Money Heist | (completada)

19

Después de probablemente la noche más larga y más corta de mi vida, consigo dormir. Las pesadillas me inundan la cabeza, me aterrorizan. Pero esta vez yo no soy el protagonista. Un pequeño niño sufriendo por la muerte de su madre en manos de alguien que consideraba como un amigo. Alguien en que confiaba. Algo que te cambia la vida por completo. ¿Cómo podrías confiar en alguien más después de pasar por algo así? Y estando completamente solo... sin padre, sin madre, y sin hermanos. Y ahora es, tal vez, el asesino más buscado. Si soy sincera, no lo parece. Miro al chico estresado mirando su celular. Acomodando su cabello para dejarlo ver con sus azules ojos. ¿Cómo podría el tener la sangre de tantas personas en sus manos? El enojo y el rencor nos pueden llevar a hacer cosas que no queremos. Me imagino otra vida, dónde él quizás tuviera a su familia completa, y yo aún tendría a Nate y a Maia conmigo. William seguiría vivo y también la señora de la fiesta, y el chico debajo de la mesa, y la chica de la puerta, y... mucha gente más de la que yo quizás no tengo ni idea.

—Espera, ¿entonces todo el dinero de tu padre...?

—Lo tengo yo.— Dice dándome la espalda. Abro los ojos en sorpresa. Todo el dinero de su padre lo tiene él. Según mis cálculos es... demasiado.

—No te preocupes, no lo he gastado todo.— Suelta una pequeña risa.

Es muy joven para tener a su nombre toda esa cantidad de dinero, y más siendo... un asesino. Podría hacer demasiado con el.

—¿Que harás ahora?— Que posiblemente podría seguir de esto.

Se gira para mirarme. —Esperar.

Lo miro confundida. —¿No harás nada?— No lo entiendo, yo supondría que después de todo esto por fin acabaría. Qué acabaría conmigo.

—No, Avrey. No haré nada. Recoge tus... cosas. Vamos a ir a otra casa. Es muy peligroso estar en un hotel.— Asiento con la cabeza.

Recogo la sudadera que tenía puesta previamente y él se asegura de no dejar rastro alguno. Me doy una rápida mirada en el espejo antes de salir y realmente me asusto. Mis ojeras se ven enormes y rojas. Mis brazos se ven demasiado delgados y... simplemente me veo terrible.

—¿Porque no me dijiste que me veía así de mal?— Digo realmente horrorizada.

—No lo sé, Avrey. No pense que fuera importante tu apariencia. Además, la que insiste en no comer eres tú.— Eso es cierto, en parte. No es que no quiera, es que no puedo.

Me tapa la cabeza con el gorro de la sudadera y caminamos con calma hacia la recepción. River hace todo el check-out y salimos de ahí antes de que cualquier otra cosa pase. Entramos al carro y River maneja hacía las afueras de la ciudad.

—No me tapaste los ojos.— Digo dándome cuenta.

Él me mira también sorprendido. —Cierto, lo olvide. Ehmm... supongo qué no importa.— Dice tratando de no darle tanta importancia.

Llegamos a una zona llena de árboles, parecida a un bosque. River se estaciona frente a la casa y cuando estamos saliendo, un auto de policía pasa.

—Mierda.— El auto nos pasa, pero unos segundos después, comienza a retroceder.

River me jala fuera del auto hacía los árboles. Nos ocultamos detrás de uno y me tapa la boca con la mano.

Empujo su mano. —Se callarme sola, gracias.— Digo en voz baja.

—Creo que entraron a la casa.— Dice un policía a lo lejos. La cercanía a River me esta incomodando. Siento su respiración nerviosa y casi puedo escuchar su corazón latiendo. Tiene miedo.

Los policías encienden el auto y parece que se han ido.

River camina cautelosamente hacía afuera para asegurarse. Me jala con él hacía la casa y entramos.
La casa es algo parecida a la pasada. Sólo que esta es un poco más chica y nueva.

—¿Y esta casa de quién es?

—Mía.— Dice sin importancia.

—Ah claro, había olvidado quién eras.— Digo sarcásticamente.

—No me subestimes. Tengo uno de los apartamentos más caros en el centro de la ciudad.— Dice con voz presumiendo.

Río ante la ironía. —¿De verdad?

—Si, amo la ciudad. Me encanta pasar tiempo ahí, cuando no estoy... planeando asesinatos.— De repente la sonrisa de mi cara se borra.

—No bromees con eso.

—¿Porque no? Es un poco gracioso, tienes que admitirlo.— Lo miro sonriendo tratando de contener la risa.

—No, no lo es. Basta.— Digo empezando a enojarme.

Él respira hondo y se acerca. —¿Desde cuándo eres tu la que me da órdenes a mi? — Su cercanía me asusta un poco. Más bien, me intimida. Me quedo en silencio. —¿Porque no huiste allá afuera? Tuviste muchas oportunidades de correr, y sin embargo, no lo hiciste. ¿Porque?

Tragó saliva. Llevo haciendome esa misma pregunta todo este tiempo. —Supongo que aunque escape volverás a encontrarme...— Es mi unica razón que suena sensata.

—Eso tú no lo sabes. Tal vez es parte del plan dejarte ir.— Dice muy seguro de si mismo.

—Yo se que no lo es.— Muy dentro de mi se que no lo es.

—Tu pareces estar muy segura de muchas cosas, Avrey. Y sin embargo no pareces estar segura de regresar. ¿Si abro la puerta ahora mismo, te irías?— Dice seriamente.

—C-claro que me iría. Ya te lo he dicho, no disfruto estar aquí.

Se acerca lentamente a la puerta y gira la perilla lentamente. —No jueges así conmigo.

No puede hacerme esto. Debe de dejarme ir. No jugar conmigo así.

El abre la puerta y me mira. —Vete. Si tanto quieres irte, vete.

Sus ojos me miran dudosos. No sabe lo que haré, y realmente yo tampoco.

Puedes irte, Avrey. Puedes regresar a casa. Camino hacía afuera y miro hacía la calle. Corre.

Lo miro una última vez y corro. Corro tan rápido como mis piernas me permiten. Corro por lo que parecen horas. Siento como mis hojos empiezan a aguarse debido al frío. Escucho un auto acercarse y por un momento pienso que se trata de River. Pero no, una señora en una camioneta se para a mi lado.

—¿Estás bien?— Dice mirandome.

—No.— Digo tratando de recuperar el aliento. Me abre la puerta y subo. Miro hacía atrás y me doy cuenta que viene una chica de mas o menos mi edad con ella.

—¡Joder! ¡Eres tú! ¡Avrey Caswell!— Dice la chica.

—...Si.— Digo asustada. Siento que es una broma. En cualquier momento vendrá por mi. Lo sé.

—Vamos a la policía.— Dice la madre.