Money Heist | (completada)

13

—El ataque ocurrido el día de ayer, en la fiesta en memoria de Avrey Caswell y los pasados difuntos, ha dejado a más de 50 muertos y 20 heridos. A demás de que el caso ya ha sido tomado a mayor escala, ya que es el primer asesino en serie que se ha presentado desde hace tiempo. El asesino, aún no identificado, ha sido describido como un joven con cabello castaño rubio y ojos azules, portaba un esmoquin. Si usted tiene información sobre el asesino o el paradero de Avrey Caswell, por favor comuníquese con las autoridades.— La voz de las noticias suena como si viniera de dentro de mi cabeza. Simplemente no lo logro comprender.

50 muertos y 20 heridos. No hay una simple explicación para lo que acaba de pasar. Esta loco, esta demente, es un monstruo, un asesino. No tiene alma, eso lo sé porque fue comprobado ayer ante mis propios ojos. Tengo miedo al cerrarlos. Al cerrar los ojos todo se repite una y otra vez. El cuerpo de la señora cayendo frente a mi, el chico asesinado bajo la mesa, la cabeza de la chica siendo destrozada frente a mi... y son incontables, el cuerpo de Maia chocando contra el piso, William cayendo muerto por mi culpa, el hermoso rostro de Nate siendo destruido. ¿Quién seguirá? ¿A quién posiblemente podría matar? Ya no hay nadie más.

Ya no lloro desde ayer, no puedo. Duele demasiado que no logro distinguir si ya no siento nada o siento mucho. No hablo, no sonrio, no me muevo. He tratado de comer pero no tiene muchos resultados. La comida sale el momento en que las imágenes se repiten en mi mente.

Y ya no puedo más, ya no lo soporto. La culpa me está matando. Si tan solo fuera diferente, si yo fuera diferente todo esto no hubiera pasado. Pero entonces me pregunto, ¿porque yo? ¿que he hecho yo para merecer esto?

He contemplado varías veces terminarlo todo y ponerle un fin de una vez, pero no lo logro. Al parecer puedo terminar con la vida de alguien más, pero la vida que más odio, la mía, es la única que no puedo dejar ir. Tan débil.

Mis pies me arrastran a la habitación con el piano y lo contemplo desde el lado antes de sentarme. Pienso unos segundos en que debería tocar, seguramente algo que me alegre. Me decido por Clair de Lune. Mis frágiles dedos tocan las teclas y el sentimiento de familiaridad me llena. Sonrio ante el sentimiento, aún puedo sentir.

Mi mente deambula por mis recuerdos mientras toco. Trato de pensar en momentos felices pero nunca lo consigo ya que estos son inundados con todos los recientes eventos. Los dejo pasar. Al final del día, las cosas que he visto no las puedo eliminar.

Mi cuerpo se deja llevar con la música, soy una con ella. Por fin termino y siento mis muñecas doler, pero lo ignoro.

—Nunca pense que alguien la tocaría tan bien como lo hace Debussy.— Escucho su voz detrás de mi, pero yo sigo mirando al frente.

—Gracias, supongo.— Digo sarcásticamente. Me giro para verlo caminar hacia mi. Mis reflejos actuan por si solos y retrocedo un poco. Él parece notarlo y me mira confundido.

—¿Me tienes miedo?— Dice una vez cerca.

Lo contemplo antes de responderle. —No te tengo miedo a ti, más bien de lo que puedes hacer.— Digo honestamente. Y es verdad.

La respuesta parece ser suficiente y se sienta en el sofá frente a mi. —Puedes continuar.— Dice mirándome fijamente.

—¿Algún requisito?— Pregunto sarcásticamente.

—Moonlight Sonata, era mi canción favorita.— Parece recordar algo mientras lo dice. Yo se esa canción, también es de mis favoritas.

Comienzo a tocarla y lo miro de vez en cuando para ver su reacción. Me mira con demasiada atención, como si me examinara con mucha precisión. Se levanta y se apoya frente a mi para verme más de cerca, lo cuál por alguna razón me pone nerviosa. ¿Tal vez porque es un asesino?

Termino la canción y lo miro. Nuestros ojos se conectan y algo parece molestarlo de repente. Da dos pasos hacía atrás como si el tuviera miedo de mi y yo lo miro confundida.

—¿Sabes qué? Si deberías de tenerme miedo. Mucho miedo. Tu misma lo dijiste, soy un monstruo.— Sale rápidamente de la habitación y me deja sorprendida.

Lo sigo hasta afuera. —¿Porque?— Pregunto ya harta de sus cambios de humor.

—¿Qué?— Me mira confundido y exhausto.

—Quiero que me des tu razón para tenerte miedo, ¿porque eres un monstruo?— No tiene sentido, ¿porque piensa de si mismo que es un monstruo y sigue haciendo todas esas horribles cosas?

—¡Joder Avrey! ¿No has visto lo que he hecho?— Camina hacía mi y por instinto retrocedo hasta chocar con la pared detrás de mi. —He matado a demasiadas personas, incluso podría matarte.

—Pero no lo has hecho.— Contesto firmemente.

El se acerca cada vez más pero yo estoy acorralada. —Es la única manera. No hay otra salida.

—¿Salida de que? No te entiendo.— Digo estresada y un poco asustada.

Su puño golpea la pared detrás de mi y yo brinco del susto. Respira, no dejes que te gane. Eres más fuerte que esto. Resiste.

—¿Crees que no noto tu mirada? ¿La forma en que me vez cuando entro a la habitación? ¿Tu miedo justo ahora?

—No te tengo miedo.— Digo con voz firme. —Me lo has quitado todo. A mi mejor amiga, a mi novio, me has apartado de mi familia. ¿Y sabes qué? No te tengo miedo.— Las palabras me reaseguran a mi misma. No temas.

—¡No lo entiendes!— Dice obviamente frustrado. —No entiendes por qué estas aquí, o por qué no te he matado, o por qué tomé el dinero de tu familia. No eres solo una chica al azar. Llevo vigilandote por mucho tiempo.

¿De qué está hablando? ¿Vigilandome?

—¿Porque yo?— La pregunta que me mata y atormenta día y noche. Qué he hecho yo para merecer esto.

—Por que...— Se aleja y se toma el cabello en obvia frustración. Se que no lo quiere decir.

—¡¿Porqué yo?!— Digo firme y seguramente.

—Por qué tu padre asesino a mi madre.