Nilak | Celos

1.1K 118 23
                                    

Era obvio que Sam había estado actuando extraño desde hace dos días que sucedió lo de su habitación.
No podía negar el hecho de que yo también hubiera actuado igual de no ser porque para mí besar ya era algo normal, pero este no era para nada el caso.

¿Habré sido su primer beso?

Lo miré de reojo, el chico prestaba tanta atención a su libreta que casi me hizo pensar que química le gustaba. Y es que no me había mirado a los ojos en todo el día, ni cuando pasé por el a casa de Claudia, ni cuando veníamos camino acá; era como una presencia miserable en su gran e importante vida.

-Bueno chicos.- habló la maestra completando el balance de neutrones en una cosa que no sabía que era y nos sonreía.- creo que esto es todo por la clase de hoy, pueden ir en paz. No se les olvide entregar su tarea para mañana.- ni quiera había terminado de hablar y Sam ya se había levantado de su asiento para comenzar a guardar sus cosas. Lo miré arqueando una ceja, se le veía sereno, tenso, como si algo le molestara pero no podía adivinar el qué.
Hice lo mismo con mis cosas, y pensé inútilmente que nunca me había preocupado que una persona me abandonara en el salón y se siguiera de largo, ya que todos me esperaban siempre. Pero ahora estaba casi corriendo para que el rubio no se fuera sin mi.

Idiota.

Llegó la hora del recreo. Caminábamos juntos sin decir ni una palabra. No sabía si era lo correcto iniciar una conversación justo ahora, sabiendo que lo más probable era que el chico no me contestaría.
Su mirada azul iba absorta en el suelo, y no reflejaba sentimiento alguno.

¿Acaso había hecho yo algo malo?

Dudas, dudas, y más dudas. Me era muy difícil concentrarme en lo esencial de la situación, que tampoco tenia muy en claro qué era.

-¿Cómo está Claudia?- le pregunté tomando la iniciativa, pensando en la única persona en común que ambos conocíamos. El chico giró su rostro unos segundos hasta mi persona, y me fue muy difícil retirar mis ojos de los suyos. Su rostro cada día se veía más bonito de lo habitual y no me fue nada difícil ignorar las miradas al rededor de nosotros.
Siempre había sido un imán para las personas, pero ahora era diferente. Ahora no solo me miraban a mí.

Lo miraban a él.

-Está bien.- me dijo con simpleza. Iba a volver a preguntarle algo al chico, algo idiota como qué había comido anoche con la simple esperanza de sacarle unas cuantas palabras, pero su rostro dejó asomar una sonrisa mirando hacia una dirección en específico. Mi corazón dió un vuelco al verlo hacerlo, y un tanto confundido giré mi vista hacia donde Sam miraba. Tenía que haberlo yo hecho sonreír, eso era, no podía ser otra cosa.

Pero no.

Me topé con un chico pelirrojo que caminaba hasta él. Debía de admitirlo, su apariencia era exótica, e irradiaba confianza por doquier, pero eso no me daba comodidad; más bien, me hacía sentir peor de lo que ya lo hacía.

-Sam.- le dijo cuando llegó hasta él con una sonrisa de oreja a oreja en el rostro. Sam no sonreía tanto, pero era verdad que una pequeña mueca en su rostro estaba.

¿Desde cuándo estos dos se conocían? Nunca lo había visto por aquí.
Algo picó dentro de mi interior, y casi me niego a admitir que esa atención la quería yo. Yo era el que lo habia ayudado siempre, y ahora estaba siendo tratado como una verdadera basura.

-Hola, Ares.- respondió.

Ares, Ares, Ares. Ese nombre me sonaba de algo, pero no lograba recordar bien de dónde.

-¿Linda mañana?- me miró fríamente con sus ojos azules claros y sonrió. Lo fulminé inevitablemente con la mirada, su presencia me molestaba, que le hablara a Sam me molestaba; solo quería irme lo más pronto posible a algún lugar lejos de aquí.
Pero pareció que mis señales no fueron lo suficientemente claras, ya que el chico volvió a picarme casi a propósito en el mismo lugar.- ¿están peleados?- Miró ahora al rubio, interrogativo.

NilakWhere stories live. Discover now