「5」

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Jisung había entrado a su casa y caminado hasta su habitación (la única que quedaba en el primer piso) se dejó caer sobre la cama dejando el bastón justo al lado recostado contra la pared, su corazón latía con fuerza al pensar en el chico de voz dulce.

A veces a Jisung le dolía, no iba a mentir, le dolía nunca poder experimentar lo que para el resto de personas era "hermoso", tenía la sospecha de que Minho lo era. También sabía que cuando las personas hablaban de belleza nunca se referían a personas como el, era raro, después de todo.

Hace tiempo se había resignado a que nunca tendría a alguien con quien compartir su vida, sabía que siempre sería solo el mismo, ¿Y Minho? Sabía que sólo era de esa forma con él porque estaban predestinados, de otra manera aquel chico no se habría detenido a mirarlo dos veces.

Además, habían almas gemelas qué se conocían cuando ya tenían pareja, o sentían la conexión pero no se atraían físicamente y eran amigos, ¿Por qué sería diferente con él?

Sin embargo, no podía evitar la emoción que sentía en ese momento, que seguro era mayor que la que había sentido cuando su madre le dijo sobre su alma gemela. Le asustaba demasiado, realmente creía que nunca lo había estado tanto, en el fondo sabía que no podía escapar de que los sentimientos hacia el chico aparecieran, pero prefería ignorar eso por ahora.

No respondió las preguntas de su mamá sobre su cita, de hecho apenas podía sonrojarse, mirar hacia abajo y sonreír, y aunque ella se burló un poco de él por ello, al final lo dejó tranquilo.

A la que no le pudo ocultar nada fue a su hermana. Sana llegó al siguiente día, saltando sobre la cama y abrazándolo por el cuello.

—Jisung, Jisung, como te fue con tu príncipe —Las mejillas de Jisung se calentaron.

—No es mi príncipe —renegó moviendo sus manos nerviosamente.

—Aún —rió Sana —Vamos, Jisung, cuéntame.

—Con una condición —dijo.

Decir que Minho estaba desesperado era poco, no podía concentrarse en clase debido al chico de tiernas mejillas, no había otra cosa en la que pensara más que Jisung. El problema era que no sabía muy bien qué hacer, si debería llamar a Eun Hye o esperar que Jisung se comunicara con él. No sabía cómo pero no quería incomodar, o parecer intenso.

Estaba con el celular en la mano debatiéndose qué hacer, habían pasado dos días y estaba a punto de un colapso nervioso.

El celular vibró en su mano y miró la pantalla, era un número desconocido, y Minho contestó.

— ¿Hola? —dijo en el auricular.

—Hey, ¿Minho? —dijo una voz grave —Soy Jisung.

INKED ♡━мιиѕυиg.|| αdαpтαcιóɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora