17- Kona Beans

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*dato curioso, Kona Beans es una cafetería que existe realmente en Corea del Sur.

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-A mi no me importa si tienes resaca por irte de fiesta o qué, tú te levantas.

-Arghh... -gruñí, tapándome la cabeza con la almohada.

-Anda -insistió mi tía-. ¡Yah!

-No puedo, me duele -murmuré desde debajo de la almohada-. Me duele mucho...

-Eso te enseñará a no ponerte así de borracha.

-No tengo obligaciones todavía, déjame dormir un poco más...

-Pues deberías, y de eso vine a hablarte -respondió la anciana. Me quité la almohada de la cabeza y la miré, de repente tenía toda mi atención-. ¿Has pensado en conseguir un trabajo? Porque honestamente no te veo trabajando en mi granero, no es trabajo para una chica de ciudad.

Arrugué la nariz.

-Nunca he ido al granero, ahora que lo pienso. Pero estoy segura de que alimentar un par de gallinas no es tan complicado.

-¡Oh! No es sólo alimentar a las gallinas, pero aún así puedo arreglármelas sola con eso. De cualquier manera tú, mi niña, necesitas un empleo. ¡Y qué mañana más soleada para salir a buscar uno!

Mi tía dio media vuelta y yo, tras soltar un quejido angustioso, volví a tapar mi cabeza con la almohada.

La campanita tintineó cuando crucé la puerta de Kona Beans.

-¡Bienvenida a...! ¡Sofi! -exclamó Jungkook, dejando dos platos con ensaladas sobre la mesa de una pareja y acercándose a mi a toda prisa-. Qué bueno verte. Me dijeron que anoche dejaste la fiesta un poco temprano.

-Estaba muy borracha.

-También dijeron eso -sonrió con amabilidad-. Oye, ¿viniste a por un café de resaca?

-Ya quisiera... En realidad vine porque estoy buscando empleo.

-¡Oh! Pues... -Jungkook miró a su alrededor. Había un mecero más, Namjoon preparando café y otros dos chicos del otro lado en la cocina-. Pues creo que estamos cubiertos de personal aquí.

-Es una pena -me lamenté honestamente, haciendo un mohín-. Habría sido lindo trabajar con alguien  conocido.

Jungkook parpadeó un segundo, mirándome con ojos muy grandes.

-¿Diga? -el otro camarero, con su libreta aún en una mano, respondió su teléfono-. Madre mía, ¿¡cómo!? -instantáneamente colgó su teléfono y lo dejó en el bolsillo trasero de sus pantalones, acercándose a Jungkook con mirada apremiante mientras se desataba el mandil de la cintura a toda velocidad-. Lo siento, tengo que irme.

-¿¡Qué!? ¡No puedes irte!

-Es una emergencia, sabes que no te lo pediría sino -el camero le dejó el mandil en las manos a mi amigo, que a su vez lo miró atónito.

-Pero...

-Eres el mejor -el chico le dejó su gorra de uniforme y, tras guiñárle un ojo, salió pitando del local.

-¡Pues mira nada más! -exclamé, feliz. Le quité la gorra de las manos y me la puse en la cabeza-. Parece que necesitarás ayuda.

-¿Entiendes que si no firmas un contrato con el dueño ni siquiera sé si podrá pagarte? Ésto lo estás haciendo a voluntad.

-Y cuando vea lo buena que soy sirviendo café... -comencé, atándome el mandil a la cintura, sobre los jeans-. Entonces querrá que me quede.

Jungkook levantó las manos al aire, resignado.

How Soon is Now? [Min Yoongi]©Where stories live. Discover now