45: "La despedida"

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Paso mis manos por mi rostro. Estoy sentado afuera en una silla.

Tienes que calmarte, maldita sea.

Recuerda lo que digo Ari. Tú puedes con esto. Tú puedes con esto. Es solo tu cabeza.

Siento una mano apoyarse en mi espalda. Levanto la vista y me cruzo con unos ojos similares a los mío.

- Me has dado un susto de muerte. - dice con su voz algo llorosa y su mirada preocupada. - ¿Desde cuando?

- Ocho años. - digo.

Se sienta a mi lado. - ¿En serio crees que existe persona a la que ponga delante de ti? - dice con dolor en su mirada.

- Creí que si. - digo.

- Pues estás muy equivocado. - dice. - Moriría por ti, Gabriel. Y lo digo literalmente. - lo miro. Sus ojos están llorosos. - Y no te das una idea lo mucho de te extraño. Me siento incompleto. No soy René, hace ocho años que me siento como un extraño. Y no hay nada que me haga sentir de nuevo como yo. Solo tú. No pretendo que todo vuelva a ser igual, pero no me importa esperar, siempre y cuando me dejes volver a ser parte de tú vida. Haré lo que sea. Hasta... Hasta... - su voz se quiebra. - Terminare con Nate, si eso hace que te vuelvas a acercar. Te lo juro, lo haré.

- ¿Tú amas a Nate? - pregunto.

Me mira con sus ojos llorosos. - Si, lo amo. - dice. - Puede que no lo entiendas, pero, solo es así por fuera. Es un buen hombre y se que ama.

- ¿Y estarías dispuesto a dejarlo, solo por mi?

- Por mi hermano. - dice. - Sacrificaría todo por ti.

- Sabes. - digo. - Te seguí toda mi vida. Siempre fuiste mi héroe. Te estuve admirando desde que tengo memoria. Estudiándote, analizándote, intentado ser como mi hermano mayor. Pero nunca lo conseguía.

- Porque siempre queremos ver lo mejor en las personas que amamos, no sus defectos. - dice. - También soy humano y tengo mis defectos, no soy el hijo o hermano perfecto que tú crees que soy. Pero trato de serlo, por ti. - hace una pausa. - Yo también siempre te admire. También te analizaba y estudiaba. Admiraba esa personalidad atropellante que tenias, que nunca te importaba lo que los otros pensaran de ti, nunca te importo agradar. Eras muy honesto, no escondías quien eras. Una especie de pavo real. Y también admiraba tú arte. Yo siempre fui muy de las matemáticas y las ciencias.

- Lamento haberte empujado a salir. - digo. - Y también lamento haberte ocultado lo del vecino.

- Y yo lamento haberte abonado cuando más me necesitaste. - dice. - Juro que no volverá a pasar.

Levanto mi puño y lo acerco hasta él. - ¿Hermanos?

René levanta el suyo y lo choca con el mío. - Hermanos.

Ambos sonreímos apenas. - No pretendas que tu novio y yo seamos mejores amigos, ni que nos trencemos el cabello.

Ríe apenas. - Me basta con que no se maten entre ustedes.

- Puedo ser civilizado, por ti. - digo. René sonríe.

********

- Honestamente me pone muy feliz. - dice Gigi.

- Se siente como un peso menos de encima. - digo.

- Así se siente perdonar. - dice mi amiga. - Ari llamo, por vez un millón. Esta bastante preocupado. Ya lo tranquilice.

- Lo llamare después. - digo. - Tengo que terminar la despedida de Charlie o no llegare.

- Uhuh. - dice picara. - Noche de chicos. ¿Qué harán?

Déjalos que HablenWhere stories live. Discover now