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「94」

Fue un proceso, tan doloroso como tedioso que se llevó a cabo a espaldas de Jisung, así que Minho soportó toda la carga.

Todos los días salía antes de que Jisung despertara a darle un paseo a Delta, luego volvía y le ponía comida y agua, luego se bañaba y arreglaba para el trabajo.

(Había movido su ropa al estudio, y usaba el baño en el corredor.)

Jisung pretendía que nada había cambiado y no notaba los cambios que hacía Minho.

Después iba a trabajar, algunas veces iba a la oficina y otras veces al edificio que cada vez estaba mejor. Como fecha límite se puso la inauguración de este.

En vez de crear nuevos proyectos, porque aparte de que su inspiración estaba en el subsuelo, no tenía mente para más, se dedicó a reforzar proyectos de sus compañeros.

No veía a Jisung nunca, se iba muy temprano antes de que Jisung despertara y regresaba muy tarde después de que se acostara. Quien lo recibía siempre era Delta.

Sana lo había llamado el día que llegó, preguntándole que había sucedido, aquel día después del emotivo reencuentro, Jisung y Sana habían ido a tomar algo mientras Minho se iba al apartamento. Sana, que no pasó ese detalle por alto e impulsada por las evasivas de su hermano, llamó al castaño, quien le contó todo.

La chica estaba sin palabras, incapaz de decir, algo. No entendía como el amor podía acabarse tan de repente, parecía que como una montaña rusa todo hubiese tomado su tiempo siendo construido y luego hubiera sido estrellado contra el piso en cuestión de segundos.

Si había llamado a su alma gemela llorando, desesperada por una promesa, nadie más que ellas tenían que saberlo.

Sin embargo, Minho no tenía la misma fortuna.