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Evitar a Jaden me parece más difícil de lo que pensaba. Me duele tener que alejarme sin decir nada pero es lo mejor. Hace una semana del baile, y aún River no ha hecho nada. Todos los días despierto con miedo de que algo pase. Enciendo las noticias y rezo para que no haya ninguna que anuncie algun asesinato, o cualquier cosa que lo incumba.

Hoy, viernes, me levanto a la escuela con la misma energía de siempre, o sea, ninguna. Me pongo mi uniforme y llego. Me siento en mi usual lugar, tomo notas, estudio, leo, evito a Jaden... Sólo que hoy no lo veo por ninguna parte. Normalmente nos encontramos en todas nuestras clases, ya que las compartimos todas. Jaden trato de hablar conmigo él primer día, pero me rehuse y le dije que todo había sido un error y que lo mejor para ambos sería permanecer alejados. 

Inconscientemente lo busco por toda la cafetería, pero no está. Obviamente comienzo a preocuparme, seguramente no es nada, pero estando en mi situación, nunca puedo estar segura de nada. Saco mi celular y marco su número. Nada.

Lo marco de nuevo, dos, tres veces. Nada. Mi corazón late rápidamente. Me tranquilizo, probablemente sólo estoy exagerando y él decidió tomarse un día de descanso, incluso quizás esté enfermo y yo lo estoy molestando. Quizás me bloqueo. Marco de nuevo su celular y esta vez tengo suerte.

—Jaden, ¿estás bien?— Digo en cuanto coge el teléfono.

Avrey.

La voz me paraliza, me hace pararme en seco. Sabía que algo malo pasaba.

—River, por favor, no le hagas daño, te lo ruego. Porfavor.— Suplico ya con la voz cargada de sentimiento.

¿Porque? ¿Lo amas? ¿Cuál es tu razón?— Dice a través de la bocina. ¿De qué está hablando?

¿Recuerdas cuándo te dije que si yo quería que regresaras, regresarías?

Si...

—Este es el momento. Te haré elegir. O me quedo con tu nuevo noviecito de juguete, y tu eres completamente libre para siempre, o regresas tú y lo dejo ir, sano y salvo.— La elección que tomaré es obvia. No lo dudo ni un segundo.

—¿Si regreso, prometes no hacerle daño?— La última vez que algo así paso, las dos personas terminaron muriendo...

Lo prometo.— El silencio en la llamada es escalofriante. —Avrey, si llamas a la policía, le atravesare la cabeza con una bala, ¿me escuchaste? Ah y, sorpresa, estoy afuera de tu escuela.— Cuelga el teléfono y este se me cae de la mano. Todos en la cafetería voltean a verme y yo salgo corriendo. Empujo personas en el pasillo para salir. Todos asustados caminan detrás de mi.

Al salir, Jaden se encuentra atado de las manos y con la boca y ojos tapados, esta de rodillas. River detrás de él, con un pasamontañas y la pistola contra su cabeza.

Escucho gritos detrás de mi asustados, pero todos guardan silencio cuando me acerco y comienzo a hablar. —¡Déjalo ir! ¡Prometiste que no le harías daño!

—Lo hice. Y lo dejaré ir, pero primero ven aquí.— Camino lentamente a su lado. Jaden levanta la cabeza al escuchar mi voz y yo le quito la venda de los ojos para indicarle que todo estará bien. Espero que todo esté bien.

River lo levanta de golpe y arranca la cinta en la boca de Jaden. —¡Jaden vete!— Grito antes de que algo pase.

—No te voy a dejar, Avrey. No dejaré que te lleve.— Dice realmente asustado.

Ay, porfavor. ¡Ella no te ama!— Dice River riendo. Lo miro con mirada de muerte. —Si no te vas, te voy a matar, y vas a hacer que tu querida Avrey sufra más de lo que ya ha sufrido. Así que hazle un favor, y vete.— Le indica que se vaya y Jaden me mira una última vez antes de irse.

—¡Alto! ¡Deja a la chica en paz!— La directora sale de entre la multitud de alumnos.

River apunta la pistola al cielo y dispara. —La siguiente persona que se atreva a interrumpirme, va a terminar muerto aquí mismo. ¡¿Entendido?!

—Basta, por favor. Los estas asustando, me estas asustando...— Digo en voz baja. Esta asustando a chicos inocentes que no merecen dormir intranquilos por esto y jamás lo olvidarán. Él me mira y respira hondo.

—Vamonos.— Me habla solo a mí. La camioneta negra llega detrás de nosotros y River me empuja dentro de esta.

—Me lastimas.— Digo una vez dentro. Él se niega a mirarme y el conductor comienza a manejar. Gracias por cumplir tu promesa.— Digo sinceramente. Significa demasiado para mi que no le haya hecho daño y en verdad me haya cumplido la promesa.

—Yo no hago promesas que no voy a cumplir.— Dice secamente.

—No te ves cómo el tipo de persona que las cumpliría.

Él me mira seriamente. —Jamás rompería una promesa, Avrey. Jamás.

Asiento y miro hacía la ventana. Se a dónde nos dirigimos. Y honestamente estoy más acostumbrada a esto que a estar en mi propia casa.

Money Heist | (completada)Where stories live. Discover now