「8」

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El almuerzo fue agradable a pesar de que Minho estaba nervioso, aunque Eun Hye y Sana eran agradables y se sentía como si las conociera mucho antes, sentía la necesidad de que lo aceptaran. Habló de su familia, de la universidad y de su trabajo, Jisung escuchaba con atención mientras la mayoría de la conversación se daba entre Minho, Sana y Eun Hye.

Minho ayudó a Eun Hye a levantar los platos de la mesa, Sana se retiró a su cuarto y Eun Hye dijo que tenía que salir, no sin antes decirles que se comportaran.

— ¿Tocas el piano? —Minho preguntó, las mejillas de Jisung se sonrojaron antes de responder.

—Sí.

— ¿Me quieres mostrar? —Minho pidió y Jisung asintió.

Caminaron hasta el piano, Jisung sosteniéndose de él para sentarse y le hizo un espacio a Minho para que se sentara a su lado, lo que hizo.

La verdad es que el piano se veía mucho más bonito de cerca, era majestuoso el contraste de las teclas negras cuando el resto del piano era blanco, Jisung se preparó y palpó las teclas con sus dedos antes de empezar.

Minho reconoció la melodía al instante, Fur Elisa, de Beethoven, Jisung tocaba con los dedos largos delicadamente y Minho lo observó con el corazón latiendo fuerte. Hasta ahora se daba cuenta de las uñas de Jisung, levemente pintadas de rosa, esperó a que la canción terminará para hablar.

—Jisung, eso fue precioso —admitió Minho, no lo iba a decir pero una parte de él sentía ganas de llorar—. Esa era la canción favorita de mi abuelo, ¿Sabes?

Jisung sonrió, — ¿Enserio?

—Sí, cuando era pequeño la ponía todo el tiempo en casa, mamá apenas puede soportarla sin llorar —Jisung frunció el ceño, pensando en que había traído malos recuerdos a Minho.

—Lo siento.

—No, no —Minho puso su mano sobre la de Jisung —Enserio fue bellísimo, tocas precioso.

—Gracias —Jisung dijo tímido —A veces pienso en esto, como mis ojos, quiero decir, sé que es difícil entender que alguien pueda vivir sin algo que usas todo el tiempo, y sé que aquí ni hay colores pero... si me pones a elegir sin qué no puedo vivir, esto es.

Minho sonrió, recostó su cabeza en el hombro de Jisung.

—Hay algo así como colores —murmuró —El negro, es el color más oscuro, sonaría como esto... —tocó la tecla más grave del piano —... Y el blanco, lo opuesto, sería como esto... —tocó la más aguda.

Minho no podía ver a Jisung, pero el castaño tenía una sonrisa tan grande que casi hacia qué sus mejillas taparan sus ojos, los hoyuelos profundos como nunca.

—Entonces el color de tus uñas sería algo como esto... —tocó la tecla justo al lado de la que se había referido como el color blanco —... Y tus ojos serían como... —tocó una del medio.

— ¿Y los tuyos? —preguntó Jisung. Minho sonrió.

Tocó la tecla justo al lado de la que había tocado anteriormente, Jisung, qué ya conocía el teclado bien y sabia, dejó salir una risita.

—Qué cursi eres, Minho —murmuró.

— ¿No te gusta? —el de ojos miel se levantó del hombro de Jisung para mirarlo.

Jisung rodeó el hombro de Minho. —Claro que me gusta.

INKED ♡━мιиѕυиg.|| αdαpтαcιóɴWhere stories live. Discover now