47: "Siempre lo supe"

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Estaba por salir de la habitación, me doy la vuelta para mirarlo. 

- ¿Crees que en algún momento tu y yo podremos ser amigos? - digo. 

- Puede... pero con el tiempo. - dice con dolor en su mirada. - Gabe no te odio. Y desde el fondo de mi corazón no te deseo más que felicidad. 

- Yo también te deseo eso. - digo. Ambos sonreímos apenas. 

Salgo de la habitación. Voy hacia la mía, pero veo que Gigi no esta. Me acuesto en la cama. Iré por ella, pero necesito llorar solo por un momento. Abrazo la almohada y me hago bolita. Comienzo a llorar sin poder contenerme más. Lloro todo. Lloro por estos ocho años. 

No se cuanto tiempo paso, pero ya me quede sin lagrimas que llorar. Alivia llorar. De alguna forma siento un peso menos de encima. 

Me paro y me dirijo al baño. Me lavo la cara varias veces y salgo de la habitación en busca de mi amiga. 

Bajaba las escaleras, cuando me freno en seco.

Quedo en shock al verlo.

- ¿Que... que... que haces aqui? - digo aún sorpendido. 

- Me invitaron... - dice Aramis.

Miro a Gigi, que esta a su lado. - No fui yo, lo juro. - dice ella.

- De hecho, fui yo. - dice Charlie, quien estaba detrás mío, pero termina de bajar las escaleras. - Me alegra que hayas venido Ari. - le dice abrazándolo, Aramis sigue su abrazo.

- A mi también Billy. - dice Gigi.

- Gracias por invitarme Charlie.

- Me pareció obvio que vendrías, pero supongo que subestime la inteligencia de mi amigo. - dice Charlie.

Sigo sorprendido, en shock y no salen las palabras de mi boca. Me mira. - ¿Podemos hablar? - me dice. 

Asiento. - Subamos a la habitación. - logro decir. 

- Uh, directo. - dice Gigi.

- Ahora no es un buen momento. - digo serio. 

Ambos subimos y entramos. 

- Aramis...

- Quiero que por una vez me dejes hablar a mi. - dice serio. - No se por que te molestas en tratar de hablar, si ya se lo que vas a decir. - suspira. - Después de lo de anoche, creo que ya llegué al punto en que necesito que hablemos de esto, de lo que sucede entre nosotros. Se lo que piensas sobre casi todo, menos de lo que piensas de mí.

- Solo intento protegerte de mi. - digo lloroso sin poder controlarlo, a esta altura del día ya no me puedo contener. - De todo mi desastre, de toda la mierda que soy, de mis inseguridades y de mi capacidad de arruinar todo lo bueno que me pasa. 

El queda mirandome estupefacto. 

- Todos somos un desastre, y somos inseguros y un poco mierdas en el fondo. - dice. - Y si realmente eres así, pues yo debe serlo igual.

- Claro que no. - digo.

- Yo creo que si, porque sino no me explico porque te amo tanto y creo que eres una persona maravilosa. 

- Aramis, tú te la das con algo. - digo.

- Estoy hablando enserio. - dice algo molesto. - ¡Libera esa mochila de expectativas! Cada uno hace lo que puede y lo que mejor le sale. ¿Sabes que pasa? ¡Pasa que no tenes las pelotas para soportar todo el amor que te tengo, idiota!

- Te mereces algo mejor.

- No me vengas con esa excusa facil. No quiero un cuento de hadas, carajo. - dice enojado. - ¿A que le llamas algo mejor? Tampoco soy Tom Hank.

No puedo evitar reir. - Alguien que no te lastime. 

- Lo haces, queriéndome alejar. - dice - Si dejaras de esforzarte tanto en apartarme y hacerme creer que eres una mala persona, que rompe todo lo que toca. Y si es así, pues déjame decir, que yo no soy de cristal. Conoces mi historia, lo que me costo criarme en una familia conservadora siendo gay y soñando con ser bailarín. Sabes que lucho por lo que quiero y no paro hasta conseguirlo. A ti te quiero y acá estoy. Voy a luchar por lo nuestro, como lo vengo haciendo. Porque así son las relaciones, es trabajar todos los días para seguir juntos. Yo te quiero a ti, a tus miedos, tus inseguridades, tus fuerzas y tus debilidades. Quiero tu sonrisa, tus lagrimas, tus carcajadas y tus silencios, te quiero a ti, por completo. Puede que no haya sido tu primer amor, pero te juro que quiero ser el último. Y se que lo voy a ser, si me dejas. - hace una pausa. - Solo bromeaba con lo de la taza de café. Decir te amo es tan fácil, que en mi opinión ya esta muy sobrevalorado. Las acciones valen más, y ¿Quién va a todos mis recitales, sin importar que los haya visto cien veces? ¿Quién me va a buscar en bicicleta cuando salgo tarde de los ensayos, para que no vuelva solo? ¿Quién masajea mis pies horribles cuando ya no dan más? ¿O quien me regala flores anónimamente, creyendo que no lo notaria? 

Quedo sorprendido. - ¿Como sabes que soy yo?

- Solo le he dicho a una persona cuales son mis flores favoritas. 

Suspiro.

Deja de luchar en contra de esto.

- Te amo. - digo. Y ahora siento como si pudiera respirar. Como si me quitara una opresión del pecho. - Y es una excusa muy pobre para todo lo que te he hecho pasar en todos estos años, pero es la pura verdad. Siempre lo supe. Lo supe a los cinco segundos de haberte conocido. Perdón haber tardado tanto en entenderlo. Estaba atascado. Y quería negarlo para no hacerlo real, porque si es real podría perderte. Pero fue inevitable enamorarme de ti, de tu forma de tratarme, de tu forma de pensar, de lo complicado que somos, de tu manera de comprenderme, de tu sentido del humor, de tus chistes y bromas, de como soy cuando estoy contigo, más real, más sincero, menos amargado. 

Sonríe con lágrimas en sus ojos. Pone sus manos en mi rostro y une nuestras frentes. Ambos cerramos nuestros ojos.

- ¿Por qué yo? - digo. - Pudiste haber elegido a cualquiera. ¿Por qué me elegiste a mí?

- Porque tú me haces volar. - dice. Abrimos los ojos. - Haces que mi vida tenga más sentido, sin ti no se vivir. Siento que sos vos o nadie. Cuando lo sabes, lo sabes. Y... y siempre supe que eras tú.

Mis ojos se llenan de lagrimas. Él se acerca y me envuelve con sus brazos, me aferro a su cuerpo.

- Soy tuyo. - me susurra al oído. - Estoy aquí, y no me iré a ninguna parte. 

"Y llegara alguien que no se aleje, no se rinda, que no se harte, que quiera quedarse nada más porque eres tú y eso le es suficiente."

Déjalos que HablenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora