Sam | Maduros y fuertes

451 57 10
                                    

"Una persona rota jamás podrá reconstruirte".

____\\\\\_______\\\\\\

Había algo que si me lo hubieran preguntado apenas hace unos días, estaría cien por ciento seguro de la respuesta. "¿Te consideras una persona fuerte?"
Ahora realmente no tenía idea.

Pero estaba vivo. Después de todo lo que pasé.

Las personas somos pequeñas y frágiles; con cualquier situación podemos rompernos y convertirnos en un cascarón vacío. No somos fuertes, la vida nos obliga a serlo.
Tal vez yo no nací con un sentido de la justicia, y ni siquiera era bueno tomando los problemas; pero seguía vivo. Lo que hace un año veía tan complicado, ahora lo estaba viviendo como si fuera lo más normal del universo.

Me encontraba tan agradecido de haber elegido vivir que ahora dudaba de si alguna vez yo no quise hacerlo.

Los pequeños rayos de sol se filtraban por la ventana y alumbraron las largas pestañas del pelinegro. Dormía tan plácidamente que jamás pareció que este no fuera su hogar.
Una diminuta sonrisa se colocó en mis labios al momento de tomar sus mejillas, y como si lo estuviera llamando el chico abrió sus ojos.

-Buenos días.- susurró y se acercó a mi persona para esconder su rostro en mi pecho. Parecía un niño temeroso del mundo, por lo que no dudé en abrazarlo delicadamente.
Pensé en cuántos factores importantes tuvieron que haber pasado para que nosotros dos estuviéramos aquí, acostados uno a un lado del otro y queriéndonos.

Muchísimos.

-¿Quieres desayunar?- susurré delicadamente y el contrario asintió en menos de un segundo. Seguramente había estado tan preocupado que le costó comer en estos últimos días.

Ambos bajamos tomados de la mano, y enseguida Claudia hizo aparición dentro de la cocina, un aroma familiar salía de su comida, y eso me hizo sonreír.

-Buenos días Claudia.- saludé y ella me miró con una sonrisa.

-Buenos días amores.- sentí como la mano de Nilak hizo presión al escuchar eso, pero aún así le respondió de forma amable a la mujer. El que los tres nos sentáramos de manera tan simple me hizo creer que esta siempre fue mi familia, y que era muy afortunado de tenerlos.

-Prepare algo delicioso, ¿me ayudas a servir Sam?- asentí rápidamente y me levante de la mesa para seguirla. Había preparado algo sencillo como lo eran huevos con jugo de naranja, por lo que tome dos de los platos y me dispuse a llevarlos a la mesa; Nilak me agradeció por la comida y al final nos dispusimos a comer los tres en silencio. Sabía que Claudia notaba el aura extraña que el chico emanaba, pero simplemente no dijo nada y se concentró en lo suyo.- Iré a realizar unos pagos Sam.- añadió después de unos minutos.- quédense y descansen un poco, igual les dejo dinero en la mesa por si gustan comprar algo de comer.

Después de que la mujer se fuera, Nilak y yo simplemente no supimos qué decir; habíamos dejado demasiadas cosas al aire la noche pasada, y ni siquiera hablamos sobre qué pasaría con nosotros, tampoco con su padre.

-¿Quieres ordenar algo para comer o...

-Me iré a Italia Sam.- interrumpió mi frase con lo que hoy en día tal vez era mi peor miedo. Un frío seco se situó en mi espalda cuando nuestros ojos chocaron entre sí.
¿Qué podía hacer? Por un lado no quería que se fuera, que se quedara conmigo; pero por el otro sabía que no podríamos con ello. A los ojos de todas las personas solo éramos unos niños, unos niños que ni siquiera pueden mantenerse económicamente por sí mismos.
Sentí las lagrimas amenazar con salir cuando el chico se acercó a mi para darme un abrazo dulce, le quería conmigo, pero no era el momento.- será difícil.- susurró acariciando mi cabello y no pude más, solté la primera gotera.- pensé en todo lo que podría hacer, en todas las posibilidades que me permitieran quedarme. Si tú no estuvieras te juro que no me hubiera importado la más mínima palabra de ese viejo; pero ahora tengo algo qué proteger, tengo que protegerte Sam. ¿Crees que podremos hacerlo?- su mirada irradiaba tanta seguridad que me fue imposible no confiar en todo lo que iba diciendo el pelinegro.

-Nilak.- le dije a duras penas. La primera palabra que nos dedicamos llegó a mi mente y me sorprendió notar lo mucho que cambiamos.- estoy seguro de que lo haremos.- el mayor unió nuestros labios en un delicado beso, como si llevara toda la mañana queriendo hacerlo y después me abrazó.- te esperaré el tiempo que sea necesario.

NilakDonde viven las historias. Descúbrelo ahora