Entre tus brazos

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El tiempo pasaba rápidamente, y la primavera estaba ya dándole paso al cálido verano. Natalie había retomado hacía poco tiempo sus actividades habituales en el hospital una vez que hubo terminado la licencia por maternidad. Estaba feliz de volver a ejercer su profesión y de tener a su hijo a su lado; sin embargo, nunca podía gozar de la felicidad completa, pues le faltaba él, su adorado caballero de armadura dorada.
Como no tenía con quién dejar a su hijo, y además no confiaba en nadie para cuidarlo, decidió que lo llevaría con ella al hospital y que lo dejaría en la guardería del lugar mientras ella estuviera trabajando; además aprovecharía que la misma se encontraba en el mismo piso en el que estaba su servicio, y así cuando tuviera un pequeño descanso podría ir a alimentarlo. Había tratado de cubrir el bindi de la frente del bebé con un poco de maquillaje y también con los escasos mechones de su cabello dorado; no quería que nadie la interrogara sobre aquello. Sabía de los rumores que podían llegar a armarse en la pasillos de un hospital.

_Bueno mi pequeño,  mamá debe ir a trabajar ahora, pero nos veremos en un rato, cuando venga para darte de comer; sé un buen niño y pórtate bien, cuídate mucho y no olvides que mamá te ama muchísimo_ , le habló Natalie a su hijo,  mientras el pequeño Alejandro la observaba con atención, con sus maravillosos ojos azul turquesa abiertos de par en par, como si comprendiera todo lo que su madre le decía.

La cuidadora de la guardería miraba a la joven médica como si estuviera fuera de sus cabales; hablarle así a un bebé tan pequeño, como si el niño pudiera entender alguna palabra de lo que le dijera. Natalie besó a su pequeño Alejandro en la frente y se retiró a su servicio; el corazón se le encogía de la angustia y el temor de tener que dejarlo en manos de extraños, pero se consolaba a sí misma diciéndose mentalmente que en un rato estaría nuevamente con él.

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Ya se había cumplido el plazo de tres días; hoy por la noche tendría lugar el eclipse que había estado esperando durante tanto tiempo desde hacía tres meses ya.
Ásmita se encontraba en sus aposentos en la silenciosa soledad del templo de Virgo, contemplando la puesta de sol desde una de las amplias ventanas de la sencilla habitación. Desde que llegó de su viaje a la India, no había podido dejar de pensar en Natalie y en su hijo;  sus deseos de abrazarlos y brindarles todo su amor habían aumentado desde que pudo sentir el nacimiento de su pequeño. No descansaba casi durante las noches, pues el anhelo en su corazón alcanzaba proporciones tan grandes que no le permitían conciliar el sueño. Deseaba tanto cargar a su niño en brazos, sentir su calor y su aroma suave e infantil; todavía le parecía increíble que ese bebé recién nacido tuviera su sangre corriendo por sus venas.
Y sentía añoranza de Natalie. Extrañaba tanto a esa muchacha sencilla, gentil y preocupada por los demás antes que por sí misma, su compañía y las largas conversaciones durante las tardes que pasaban en el templo,  pero sobre todo, añoraba su femenina piel, su contacto tan suave y terso, y el delicado aroma a rosas que despedía su cuerpo y que se intensificaba cuando la estrechaba entre sus brazos. Ásmita dejó escapar un suspiro y cerró sus ojos.

_Ésta noche, amor mío, se abrirá el camino que me llevará hacia ti; te encontraré... _ .

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Shion se encontraba acompañado de Degel, Dokho y Sísifo; todos ellos estaban reunidos en el salón principal del templo del Patriarca. La hora había llegado.
El eclipse estaba por suceder en algunos minutos. Ásmita llegó al templo papal e hizo la tradicional reverencia respetuosa a Shion. Debía despedirse de sus compañeros de armas antes de partir, puesto que ya no volvería a verlos.
Uno a uno, los presentes fueron acercándose al caballero de Virgo y le dieron un fuerte y emotivo abrazo de despedida, junto con palabras gentiles de amistad y buenos deseos para su futuro; sabían que ésa era la última vez que lo verían. Al llegar el turno de despedirse de Degel, éste le dedicó unas palabras a su compañero:

Dónde estás tú...? (COMPLETA)Where stories live. Discover now