INKED ♡━мιиѕυиg.|| αdαpтαcιóɴ

「97」

Pasó como decía la carta de Minho, el castaño envió todas sus cosas a Jisung, y luego le pagó a la vecina del piso de abajo que paseaba perros para que le llevara a Delta, la despedida fue algo emocional.

Dio un beso en la parte de arriba de la cabeza de Delta.

—Sé que desde que papá ve, parece que no te necesitará, pero lo hace, enserio que lo hace, y necesito que cuides de él, ¿Está bien? —Delta lo miró, como si entendiera todo—. Te quiero mucho, Delta, nos vemos pronto.

Para mantener la promesa con su mascota se hizo amigo de la recepcionista del edificio, que le avisaba cuando Jisung no se encontraba en casa y así él podía ir a visitarla, no se aguantó las ganas de entrar al apartamento de Jisung. Tal vez era algo inmoral que él tuviera la llave de ese lugar, pero a la mierda, él lo diseñó.

La decoración no era nada del otro mundo, a decir verdad, muy Jisung, el sofá era muy vintage, blanco con flores amarillas, dos sillones de color amarillo también, la mesa de centro era color crema y todo se veía limpio y organizado, contrario al apartamento de Minho que parecía como hubiera sido invadido por vagos.

Jisung se apresuró a organizar todo en el edificio, sacar permisos del gobierno para abrir la escuela y manteniéndose ocupado al máximo. No le gustaba ir al apartamento porque le recordaba a Minho, y era un poco difícil describir la acumulación de sentimientos que relacionaba con el castaño.

Maldecía a Minho por hacerlo sentir tan culpable, pero sabía que su ex novio no tenía la culpa de nada, era extraña la repulsión que sentía hacia Minho, porque muy adentro sus sentimientos seguían intactos, pero una vez Minho estaba presente parecían inexistentes, y quería alejarse a toda costa.

Se sentía atrapado en sí mismo, un vacío era lo único que llenaba su vida, a veces deseaba volver a ser ciego para sentirse tan lleno y tan feliz como recordaba serlo con Minho.

Tenía ira por todo, ganas incontrolables de golpear su cabeza contra la pared en pura desesperación, así que ese día (el mismo que Minho había ido a ver a Delta) y 10 días después de haber leído la carta, decidió hacer algo.

Tomó un taxi y le dio la dirección, el trayecto fue largo, porque siempre que queremos algo con ansias el tiempo parece tardar más.

Se bajó del auto y entró por las puertas transparentes, en la recepción lo dejaron pasar porque lo conocían, y fue hasta la oficina de Changbin, quien escribía sobre su escritorio, levantó la vista al escuchar la puerta cerrarse.

—Hola —saludó Jisung caminando hacia el escritorio—. Necesito que me ayudes.

—Claro, pasa —respondió Changbin sarcástico—, ¿Que sucede?

—Estoy desesperado, Changbin, yo... me pasó lo mismo que a Jackson, es decir, siento que... que Minho me fastidia, que no lo soporto, hemos terminado.

—¿Terminaron? —Changbin frunció el ceño, obviamente atento a la situación—. Pero si te sientes fastidiado, ¿Por qué estás desesperado ahora que no están juntos?

—Porque me siento vacío, como si Minho se hubiera llevado algo de mí, o como si él fuera lo que me falta —Jisung confesó.

Changbin se puso de pie, caminando por detrás del escritorio hasta darle la vuelta.

—Sígueme —dijo y se puso la bata colgada en el perchero junto a la puerta, Jisung caminó detrás de él, subieron dos pisos, en donde había personas vestidas de blanco caminando por ahí, atravesaron unas puertas de vidrio.

La sala estaba llena de camillas vacías, y Jisung se preguntaba que hacían allí pero no hizo nada, llegaron al final de la sala, Changbin corrió una cortina, la única que estaba puesta, y Jisung miró a Changbin confundido, un chico lo miraba con una sonrisa, desde su posición sentado en la camilla.

—Jisung, él es Jackson.

☆☆

Lamento mucho tardar tanto en actualizar esta historia, solo faltan pocos capítulos para terminar, pero sinceramente el tiempo me falta.

Ahora lo que me preocupaba, sé que tengo muchas historias sin actualizar desde hace un año, pero con todo lo que pasó, y que ni siquiera pude desahogarme, ustedes díganme, continúo actualizando con el nombre de "él" o trato de editar los capítulos y cambiarlo por alguien más.

Es para que ustedes me digan, y su lectura sea cómoda. Yo los leo, y sabré qué hacer entonces.