Pasaron los días.
El vecino no ha dado señales de vida desde esa noche. Obviamente no pienso buscarlo, si el me quiere que venga por mi. Fue su idea después de todo.
Me pregunto, ¿qué demonios pasará por su cabeza?
- Hola Gabe. - dice una voz sacandome de mis pensamientos y mi vista de la lectura.
Miro al costado de donde proviene la voz y lo veo.
- Hola Nic. - digo con una sonrisa. - ¿Como...?
- René me dejó entrar. - dice.
Yo me encontraba en el jardín, sentado en el suelo, con mi espalda en pared, mientras leía uno de mis libros favoritos al sol.
- Tengo que hablar con mi hermano por esto que deja entrar a cualquiera a la casa. - digo.
Ríe y se sienta a mi lado. - ¿Soy cualquiera? - dice. Sonrió y niego. - ¿Que lees? - pregunta. Le muestro la portada. - Rayuela.
- De mis favoritos. - digo. - ¿Que hay de ti? ¿Te gusta leer?
- Pues claro. - dice como si fuera la cosa más obvia del mundo. - Entre tu y yo... - agrega bajando la voz. - Me encanta la poesía.
- No me digas... - digo sin poder reprimir mi sonrisa. - Con que eres un romántico.
Suspira fatalistamente. - Me has descubierto. Ahora tu puedes elegir donde quieres que te lleve.
Río. - Buen intento.
- Anda. - dice en tono de suplica.
Lo miro. Honestamente me es difícil decirle que no a esa cara tan linda que tiene. Suspiro.
- Nunca he ido a una cita. - digo por lo bajo.
- Ah, no te preocupes, yo tampoco. - dice restandole importancia.
- ¿A no? - pregunto extrañado.
- No. Estuve con alguien antes de venir para acá, pero nada serio. Amor infantil.
- ¿El amor a la distancia no es lo tuyo? - digo divertido.
- No, lo veo difícil. Ella me superó rápido y yo también, cuando me di cuenta que eso no era lo que me hacía feliz.
- ¿Has estado con chicas? - pregunto.
- Solo con ella. Los chicos han intentado emparejarme con amigas de ellos, ya sabes, para que probara siendo más grande. Pero no, no me mueve ni un pelo. ¿Que hay de ti?
- No, nunca he probado. Pero porque estoy seguro de lo que siento. - digo. Ambos quedamos en silencio. Suspiro. - Esta bien, saldré contigo.
El me mira con una amplia sonrisa y sus ojos oscuros luminosos.
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Déjalos que Hablen
Teen FictionTodo marchaba relativamente bien en tu vida, hasta que tus padres te obligan a cuidar la casa de tu tío durante sus vacaciones, en una ciudad diferente y quien tiene que echarte un vistazo de vez en cuando es el vecino de enfrente; un apuesto hombre...