35: "El tiempo pasa"

1K 107 36
                                    

Hola mis queri@s lectores!!! Acá les traigo la segunda parte de está historia, que será la última. No creo que tenga más de 15 capitulos, como mucho. 

Muchas gracias por leer. Tambíen gracias a todos los que votan y comentan. Lo qué más amo es leer sus comentarios, porque de esa forma se que les esta gustando la historia. Y no hay nada que me alegre más que eso, odiaria desepcionarlos. 

Pd. Publiqué una nueva historia, pueden hayarla en mi perfil, se llama "No puedes comprar mi amor". Es una trama distina a lo que venía escribiendo, pero a quien le intere, l@s invito a leerla. Saludos. Mucho amor!!

*********

Abro los ojos sobresaltado.

Miro el reloj que esta sobre la mesa de noche y me percato de que la alarma no sonó.

- Mierda. - digo con fastidio, levantándome casi en un brinco.

Noto que se encuentra dormido al otro lado de la cama. Me acerco a él y lo sacudo.

- Anda, levanta. - digo.

Saco la ropa de mi armario y comienzo a vestirme. 

- No... - oigo que se queja entredormido.

Termino de calzarme el jean gris oscuro, mis converse negras y una remera mangas cortas gris. 

Salgo de la habitación y me dirijo a la cocina. Prendo la maquina de hacer café y voy hacia su habitación. Se encuentra dormida boca abajo, con su cabeza mirando a un costado y su boca entreabierta. Corro las cortinas de su habitación, haciendo que entre la luz. Me acerco a ella.

- Despierta, que no sono la alarma. Llegaras tarde al trabajo. - digo.

- No fastidies, vete. - dice entredormida. - Mi cabeza da vueltas. - se queja agonizante. 

- Te dije que esas últimas cinco copas de vino estaban de más. - digo y salgo de la habitación.

Voy hacia la cocina y sirvo dos tazas de café. Agarro una de las tazas y vuelvo a su habitación. Se la acerco a su nariz, ella inhala. 

- Huele genial. - dice con placer, aún con sus ojos cerrados.

- Y es toda tuya. - digo y dejo la taza sobre su mesa de noche. 

Voy hacia mi habitación. Veo que esta despierto, sentado en la cama. 

- ¿Sigues aquí? - digo buscando mi camisa de jean del armario. 

- Buenos días para ti también. - dice. - Me pregunto cuando será el día que también me levantes con una taza de café. 

- Sabes muy bien que no soy de esos. - digo poniéndome la camisa. - Y lo sabías muy bien cuando firmaste para estar conmigo. 

- No firmamos nada Gabriel, en las relaciónes no hay contratos.

- Es un decir. - digo. - De todos modos, esto no es una relación. Hablo enserio, vístete, que se me hace tarde.

Me dirijo a la cocina y tomo de mi taza de café. A los minutos lo veo salir con su cabello revuelto y su ropa arrugada. 

- ¿Una taza de café? - le pregunto.

- No, compraré para tomar en el camino, pero gracias. - dice. Se acerca a mi y deja un beso en mi mejilla. - Nos vemos luego.

Sale del departamento, cerrando la puerta tras de si. Suspiro. 

Dejo la taza dentro del lavabo. Me acerco a su habitación. Veo que esta sentada, tomando de su taza, con la mirada en la nada.

- Gigi, me voy. - digo. - Pero te llamare en 15 minutos y más te vale que estés de camino a tu trabajo.

Déjalos que HablenWhere stories live. Discover now