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Camino con cuidado de no caer por las escaleras hacía la cocina y lo veo sentado viendo las noticias, como si fuera una persona normal, en una casa normal, en una situación normal, solo que no es nada de eso.

La busqueda por Avrey Caswell, aún siendo culpable del asesinato de William Leister, sigue en marcha, ofrecemos $100, 000, 000 dolares a la persona que tenga información o sepa de su paradero. Por otra parte, el funeral de Nathaniel Holbrook sucedió ayer y contó con la asistencia de más de la mitad de la ciudad. Todos unidos por la misma causa.— Algo parece molestarlo bastante, lo que provoca que apague la televisión con brusquedad.

Me mira de reojo y camina hacía la cocina.

—Doce dejó preparado unos platillos.— Dice cortamente. Me siento delante de él frente al plato puesto frente a mí. Se ve delicioso pero mi apetito parece no querer funcionar.

El come con una tranquilidad envidiable. Me relajo y pienso en mi plan.

—¿Porque usan números como nombres?— Digo curiosa, debo parecer interesada de verdad.

El me mira confundido. —Para que no descubran nuestros nombres reales.— Dice como si fuera algo y obvio y realmente lo es. Guardo silencio de nuevo y trato de comer.

—¿Te duelen mucho?— Dice entonces, apuntando a mis muñecas un poco sangradas.

—Si, en realidad si.— Digo haciendo una mueca de dolor. —Es extraño el sentimiento, antes siempre solía portar mis pulseras... ahora esto adorna mis muñecas.— Digo casi sonriendo. Es irónico pensar que acabaría de esta manera.

El termina antes que yo debido a que en verdad me esfuerzo por comer, pero simplemente no puedo hacerlo. Me observa mientras como lo demás y él fuma un cigarrillo, de nuevo con una tranquilidad envidiable.

—¿Porque portabas tantas joyas? No te parece, no se... ¿peligroso? Cualquiera podría robartelas.— Dice mientras le da otra calada a su cigarro.

—No lo se... jamas pense que fuera peligroso. Las pulseras eran lo de menos. Mi collar es lo único que me importa. Me lo dio mi papá cuando cumplí 15 años. Amo la luna, me parece una de las cosas más hermosas del mundo.— Digo una vez que he terminado por fin.

El se queda en silencio y se levanta.

—Espera aquí.— Camina escaleras arriba y yo me quedo inmóvil en mi lugar, admito que me da miedo moverme, pero también admito que no tengo las suficiente fuerza como para seguirlo y ver que demonios hace. Esto no es tan dificil como pense que sería.

Cuando regresa veo que trae algodónes y alcohol junto con unas vendas.

Se coloca frente a mi con una distancia respetuosa.

—Puede que te duela un poco.— Habla en todo de advertencia. Toma mi mano con demasiado cuidado y limpia con cuidado con algodón y alcohol. Muerdo mi labio inferior del dolor. Duele demasiado. Mi mano involuntaria toma la suya y la aprieta. Me doy cuenta de lo que he hecho y la retiro inmediatamente.

—Esta bien— Dice en silencio y sigue limpiando con un cuidado que a decir verdad me sorprende, jamás creí que el tuviera ese lado... cuidadoso, humano, mas bien. Después de terminar con la derecha, continúa con la otra muñeca y al final las venda. —No las muevas demasiado o volverán a sangrar.– Dice al terminar.

No vuelvas a amarrarme para que no vuelvan a sangrar, quisiera decir, pero mejor me quedo callada.

Me quita también la aguja del suero.
Camina de nuevo al sofá frente a la televisión y la enciende, pero esta vez en una película. No me tomo el tiempo de verla, simplemente me pregunto como una persona como él puede disfrutar de algo como una película después de todo.

—¿Que día es hoy?— Pregunto desde la cocina.

Se tarda unos segundos en responder. —8 de marzo.— Responde cortamente.

En cuatro días es mi cumpleaños número 18. Tenía planeado hacer una gran fiesta  con todos mis amigos y la iba a pasar genial. Estaría con Nate y Maia. Y sería increíble. Y ahora todo eso está arruinado, aunque claro, la estupida fiesta ahora es lo que menos importa.

Me limpio la largima que se me derramó y camino hacía él.

—En cuatro días es mi cumpleaños.— Digo detrás de él.

—Claro que lo se.— Dice sin mirarme. Me quedo inmóvil en mi lugar. —Tenemos algo planeado para ese día.

Entonces, pierdo la presión que quedaba en mi cuerpo, la siento bajar hasta la punta de mis pies. Esto no puede ser bueno. Nada bueno. Trato de caminar sin hacer ningún sonido a la habitación donde antes estaba y me siento en la cama.

Oh no. Me va a dar un ataque de pánico. Lo siento venir.

Mi respiración se agita y la vista se me empieza a nublar. Siento como el sudor frio se apodera de mi y las nausas junto con este. Las palpitaciones del corazón las siento a mil por hora.

Como puedo gateo hasta el inodoro y vomito. Ahí va toda mi comida. Genial. El poco esfuerzo que hice se ha ido en menos de un segundo.

Vomito todo lo que estaba dentro de mí y quedó deshecha. Mi cuerpo ya no tiene energía. Me derrumbó en el suelo.

—¿Avrey?— Escucho a Tres desde afuera. Trato de hablar pero la voz no me sale. —Ay no, Avrey.

Rápidamente me recoge y me toma entre sus brazos. Me deposita sobre la cama y me da un vaso con agua.

Mi respiración sigue agitada y siento como se me cierra todo.

—Respira conmigo. Tranquila. Inhala, exhala. Inhala... exhala.— Me concentro en su respiración. Tengo que calmarme. Siento cómo si me fuera a morir. Y no puedo morir de esta manera, no después de todo.

Después de unos minutos consigo calmarme y me recuesto contra la almohada.

—Necesitas dormir.— Dice mirandome y no logro decifrar su expresión.

Asiento y me recuesto. Estoy temblando. Me voy a morir. Y se perfectamente que me voy a morir, solo espero que no sea aqui, y que no sea ahora.

Él me mira antes de cerrar la puerta y marcharse.

Money Heist | (completada)Where stories live. Discover now