Capítulo 22

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El avión era pequeño pero cuando entraron en su interior David quedó realmente sorprendido.

Todo el cuero color crema era la cosa más elegante que había visto en su vida, ese tal Samuel estaba forrado, y estaba loco por su amigo.

Sintió un tirón en el estómago, John. John y su estúpido honor, pero a la vez se sintió mal al saber que estaba en el hospital.

No era estúpido, y sabía bien como eran esos tipos como Samuel Hereford; importantes, demandantes y que te usaban como juguetes de los que pronto se cansaban.

Si no fuera porque sentía que Ethan saldría dañado finalmente de toda esa ecuación no dudaría en que era la mejor solución para los Savidge.

Buen sexo y regalos, eso siempre había sido algo bueno, siempre que no pusieras tu corazón en ello, claro.

David nunca lo había hecho, pero él siempre había sabido donde estaba su corazón y nunca lo había estado en esos hombres.

Ellos habían sido una distracción y un medio para poder obtener algo de dinero para la Universidad. Eso era algo que David haría, y que John lo hubiera tenido tan claro le hería, le hería porque él lo único que había querido siempre era estar con John. Sabiendo que eso no sería posible, vivió su vida, y él no era quién para juzgarle.

No lo era.

Se acomodó en uno de esos estupendos asientos, a pesar de toda la tensión se sintió arropado por el cuero.

No se le escapaba la tensión entre Lucas y Richard, habría que estar muy ciego para no saber que entre ellos ocurría algo, algo sentimental.

Lucas evitaba a toda costa a Richard, y este no se cortaba un pelo en mirarlo como si fuera comestible.

"Suerte con el hombre de hielo" le deseó mentalmente a Richard. Sinceramente no quería que Richard, que le parecía un buen tipo, dijera lo que dijeran John y Ethan, se metiera en aquella situación con Lucas.

No es que él no hubiera estado con tipos casados, no era lo que más le gustaba, pero pasaba, pasaba demasiado. En este caso, era porque sabía como enredaba en su tela araña gélida ese rubio; solo tenía que ver como John le idolatraba.

Estaba cansado, de John, de Lucas, de su vida. Estaba cansado por ese día y por los siguientes meses.

No tenía más que sentimientos de amistad por Richard, pero no quería ver ese "accidente" que siempre dejaba secuelas.

Cerró los ojos y se evadió de la realidad, un profundo sueño le invadió, estaba tan cansado. Detrás de sus ojos, antes de caer en lo brazos del sueño, vio a John y a pesar de su corazón roto le prometió una cosa.

"Ya voy, espérame"





Richard había colgado hacía unos minutos, Samuel estaba cometiendo una locura. Lo lógico hubiera sido apartarse de los Savidge, dejarlo estar. Seguir su vida, solo era un chico más en la lista de Samuel, ¿no?

El problema era que conocía a su amigo y a veces era como un perro con un hueso, incapaz de soltarlo.

Miró en dirección al rubio, su propio hueso, no iba a negar que deseaba lamerlo de arriba a abajo, pero también que se llenaría la lengua de astillas. Así era estar con Lucas.

El avión despegó y meditó sobre el extraño grupo que los tres formaban, Richard era de solucionar no de sumergirse en los problemas y nadar en ellos.

¿Por qué no era capaz de salir de esa piscina?

Cuando habían tomado la altura suficiente y les avisaron de que podían retirar sus cinturones de seguridad, Lucas se levantó. Richard le siguió con la mirada.

Sugardaddy: Londres (I)Where stories live. Discover now