20- Confundida

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El agua tibia corría sobre mi cabeza, resbalaba por mi rostro y caía por mi barbilla. Mi visión yacía nublada puesto que hacía varios minutos había relajado la mirada puesta en aquella baldosa agrietada frente a mi en el baño. Mi cuerpo desnudo recibía de buen grado el calor del agua, relajando todos mis músculos entumecidos por dormir hecha una bola y llorando. Y no quería ver mi rostro en el espejo, porque no había nada más triste que ver tu rostro hinchado de tanto llorar en el reflejo. Nada más impotente que verte tan dolida y sin poder darte un abrazo. Así que ahora iba a limitarme a encerrarme en la ducha un largo rato, tratando de lavar el barro de mi brazos y piernas y también todos los recuerdos de la noche anterior. En vano, por supuesto, porque no hacía más que repasar una y otra vez todos los hechos, desde el accidente de Inha hasta las palabras que le había dicho a Jimin. Estaba en ese momento en el que me habían ocurrido tantas cosas que no sabía por qué llorar; o si lloraba por todas ellas a la vez. Tan sólo había pasado una semana desde que había llegado a ese lugar, y me habían ocurrido tantas cosas que mi mente apenas tenía tiempo de descansar.

Y lo peor era que por mucho que le diera vueltas al asunto de lo que había pasado en aquella montaña, con lo grave que había sido; sólo podía pensar en dos cosas: Jimin, y Yoongi. Podía ver la mirada llena de dolor de uno, tan angustiado que se me rompía el corazón; y la mirada tan serena y misteriosa del otro, diciéndome cosas que no podía captar del todo bien pero teniendo mis ligeras sospechas. Sospechas que, en retrospectiva, no importaban en absoluto. ¡Pero no podía sacarlas de mi cabeza! Porque Taehyung lo había metido aquella noche en mi mente, y tras las palabras de Inha en el bosque... ¿Se referiría a Yoongi?

-Ahora entiendo por qué le gustas.

Aunque también podía tratarse de Jimin, viéndolo así. De cualquier manera, sus palabras se repetían en mi cabeza como si se tratara de un rompecabezas que tenía que armar.

Levanté las manos y las llevé a mi rostro, tapándome los ojos mientras rememoraba las palabras de Jimin.

-... Tal vez lo mejor es que sólo me largue.

Cerré la llave del agua y salí de la ducha, envolviéndome con la toalla y entrecerrando los ojos un momento ante el vapor que salió de la ducha.

Fui hasta el lavabo e ignorando el espejo tomé mi teléfono del pequeño estante debajo de éste. Lo desbloqueé sólo para ver como no tenía ningún mensaje.

Como no tenía ningún mensaje de Jimin.

Bloqueé el teléfono y levanté la mirada. Una Sofi muy seria, muy pálida, con las ojeras marcadas como un zombie y los labios hinchados me devolvió la mirada. Triste, perdida, atontada.

Era mediodía, y yo había tomado firmemente la decisión de no salir de la casa en absoluto. A decir verdad, no pensaba salir en varios días. Tenía mis libros de lectura, mi computadora y una sarta de películas que tenía ganas de ver; todas cosas que no había hecho ni una vez desde mi llegada a Sokcho. Y luego de un día tan agitado como el que había tenido la noche anterior, no tenía ganas de ver ni a una persona.


Me encontraba viendo mi seria favorita de médicos, cuando de repente alguien golpeó la puerta de entrada abajo.

-¡Sofi! -exclamó mi tía desde la cocina-. ¡Tengo las manos en la sopa! ¿Puedes bajar a ver quien es?

Fruncí el entrecejo, extrañada, y pausé al Dr. Shepherd en mi pantalla para levantarme de mi cómoda postura panza abajo en la cama y caminar escaleras abajo.

-¿Esperas a alguien, tía? -inquirí bajando las escaleras a toda velocidad.

-No, debe ser el cartero, pedí unas sales de baño y se supone que tienen que traerme el paquete. Aunque lo esperaba para la próxima semana, tal vez se adelantó.

How Soon is Now? [Min Yoongi]©Where stories live. Discover now