Capítulo 37

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David y John entraron a la fiesta a la que David ya había asistido el año anterior, ¡un año de todo aquello! Qué locura, habían pasado tantas cosas que parecía del todo imposible.

Pero teniendo bien sujeta la mano de John nada parecía imposible.

Había sido correspondido por su amor platónico de toda la vida, no sin antes pasar por varios episodios complicados, bastante complicados, pero allí estaban juntos y bien, realmente bien.

Había encontrado un hermano, hermanastro, para el caso lo mismo daba. Eso ni siquiera entraba en sus planes, secretamente siempre había deseado tener a alguien en su vida, desde pequeño soñó que algún día alguien iría reclamando por él al orfanato, pero año tras año perdió cualquier esperanza de saber algo de su familia.

Esta le había encontrado a él, y nada más y nada menos que el millonario de moda de Londres.

No estableces una relación afectiva, fraternal con alguien de la noche a la mañana, pero ellos cada vez eran más cercanos. Y para David estaba bien, realmente bien.

Era el motivo principal por el que había vuelto a ir a aquella fiesta benéfica, salvo que ahora no era un simple invitado, ni la carabina de nadie.

Era accionista de SHC, era parte de la empresa de su hermano, de su familia. Finalmente había aceptado la oferta que Samuel le había ofrecido meses atrás, no solo era su dinero, que finalmente aceptó. Era entrar en todo lo que era suyo, reconocido y aceptado, y eso aunque nadie lo supiera, le tuvo llorando emocionado más tiempo del que quisiera admitir.

Nunca había sido alguien importante; el amigo, el ligue, la segunda opción casi toda su vida. Había supuesto que aquel era su sitio, y no sufría realmente por ello, pero ahora, ahora se daba cuenta de que así era como le gustaba sentirse. Parte principal de algo, y no como secundario.

—Estás impresionante—le dijo John a su lado, como si supiera que estaba pensando en eso.

—Lo sé—sonrió coqueto, porque aquella era su manera de ser, el escudo con el que toda su vida se había protegido. Pero John sabía más, lo sabía todo de él y le besó. Fuera quien fuera, estuviera quien estuviera, John nunca dejaba de demostrarle su amor.

Estaba bien ser accionista, saber que su vida, de cierto modo, estaba resuelta. No más becas pendiendo de un hilo, no más extras sacados de cualquier sitio.

Eso daba igual, lo que le importaba eran las personas que lo querían en su vida y harían cualquier cosa por él. Y allí estaban todas ellas reunidas.

—Te lo robo—dijo Samuel cuando llegó hasta ellos y tomó del brazo a David—. Prometo devolvértelo.

—Más te vale.—Pero David sabía que habían superado sus diferencias, al menos lo suficiente para no tomar aquello como ninguna amenaza.

Antes de que Samuel le llevara a conocer a gente de la que al momento olvidaría el nombre, se volvió a John y fue él quien le besó.

Nunca estaba demás llevarse uno de sus besos para el camino.






John veía como su chico se iba del brazo de su nueva familia.

Y se alegraba por él, David no merecía estar solo, y ellos habían funcionado de algún modo como una pequeña familia.

Ahora, con la verdadera, sabiendo que contaba con Samuel, mal que le pesara, le alegraba, a veces uno se equivoca realmente juzgando a las personas.

Sugardaddy: Londres (I)Where stories live. Discover now