❝ My Strawberry Princess ❞ || MiChaeng

→ Parque de diversiones

En lo que Chaeyoung se encontraba en el baño luego de limpiar la cocina, Mina hablaba con su hermana menor, Lía.

No se habían visto desde hace dos semanas y ya se extrañaban. Lía sugirió ir a un parque de diversiones. La universidad mantenía ocupada a su hermanita, la única que la miraba de vez en cuando era Chaeyoung por los pasillos.

Al salir la coreana del baño y esperar media hora a que se alistaran, salieron de casa. Mina acordó encontrarse con Lía en una pequeña cafetería para así almorzar algo.

— ¡Minari! — Exclamó Chaeyoung un tanto enojada con su mayor.

— ¡Princesa! ¿Qué sucede? — la japonesa la miró con bastante susto, ¿Había hecho algo mal?

Chaeyoung mostró su mano junto a la vez que hacía un puchero.

— ¡Se siente vacía! — Inmediatamente Mina besó los labios de Chaeyoung sin poder evitarlo.

— Lo siento, ando un poco distraída. — Susurró sobre los labios de su novia. Sin pensarlo más, juntó sus manos para después entrelazar sus dedos.

Chaeyoung sonrió. Le recordó a las primeras semanas que salía con Mina.

Siempre estaba distraída en sus pensamientos, tanto así que sus mejillas se sonrojaban.

La mayoría del tiempo siempre pensaba en dónde llevar a Chaeyoung, cómo hacerla sentirse cómoda y demás pequeñas cosas que para ella eran importantes

A Chaeyoung le bastaba la sola compañía de Mina, con tal de que estuvieran juntas era perfecto. Aunque estuvieran en un silencio eterno estaría contenta.

Esto era por que estaba eufórica al saber que ella era el primer amor de la inalcanzable Myoui Mina. Se sentía superior a todos los demás al ser ella la que logró derretir el corazón frío de la chica frente suyo

De tanto divagar en sus pensamientos, ya habían llegado al establecimiento. Se dirigieron hasta la última mesa donde se encontraban dos personas amadas por la joven pareja.

Nada más y nada menos que Yeji y Lía.

Fue cuestión de microsegundos para que Chaeyoung se lanzara a abrazar a las dos chicas.

— C-Chaeyoung unnie, no...respiro — Habló Lia la cual era estrangulada con mucho amor por la coreana.

Mina negó riendo y se sentó frente a su hermana mientras revisaba el menú. Al pasar de unos minutos todas ordenaron algo diferente y delicioso que comer.

Chaeyoung no decía nada ya que se encontraba muy ocupada comiendo.

—  ¿Qué tal la universidad? — Preguntó Mina.

— Va muy bien, unnie. Aunque ya quiero salir. — Dijo Lia que abrió su boca para recibir una papita frita por parte de Yeji.

Así eran las cosas, a Lía le quedaban dos años de universidad y a Yeji uno.

••••

— ¡Vamos Chaeyoung, será divertido! — Mina jalaba el brazo de la menor con insistencia.

Resulta que su menor se negaba rotundamente a subir a la montaña rusa.

Yeji sugirió que subieran y a todas les pareció bien, menos a Chaeyoung que se aferraba con su vida a la barandilla de metal.

— Si quieren no subimos, no hay problema por nosotras. — Habló Yeji rascando su nuca.
No quería obligar a Chaeyoung a algo que no quería.

— Claro que no Yeji, ya estamos aquí y subiremos. ¿Cierto Chaeyoung?

— ¡Minari no quiero! ¡Suéltame por favor! ¡No quiero morir aún! — Rogaba la coreana sosteniendo aún más fuerte el barandal.

Mina suspiró, no ganaba nada forzando a Chaeyoung. Por fin la soltó y se tomó unos segundos antes de hablar.

— Chaeng, sube por favor. Prometo que no te pasará nada. — la nipona se acercó para tomarla de la mano, acariciando el dorso de esta con dulzura.

— ¿C-Como estás tan segura?

— Por que yo te cuidaré, vamos princesa. Yo estaré ahí contigo. — Al final y después de tanta insistencia, Chaeyoung terminó por aceptar.

— Que lindas, son más dulces que la miel. — expresó Lía al verlas

••••

— ¡Mina vamos a morir! — Gritó Chaeyoung justo en el descenso de la montaña rusa.

Era tanto su miedo que incluso sus dedos ya estaba rojos de apretar el barandal de seguridad.

No le bastó con eso, por alguna razón extraña terminó mordiendo el hombro de Mina.

— ¡Pero no me muerdas, Chaeyoung! — Gritó Mina lo más alto posible, tanto así que sentía como su garganta se desgarraba del dolor.

Al momento de bajarse, Chaeyoung iba agarrada del brazo de su mayor para así evitar caerse.

— ¿Por qué me mordiste? Me dolió y mucho. — Se quejó Mina mostrándole la mordida roja en su hombro.

— ¡Minari, bebé. Perdóname! — Dijo Chaeyoung viendo lo que había causado. La nipona negó.

— Una simple disculpa no es suficiente para mí. — Dijo ella.

Fue entonces cuando Chaeyoung besó el hombro descubierto de Mina, justo en el lugar de la mordida.

— ¿Mejor? — Preguntó la coreana logrando sonrojar a Mina por su gesto tan inocente.

— Mejor — Sonrió para luego besar la mejilla de Chaeyoung.

Gestos inocentes que Mina amaba.