24- Bultaoreune

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Me puse en puntas de pie para alcanzar una caja de té chino negro de la estantería mas alta de aquella góndola del supermercado. La miré, girándola para leer las líneas que ponía detrás. Me mordisqueé el labio nerviosa, pues no recordaba realmente la caja de té que me había pedido mi tía, pero sabía que si regresaba sin ella me echaría la bronca. ¿Qué era peor? ¿Ir con la caja equivocada o ir con las manos vacías?

Tomé otra caja, ésta otra de té verde, y leí el otro lado, entrecerrando los ojos como una anciana. Miré una caja y otra y sopesé la posibilidad de llevármelas todas. Aunque... eran doce gustos, no era la mejor opción. 

Hacía semana y media que todo lo que hacía era ir del Kona Beans a casa y viceversa, sin detenerme a ningún lado, sin querer encontrarme con nadie. En Sokcho parecía que todos me conocían, porque todos me miraban y hablaban por lo bajo. ¿O me lo estaría imaginando? Y es que aunque vivir en un pueblo y ser chisme del barrio no era a lo que estaba acostumbrada, no me sorprendería en absoluto: me habían pasado tantas cosas que tenía mucho sentido que hablaran de mi. Y por supuesto que no me importara lo que dijeran, pero... ¿Y si me tomaban como la chica problemática? ¡Porque no lo era! Eran sólo un montón de coincidencias juntas que me hacían ver como que no paraba de buscar el llamar la atención. ¡Pero no quería! Así que ahora sólo me ocultaba en mi casa, tratando de ser vista lo menos posible y de que, por lo que más quería en el mundo, no me pasara nada descabellado. 

Sin embargo aquella mañana de domingo acepté de buena gana ir a hacer las compras para mi tía y hasta el momento no me estaba yendo muy bien.

Suspiré y dejé ambas cajas con fuerza en la estantería, molesta y retrocediendo un par de pasos para ver la enorme góndola llena de tés de distintas clases y colores, apilados unos sobre otros y confundiéndome más aún.

Una mano se estiró a mi lado para tomar una caja y yo me hice a un lado, disculpándome por encontrarme tan desubicada en medio del paso.

-Lo siento -levanté la mirada y me quedé rígida al ver el perfil que tenía en frente.

No podía ser de otra manera: Min Yoongi, con un hoddie azul que le iba gigante, el cabello demasiado despeinado y los ojos un poco hinchados sostenía un té de moras entre sus manos y se dedicaba a mirar en silencio el resto de las cajas. Parecía como si apenas se hubiera levantado de una larga siesta y se hubiera medio arrastrado hasta el mercado en busca de víveres.

-Qué raro, siempre apareciendo cuando menos una se lo espera -murmuré por lo bajo, un poco fastidiada. Me iba a marchar sin más, pero me detuve al ver que respondía en el mismo vago y aburrido tono de voz que yo:

-No es mi culpa que estés hace veinte minutos parada en la misma góndola. Me estaba haciendo viejo de esperar a que te fueras para así no incomodarte con mi horrorosa presencia -tomó otra caja y la apiló sobre la que tenía, sin siquiera prestarme la más mínima atención.

Rodé los ojos y dirigí la mirada a la góndola nuevamente.

-Hum... -me odiaba por hacer aquella pregunta, pero una vez que la hiciera simplemente podía marcharme y ya-. Tú conoces a mi tía. Me mandó a comprar un té de ésta marca, pero ahora mismo no recuerdo que...

Yoongi estiró una mano hacia la góndola, tomó el de jazmín y medio me lo arrojó encima. Lo atrapé, interrumpiendo mis palabras y le miré la nuca con el ceño fruncido.

-Gracias -dije, secamente, y di media vuelta para marcharme de allí.

Medio caminé medio troté hasta la fila y solté un suspiro hondo y cansado al ver que había una cola larguísima de gente. Solté un quejido bastante audible y cuando la señora que tenía en frente se giró a verme como si yo fuera la chica más mal educada del mundo le hice una mueca grosera.

How Soon is Now? [Min Yoongi]©Where stories live. Discover now