Déjalos que Hablen

41: "Peleas"

Estoy escribiendo en mi computadora, sentado en una de las sillas del jardín.

- ¿Cómo esta tu amiga? - oigo la voz de René.

Levanto la vista y lo veo sentarse enfrente mío. 

- Como si te importara. - digo.

- Gabe, estoy haciendo el esfuerzo, pero tú no ayudas. - dice molesto.

- ¿Pero que pretendes? - digo enojado. - No se que buscas de mi. 

- Busco a mi hermano. - dice. - Con quien la persona más importante de cada uno, era el otro.

- Si, bueno, se ve que Nathan ocupo mi lugar como tu persona más importante. 

- Eso no es cierto. 

- Claro que lo es, cuando lo elegiste a él por sobre mi. - digo. - Estaba pasando por un momento de mierda, necesitaba hablar con alguien, pero tú te alejaste y me ignoraste. Todo porque tú noviecito te dijo que lo hagas, porque metí la pata con Nic. Si, la metí, muy en el fondo. Fue lo peor que hice en la vida, pero, tú eras mi hermano, mierda. Y no estuviste ahí. 

- Lo lamento... quise contactarte después. 

- Después era yo el que no quería verte. - cierro mi computadora. - Y honestamente pienso que no hay nada más patético que dos hermanos peleando por terceros. Pero tú dejaste qué pasara. - me paro. - De alguna forma hice una nueva vida, y no te quiero en ella. - vuelvo para la residencia. 

A veces, la distancia, también es una forma de encontrar paz. 

********

Miro la hora en mi celular. 3 A.M. 

Veo a Gigi roncar a mi lado. Suspiro. 

Salgo de la habitación y comienzo a caminar por los pasillos. Con algo de suerte puede que encuentre la cocina y logre conseguir algo de comer.

Luego de un tiempo dando vueltas. Reconozco la entrada a la cocina. 

Doy un brinco hacia atrás, cuando noto a alguien sentado bajo la tenue luz encendida. 

- No soy un fantasma. - dice Nic, sentado en una de las banquetas altas, frente a la gran mesa de madera.

- Casi me orino encima. - digo acercándome.

- ¿También vienes por un bocadillo nocturno? - me pregunta.

- Solo lo hago por ansiedad, hacia frio para salir a fumar. 

- Lo mismo pensé yo. - dice. Noto que esta comiendo con una cuchara algo de un pote. - ¿Quieres?

- ¿Qué conseguiste? - le pregunto sentándome a su lado. 

- Mantequilla de maní. - dice.

- Antes que nada. - digo. Busco una cuchara y ambos comemos en silencio. 

- ¿No podías dormir por tu pelea con René? - me pregunta.

- ¿Cómo lo sabes? - pregunto extrañado.

- Estaba fumando fuera, pero no se percataron que estaba ahí.

- ¿Estabas espiando?

- Claro que no. - dice.

- Solo bromeo. - digo. Él sonríe apenas. - Algo así...

- Pues yo no podía dormir por su pelea con Nate. - dice. - Los tengo al lado. Por suerte Ciro es de sueño pesado. 

- Lo lamento...

- Llevan peleando desde que llegaron. 

- Supongo que es mi culpa.