❝ My Strawberry Princess ❞ || MiChaeng

→ Mejor vete

Ni siquiera había amanecido y el día de Mina ya se estaba complicando, eso que apenas eran las dos de la mañana. Chaeyoung la estuvo pateando por más de una hora hasta que Mina terminó durmiendo en la orilla de la cama, luego le quitó toda la sábana terminando la japonesa por morirse del frío.

Su último remedio fue quitarle la funda a la almohada y abrigarse sus piernas con ella. ¿Adivinen que? Chaeyoung también se la quitó. No tenía ni la menor idea de cómo hacía eso estando completamente dormida.

— Chaeng tengo frío. — Habló la mayor sin recibir respuesta por parte de su novia. Se movió hasta abrazar a Chaeyoung un poco aprovechando el calor que desprendía el cuerpo de la coreana. Pasó su brazo un poco más arriba de la pancita de Chaeyoung y acomodó su piernas para que encajaran con las de Son.

Amaban dormir en cucharita. Aunque a Mina le gustaba más ser abrazada, se tendría que conformar esta vez.

— Más...fuerte. — Balbuceó Chaeyoung a lo que Mina frunció el ceño.

— ¿Más fuerte?

— Abrázame fuerte. — Habló dormida. Mina solo sonrió y unió más su cuerpo al de su novia.

El cabello negro de Chaeyoung olía a manzanilla con un toque de miel, uno muy embriagante para el gusto de Mina, pero que aún así disfrutaba al máximo. Y más cuando tenía la oportunidad de hundir su nariz en el cabello de esta.

"¿Bañará a nuestra hija con shampoo de fresa?"

•••

Cuatro y media. Mina dormía relajadamente cuando sus brazos fueron apartados de manera brusca de su cuerpo. Abrió un ojo viendo a Chaeyoung volviendo a quitarle la sábana para así cubrirse completamente con ella.

— Ugh Chaeyoung. — Gruñó adormilada — No seas egoísta, comparte la sábana. — La menor parecía no escucharla, así que Mina dió pequeñas pataditas en el muslo de la contraria.

Con esto sólo logró que Chaeyoung se diera la vuelta, por un momento pensó en que le daría una parte de la sábana pero nada, absolutamente nada.

La pelinegra se envolvió en toda la sábana.

— ¡Son Chaeyoung dame la maldita sábana! — Habló más alto.

— Mina. — Dijo Chaeyoung — Cállate de una vez. — Aquello fue la gota que derramó el vaso.

— ¡Solo te estoy pidiendo que me des la maldita sábana, joder! — Gritó la japonesa apoyándose contra el respaldar de la cama.

Chaeyoung también hizo lo mismo, frotaba sus ojos como niña pequeña pero aquellos orbes avellana ardían en llamas.

— ¡A mí no me grites Myoui! — Protestó ya en mejor condición.

— ¡Si no lo hago me ignoras, es la única manera de que me prestes atención! — Se excusó.

— Me estoy muriendo de sueño Mina, no quiero escucharte.

— Pero yo necesito que me escuches, entiende lo que tra-...

— ¿Sabes que? Mejor vete

Y eso fue lo que hizo.

•••

Ya había pasado la hora de almuerzo, Chaeyoung no sabía dónde estaba Mina. Se puso triste al saber que estaba sola en el departamento.

— No debí tratarla así — Lloriqueó. Prince solo la miraba confundo mientras lamía su propia nariz de vez en cuando.

La menor lloró abrazada a su osito de peluche, aquel que Mina le había regalado hace mucho.

Y como si la hubiera llamado con sus pensamientos, la puerta se abrió dejando ver a Mina despeinada y cargando su almohada.

— ¡Minari! — Chaeyoung se iba a levantar pero Myoui no se lo permitió, fue ella la que se acercó para que Chaeyoung se le pegara como un chicle.

Juntó su mejilla mojada con la de su mayor mientras que colgaba del cuello de esta

— Creí que me habías abandonado. — Sorbió su nariz. — ¿Donde estabas?

— Estaba en el cuarto de almacenamiento. Era el único lugar donde no hacía ni tanto calor como frío. — Explicó Mina.

— Perdón por tratarte así amor, no fue mi intención...tú sabes que mi esta-...

Y fue callada por los labios de Mina. La coreana correspondió de inmediato formando un lento ritmo, como si de un vals junto a un baile perfectamente sincronizado se tratara

— Ya no llores, te entiendo bebé. Y por cierto, yo te dije que siempre iba a estar ahí a tu lado sin importar tus cambios de ánimos o antojos extraños. No me importa si me pateas por la noche, si me quitas la sábana una y otra vez. No me afecta puesto a que yo te amo, te amo demasiado y me quedaré a tu lado.

— ¿Por siempre?

— Por siempre