「4」

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Habían salido del café a petición de Jisung, caminaron hasta llegar a un lugar alejado del parque donde se sentaron sobre la hierba, Jisung estaba recostado en un árbol y Minho en frente de él.

— ¿Cuántos años tienes? —preguntó Jisung, tratando de hacer una conversación.

—21 —respondió — ¿Y tú?

—19 —Jisung estaba jugando con una flor que había arrancado recientemente de donde estaban sentados — ¿Estudias? ¿Trabajas?

—Ambos, estudio arquitectura en la universidad Central, y en las tardes o algunos sábados trabajo en la biblioteca solo a unas cuadras de aquí —arrancó una flor igual, se acostó en el suelo, su cabeza cerca a las piernas de Jisung — ¿Qué hay de ti?

—Estudio, desde mi casa obviamente, literatura, y doy clases los viernes en la tarde de lectura en Braille —empezó a arrancar los pétalos de la flor, sintiendo como cambiaba a medida que los tiraba.

—Me estas tirando todos los pétalos, Jisungie.

—Oh —Jisung se sonrojó —Lo siento.

Minho se sentó, quitando los pétalos de su ropa. Jisung de repente lucia incómodo, dejó la flor a un lado, jugueteó con sus dedos.

— ¿Todo bien? —preguntó el castaño suave.

—Yo...uh... ¿Puedo... ¿Puedo tocarte? No sé... como luces y yo... —las mejillas de Jisung no podían estar más rojas, Minho sonrió y se acercó más al chico, flexionó sus piernas contra el árbol mirando a Jisung con atención.

—Seguro —susurró.

Aún con duda Jisung estiró la mano y encontró el hombro de Minho, luego su mejilla, su otra mano viajo hasta la otra, las recorrió lentamente por su mandíbula, sus pómulos, sus sienes, una tocó su nariz haciendo a Minho reír, Jisung pensó que la risa de Minho era hermosa, y que le pertenecía a un todavía más hermoso ser humano.

— ¿Y? —Minho preguntó divertido — ¿Aprobé?

Una de las manos de Jisung acomodó su flequillo.

—Definitivamente.

Jisung apartó una de sus manos, la otra quedándose recostada en la rodilla de Minho, y sin intención de irse.

— ¿Acostumbras usar ropa rota? —Jisung preguntó con una sonrisa, sintiendo la piel de Minho debido a que su pantalón estaba roto en las rodillas.

—Ya sabes, tengo mucho estilo —Minho se encogió de hombros jugando con la flor entre sus dedos, se acercó a Jisung un poco, tocando sus cabellos.

— ¿Qué haces? —Jisung preguntó, sus hoyuelos profundos en más mejillas.

—Trató de ponerte una flor en el cabello —Minho sonrió.

Jisung se quitó las gafas, abrió los ojos que miraban a la nada y el aliento de Minho se quedó atrapado en su pecho, en frente de él estaba el almendra más hermoso que había visto en su vida, torpemente puso la flor admirando la imagen del chico hermoso que tenía en frente.

—Eres precioso, Jisung —las mejillas del menor no podían estar más rosas.

—Gracias.

Minho no quería irse, pero estaba anocheciendo y sabía que tenían que hacerlo, prefirió ignorar eso hasta que Jisung le preguntó la hora.

—Las seis y media —respondió casi con temor, Jisung alzó las cejas.

—Ya debería estar en casa —Murmuró, pero no hizo ninguna acción por levantarse.

—Yo igual —dijo Minho —Tengo una tarea enorme para mañana, y no he empezado ni siquiera.

Jisung rió negando con la cabeza, se puso de pie y Minho le alcanzó el bastón.

— ¿Quieres que te acompañe? —preguntó.

— ¿No tienes una tarea que hacer? —Jisung dijo de vuelta.

—Sí, pero me gustaría saber dónde vives, así si decides que soy un fastidio y no quieres volver a salir conmigo podré acosarte —Minho respondió, en las últimas horas notó lo fácil que era hacer a Jisung reír, así que a eso se dedicaba y era recompensado por la risa torpe del más bajo.

—Bien. Vamos.

Caminó al lado de Jisung, sorprendiéndose con que el castaño en verdad se sabía el camino de memoria, fueron contando chistes y una parte de Minho solo quería quedarse así para siempre, reconoció la casa de Jisung antes de llegar, sobretodo porque Eun Hye estaba de pie en frente de ella, una expresión preocupada en su rostro.

—Oh oh —Minho dijo como sonido de advertencia.

— ¿Qué sucede? —preguntó Jisung.

—Tu mamá está viéndonos enojada, Jisung. Al menos a ella la tenía a mi favor.

— ¿Para qué la tenías a tu favor? —preguntó el castaño.

—Ya sabes lo que dicen, gánate a los suegros primero.

INKED ♡━мιиѕυиg.|| αdαpтαcιóɴWhere stories live. Discover now