❝ My Strawberry Princess ❞ || MiChaeng

→ Yugyeom

Mina dormía de manera tranquila ese sábado por la mañana. Tan profundamente que no se percató cuando los brazos de Chaeyoung dejaron su cuerpo.

La sábana blanca solo cubría de su cintura para abajo dejando a lucir el abdomen trabajado de la mayor.

Ayer por la noche, Chaeyoung decidió quitarle su camisa con la excusa de "sentir su suave piel" ¿y quien era ella para negarse a la linda sonrisa de su pareja?.

El pequeño Prince entraba a la habitación de sus dueñas en búsqueda de Mina. Con mucho esfuerzo logró subir a la cama para así dirigirse al adormilado rostro de Mina y lamerla.

Myoui frunció el ceño, palmeó su abdomen en búsqueda de la bolita peluda y así acariciarla a la vez que abría sus ojos.

— Prince...¿Qué haces? — Dijo esta con su voz rasposa.

— Dándote un beso de buenos días, ¿No es obvio? — La voz de Chaeyoung se hizo presente, estaba apoyada en el marco de la puerta observando todo. Se sentó en el borde de la cama tomando a Prince para así dejarlo en el piso.

— ¿Y por qué tu no me das mi beso? Ven acá. — Mina estiró sus labios en espera de su novia.

— No gracias, hueles a saliva de perro, Myoui. — Dicho esto la expresión de Mina se volvió un poco sombría.

Chaeyoung tenía que correr.

Salió de la habitación dejando escapar pequeñas risas.

— ¡Ven aquí Son! — Gritó Mina persiguiendo a su linda novia hasta conseguir acorralarla contra la pared.

Myoui se acercó a los labios de Chaeyoung, pero esta volteó el rostro;se negaba a recibir un beso de Mina.

Chaeyoung sonrió con la idea que se le acaba de ocurrir, esta vez fue ella la que se le acercó. Mina con una sonrisa triunfante fue cerrando sus ojos pero los abrió como platos al sentir algo líquido en su mejilla.

Chaeyoung le había lamido la mejilla.

••••

En aquella linda tarde, la linda pareja había decidido salir a dar un paseo con su querido Prince. Hace ya unos días había comprado una correa para el cachorro.

La bolita de pelo blanca tenía su collar rosa y con fresas al igual que la correa. Poco le faltó a Chaeyoung para ponerle un traje completamente rosa a Prince.

Caminaban de la mano con sus dedos entrelazados. Mina llevaba la correa de Prince. Sonreía al ver al perrito tan feliz, su colita no dejaba de moverse.

— ¿Y si vamos por un helado? — Sugirió Chaeyoung que llevaba observando una pequeña heladería al fondo del parque donde se encontraban dando su caminata.

Mina lo pensó, en verdad no le apetecía un helado pero al ver los lindos ojitos de Chaeyoung no pudo resistirse.

— Está bien, iremos por tu helado. — Dijo Mina recibiendo un fugaz beso en la mejilla por parte de su novia.

Caminaron hasta la heladería, al no poder ingresar con animales, Mina tuvo que esperarla afuera.

— No gastes mucho. — Dijo esta entregándole un billete a su novia, la coreana ingresó a la heladería mientras que Mina se apoyó en la pared del local.

Su "hijo" estaba echado en el piso, Mina por un momento pensó en levantarlo, no quería que su pelaje blanco como la nieve se ensuciara.

— Por dios Prince, te levantaría de ahí pero te ves cómodo. — sonrió Mina al ver al animalito lamer su nariz.

De su bolsillo sacó su teléfono y se puso a revisar sus redes sociales pero una voz la sacó de su mundo.

— ¿Mina? ¿Myoui Mina? — Levantó su mirada para encontrarse con Kim Yugyeom, el ex novio de Chaeyoung.

No quería ser grosera, pero, le desagradaba el ex novio de Son. Ella creía que era un idiota de primera.

Chaeyoung y él se conocieron en la universidad, incluso estuvieron juntos por ocho meses.

En el rostro del chico estaba su misma sonrisa burlona de siempre, sonreía de esa manera cada vez que se encontraba con Mina.

— Yugyeom, creí que habías regresado a Tailandia. — Habló Mina guardando su móvil.

— Creíste mal...Minari. ¿Donde está Chaeyoung? Seguro está aún más hermosa — Mina apretó sus puños, le desagradaba la idea de como éste hablaba de su novia.

Yugyeom al ver la expresión de Mina se echó a reír.

— Mira, intento ser agradable contigo. Solo te pido que superes a Chaeyoung de una vez por todas. — Dijo Mina un tanto enfadada.

— Eres graciosa, Myoui. No pidas cosas que son imposibles. Jamás superaré la suave piel de Chaeyoung, mucho menos sus car-...

— ¡Maldito idiota! — Exclamó Mina soltando la correa para tomar al coreano del cuello de su camisa. Sus ojos marrones ardían en furia. No permitiría que un idiota hablara así de Chaeyoung. — Dame una razón para no romperte la cara en este instante. — Murmuró para no ser escuchada por nadie.

Kim solo rió

— No creo que sea buena idea Myoui. ¿Recuerdas lo que pasó la última vez? Chaeyoung casi te deja. — Mina iba a golpearlo de no ser por la interrupción de su acto.

— ¿Minari? — La suave voz de Chaeyoung se hizo presente en los oídos de Mina. Volteó para verla sosteniendo su helado de fresa, sus ojos estaban cristalizados.

Chaeyoung odiaba la violencia.

La mayor soltó al coreano para volver a tomar la correa de su mascota.

La amante de las fresas se acercó a su novia mirándola fijamente, los ojos marrones de la contraria mostraban miedo con una mezcla de enojo.

— ¿Qué te sucede Minari? — Preguntó Chaeyoung — Tu p-prometiste no volver a hacer eso. Sabes que lo odio, más si se trata de ti. — Tomó una boconada de para luego posar su mano en la mejilla de Mina acariciándola lentamente.

La nipona volteó el rostro, no quería ver los ojos de Chaeyoung. La contraria observó como una pequeña lágrima amenazaba por escaparse de los ojos de su mayor.

— Bebé, mirame por favor. — Lentamente Mina volteó a verla. — Prométeme que no lo volverás a hacer.

— Lo prometo. Princesa, perdón yo no quería. El estaba hablando de t-...

Mina fue interrumpida por la sensación helada en sus labios.

Chaeyoung le pegó su helado de fresa en sus labios dejando rastros de este en los de la contraria.

— Hablas mucho. — Dijo para luego besar sus labios disfrutando el sabor del helado en estos.— ¿Sabes que es lo que me gusta de este helado?

— Que es rosa...y de fresas — Contestó Mina confundida

— Exacto. — Afirmó Chaeyoung — Pero sin duda me gusta más saborearlo en tus labios. — Dijo para dejar a Mina colorada.

Pequeñas acciones inocentes que alteraban el frío corazón de Myoui Mina