6: "La gran boda"

1.8K 172 15
                                    

Los días pasaron y llego el día de la gran boda del tío Tim.

Sigo enojado con mis padres, por lo que estoy haciendo huelga de silencio.

Estamos con René en nuestra habitación. Ambos ya habíamos terminado de vestirnos con el traje que nos designo el tío Tim.

Yo estoy sentado en el borde la cama, mientras René está parado frente al espejo.

- Me siento como James Bond. - dice. - Agente 007.

- Yo siento que vamos a un funeral.

- Que amargado que eres Gabe para tener 16 años.

- Es solo que estas cosas me dan diabetes.

- Eso dices ahora, te quiero ver en 10 años cuando estés camino al altar y se te estén cayendo las babas por la persona que amas.

- Me conoces, sabes que eso no va a pasar.

- Todos nos volvemos unos idiotas en el amor, hacemos locuras y no pensamos racionalmente. Nadie está exento de eso.

- Seré un lobo solitario como Gus.

- A Gus le rompieron el corazón. Cuando estaba con Erica por poco no le pedía que lo acompañara al baño.

- Por suerte no recuerdo esa faceta patética de Gus.

- Ay yo si. - dice Pierre entrando. - Me tocó consolarlo cuando lloraba como un bebé. Y ahora quien lo ve, todo un chico rudo con corazón de piedra.

- Encontró la clave. - digo.

- De que lo que te pierdes. - dice Pierre.

- ¿Tu como vas con tus conquistas? - le pregunta René a nuestro joven tío.

- Nada serio, es difícil encontrar a alguien que quiera una relación estable. De todas formas me la paso bien, no te lo voy negar. Chicas, chicos, los dos... Estoy abierto a todo.

- Harás que al abuelo le de un infarto. - dice René.

- Ya lo sabe, tuvimos "la charla". Me dijo que siempre y cuando use protección, y no esté más de 24 horas sin dar señales de vida, le vale verga mi vida sexual.

- Que liberal. - dice René.

- Mi madre es francesa y soy el sexto hijo de mi padre. Además si a mi madre no le da un infarto cada vez que vengo con un tatuaje nuevo, no creo que nada se lo de.

- Eso no te quita lo dolor de muelas. - dice Gus entrando a la habitación.

- Es culpa del viejo, no mía, se hubieran puesto a jugar a las cartas o hubieran adoptado un perrito. Pero papá tolera un poco más a los niños que a los perros.

- Y que lo digas, siempre quise un perro. - dice Gus. - Ahora tampoco son de mi agrado.

- Te convertiste en aquello que juraste destruir. - dice Pierre en tono dramático y fatalista.

Con René reímos.

- Voy a extrañarlos. - dice René.

- Nos veremos en un mes. - dice Pierre.

- Con Pipi iremos a casa, pasaremos unos días mientras nos organizamos y nos veremos en Córcega. - dice Gus.

- Encontramos una posada de puta madre. - dice Pierre.

- Ánimo que con lo que les paga Tim tienen para que nos emborrachemos en la playa. - dice Gus.

- Esta bien... - digo.

Déjalos que HablenWhere stories live. Discover now