INKED ♡━мιиѕυиg.|| αdαpтαcιóɴ

「68」

Acompañaron a Sana al aeropuerto, estaban Eun Hye, Jisung y Minho, el rubio duró mucho abrazado a su hermana, incluso Eun Hye y Minho decidieron ir por café y llevarles, cuando regresaron estaban prácticamente en la misma posición en que los dejaron.

—Vuelo 543 a Sidney, Australia, favor pasar a la sala de abordar —dijo una voz, y Sana se despidió de su mamá, que le deseó buena suerte y le hizo prometer que llamaría todos los días, luego se despidió de Minho quien hizo un comentario gracioso sobre cuánto la extrañaría, y puede que Sana le haya hecho jurar que cuidaría de Jisung.

Finalmente volvió a donde estaba Jisung.

—Cuídate —le dijo y solo Jisung sabía que quería decir mucho más con esas palabras.

Recordaba ser pequeño y seguir la voz de Sana a todas partes, recordaba la tranquilidad que a veces traía, recordaba a Sana jugando con él a crear historias porque no podía jugar nada más y recordaba que la chica no se quejaba de tener que dejar a sus amigos solo para jugar con él.

A pesar de las bromas que regularmente hacia la chica, Jisung no podría haber tenido a alguien mejor como su hermana.

—No me olvides —dijo Jisung y se separó de ella.

Solo Sana sabia cuán inseguro podía ser Jisung, como lloraba de pequeño por no poder ir a la escuela como un niño normal, y solo ella se había encargado de asegurarle que no era anormal, era solo diferente. Sana le había dicho que ver en realidad no era la gran cosa, y que muchos niños que veían no eran ni la mitad de encantadores que él. Gracias a Sana era quien era, y solo ella lo conocía tanto como para decir que en realidad tenía miedo de ser irrelevante y no quería que lo olvidara nunca.

Ella se fue, y tal vez era bueno que Jisung no viera su figura alejándose en la distancia.