesas de afuera del café de en frente, cabellos chocolates decoraban su cabeza. Su corazón latió fuerte dentro de su pecho, el chico usaba una sudadera verde que contrastaba con su blanca piel, sin embargo no era eso lo que Minho miraba.

Era la negra marca en su cuello, idéntica a la suya propia, revisó línea por línea bus­cando una imperfección, alguna diferencia. Pero no había ninguna, sin duda era la suya.

Sin duda ese chico era su alma gemela.

Le tomó un momento procesarlo, estaba allí, a menos de cinco metros de él, sabía que tenía que acercarse y hablarle, sin embargo algo lo detuvo.

Una mujer de cabello oscuro alborotado, ligeramente parecida al chico se sentó en frente de él, Minho supuso que era su madre, ella le hablaba con una sonrisa pero la mirada del chico estaba perdida en otro punto, eso era visible hasta por debajo de sus gafas de sol, los ojos de Minho se fijaron por primera vez en el delgado bastón con que el chico tanteaba el piso de vez en cuando.

Era ciego.

Si Minho se acercaba, el chico no reconocería la marca, no reconocería que estaban destinados a ser.

El chico se puso de pie, con ayuda del bastón vio que entraba al café, probablemente al baño, se acercó a la mesa donde estaba la mujer.

—Hola... uhm... Soy Minho —dijo nerviosamente, la mujer lo miró confusa —No pude evitar ver a su hijo... Bueno, la marca de su hijo... yo.... —Señaló la suya propia —Es idén­tica a la mía.

Los ojos de la mujer se abrieron de par en par, examinando la intrincada figura para darse cuenta de que en efecto lo era.

—No sabía si debía acercarme —Minho prosiguió —Porque lo vi y bueno... ¿Qué podría decirle? Él no lo puede ver, probablemente pensaría qué estoy jugando con él y yo... no lo sé. No sé ni siquiera porque estoy hablando con usted yo solo...

—Tranquilo, cariño —habló tranquilizadora —Te entiendo, es difícil. Soy Eun Hye, por cierto, tal vez yo podría hablar con mi hijo y arreglar una cita para que hablen.

—S-sí. Sí, eso sería estupendo, genial, sí, me encantaría —Eun Hye rió ante el nervio­sismo del chico.

—Dame tu número de teléfono, te avisaré cuando —Minho lo anotó con manos temblo­rosas en una servilleta —Y, Minho, cuando se encuentren no fumes antes. Odia ese olor.

Minho asintió avergonzado.

INKED ♡━мιиѕυиg.|| αdαpтαcιóɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora