Volverás

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A Degel se le hizo un nudo en el corazón al escuchar las palabras de Sísifo. No podía ser que tanto él como sus compañeros hubieran fallado en la misión que el Patriarca les había encomendado.
Movido por la desesperación, el Acuariano se sumó a la tarea de remoción de escombros de los demás caballeros; revisarían cada roca, cada lugar del Santuario si fuera preciso, pero no se detendría hasta encontrarla. Secretamente, le había hecho la promesa a Ásmita de protegerla de todo mal, de todo aquello que quisiera dañarla.
Los jóvenes continuaron retirando trozos de escombros, hiriéndose las manos durante la acción, hasta que dieron con una mano. Habían encontrado el cuerpo sin vida del Anciano Sanador. Pefko fue hallado en relativamente buenas condiciones, mientras que Agasha fue retirada del lugar aturdida y con varios moretones y excoriaciones, algunos de ellos bastante profundos, y con un brazo que seguramente iba a requerir inmovilización por fractura.
Las horas pasaban, y a pesar de los esfuerzos para despejar la zona del derrumbe, no había rastros de la joven médica. Los caballeros dorados sentían crecer la angustia y el temor en su interior. Cada minuto que pasaban sin encontrarla, temían lo peor.
La desesperanza los agobiaba, hasta que Shion se detuvo en seco en su tarea de remoción de escombros al sentir un pequeño cosmos. Ya cuando la luna comenzaba a asomarse en el cielo, finalmente dieron con ella en las ruinas de lo que era el almacén de insumos médicos. Estaba inconsciente, su respiración era dificultosa y su piel estaba marcada por innumerables hematomas, cortes y excoriaciones de distinta profundidad; era evidente que su estado era crítico.
Sin perder más tiempo, Shion la cargó en brazos y enseguida la llevó lo más rápido que pudo al templo de Athena, ante la mirada de preocupación de sus compañeros. La diosa los recibió angustiada al contemplar el preocupante estado de salud de la joven, por lo que decidió utilizar parte de su cosmos para sanar sus heridas. Durante un largo rato, Sasha proyectó sobre la muchacha sus habilidades, con la esperanza de haber llegado a tiempo para salvar su vida. Cuando hubo terminado, le dedicó una mirada serena y tranquila; Natalie abrió los ojos y no comprendía dónde estaba ni qué había ocurrido, y sus heridas habían desaparecido. A su alrededor estaban todas las personas que más quería. Su amiga Agasha con un brazo inmovilizado y varios apósitos en su rostro y brazos, Pefko con su bolso de curación que llevaba a todas partes, y también Sísifo, Dohko, Shion y Degel. Todos le dieron muestras de su afecto a la joven que había logrado ganarse un lugarcito en sus corazones. Luego de que le contaran todo lo que había ocurrido y cómo es que habían logrado dar con ella, a la joven la asaltó un miedo que jamás había experimentado, e inconscientemente llevó una de sus manos a su vientre. Sasha, al verla, con su típica calidez y calma, le habló con dulzura para tranquilizarla:

_ No tienes de qué preocuparte, Natalie; tu hijo se encuentra perfectamente. Gracias a él es que te encontramos...Shion pudo percibir su cosmos, el cual por cierto, ya es muy fuerte como para pertenecer a un niño que todavía no ha nacido... _, fueron las palabras de Sasha mientras ponía una de sus manos en el hombro de la joven médica para reconfortarla, a lo cual ésta suspiró aliviada.

_Por un momento, creí que... No podría vivir si algo le hubiera pasado a este niño... Él es el único recuerdo que me queda de Ásmita..._ .

Sasha hizo un gesto a los demás para que abandonaran la habitación; debía hablar a solas con la joven.

_Natalie, ya tenemos el traslador en nuestras manos; según las investigaciones de Sage, el objeto sólo funciona cuando está presente en el cielo una luna de sangre. Y eso ocurrirá dentro de tres días_ .

Todavía no podía creer lo que había ocurrido; desde el ataque de los espectros enviados por aquella mujer que siempre me había dado mala espina, hasta las últimas palabras que me había mencionado Sasha. En tres días partiría de este sitio y regresaría a mi tiempo. ¿Será eso posible?¿Habrá algún problema al regresar? Ya que ahora llevaba otro pequeño ser humano dentro de mí... Quién sabe cómo estarán las cosas por allá. ¿Habrá pasado el tiempo?¿Qué fue de mi trabajo? ¿Y el departamento que ocupaba? Tal vez ya habían tirado mis cosas a la calle. Y aquí quedarían tantas personas a las que aprendí a querer en tan sólo unos meses... ¡Los extrañaré horrores! Una de las cosas que más me inquietaba era cómo le iba a explicar a Agasha la verdad sobre mi procedencia. Luego de mucho meditarlo, decidí contarle todo y no omitir nada; sin duda la mentira sería peor.
Así que al día siguiente, recibí la visita de mi mejor amiga, que había venido a hacerme compañía. Charlamos animada y despreocupadamente, después de tanta angustia que habíamos pasado; necesitábamos tener una conversación de amigas, donde pudiéramos olvidar todo lo que había ocurrido a nuestro alrededor, por lo menos por un rato. Mientras degustábamos otro de los postres que a Agasha le gustaba preparar, comencé a hablar, y para mi sorpresa, ella no me interrumpió sino que me escucho atentamente y con calma; eso en cierta forma alivianaba la culpa que sentía por no haberle contado todo desde el principio, cuando llegue a este tiempo. Cuando terminé mi relato, hubo un silencio que me pareció eterno, hasta que finalmente, Agasha lo rompió, diciendo:

Dónde estás tú...? (COMPLETA)Where stories live. Discover now