「65」

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Esa tarde fue a casa de Jisung como era costumbre, ya hasta tenía una llave y entró normalmente al cuarto de Jisung, quien estaba sentado en el escritorio con las manos en un libro, la música estaba suavemente sonando.

Se acercó por detrás de Jisung viendo como las manos se movían, leyendo lo que sea que estuviera leyendo. No consideraba haber hecho ruido, sin embargo Jisung se detuvo.

—¿Minho? —preguntó el rubio, girando su silla, extendió una mano.

Minho la tomó.

—Hola, amor.

Jisung se puso de pie.

—Hola —besó los labios de Minho suavemente.

—Hablé con Changbin —Minho dijo, no quería decirle, pero tampoco quería ocultarle cosas, tiró de él para que se sentaran en la cama.

—¿Y? —preguntó Jisung impaciente.

—Nunca lo han intentado en una persona —dijo en voz baja, como si el volumen pudiera cambiar lo que decía —Han separado el gen individualmente, más no han visto si funciona.

Jisung se quedó pensando por un minuto, con la cabeza gacha porque sus ojos estaban llenos de lágrimas, la mano de Minho acariciaba suavemente su espalda tratando de consolarlo.

—Podría ser yo —dijo Jisung como si hubiera tenido la idea más inteligente del mundo—. Podrían intentarlo en mí

Minho lo miró horrorizado.

—¿Estás loco? Es muy peligroso, Jisung, ¿Y si algo sale mal?

—No estoy loco, dime, si no soy yo entonces ¿quién? —Jisung no podía creer que Minho se negara, era su oportunidad de ver, quería ver a Minho.

—No lo sé, creo que es mejor esperar, Sungie.

—¡No lo entiendes! ¿Quién más podría ofrecerse a aquello? Si sale mal, pues bien, me quedaré ciego y eso será todo —Jisung había empezado a levantar la voz y Minho sentía como la situación se le iba de las manos.

—¡Sé que no te entiendo! ¡Porque no soy tú y no tengo ni idea de cómo te sientes! Pero, por Dios, Jisung, ¿Ser conejillo de indias? —Minho no podía hacer más que mirar los ojos de Jisung, desenfocados y llenos de lágrimas.

Discusiones así siguieron los siguientes días, Jisung empeñado en que tenía que ser el, y Minho en lo contrario.

—¡Soy yo, Minho! ¡No puedes decidir lo que hago y lo que no! Es mi vida, y es mi cuerpo. Son mis decisiones —Jisung había gritado, estaban en la sala del apartamento de Minho.

—¡Yo solo no quiero perderte! —había gritado Minho de vuelta y aquello había acabado con la discusión,

Jisung seguía pensando que debía ser él, pero al menos entendía la razón por la que Minho se negaba tanto.

INKED ♡━мιиѕυиg.|| αdαpтαcιóɴWhere stories live. Discover now