Esperándote

187 15 4
                                    

Natalie estaba muy contenta por cómo se estaban dando las cosas en su vida profesional; esta vez tuvo la suerte de encontrar personas buenas en su ambiente de trabajo, que poco a poco le hicieron olvidar todos los malos recuerdos de sus experiencias laborales anteriores. No podía creer que las cosas hayan mejorado de tal manera para ella en ese aspecto. Le ayudaron mucho las palabras que Ásmita le había dicho en cada una de las sesiones de meditación que habían tenido; bueno, antes de que las mismas terminaran convirtiéndose en un sinfín de besos y abrazos...
Recordar aquello le sacó una sonrisa, mientras terminaba de escribir unas notas de evolución de unas pacientes. De repente, sintió un dolor en el abdomen. Trató de no ponerse nerviosa y de no pensar en nada malo, y le pidió permiso a su adscrito para ir a la guardia de ginecología y obstetricia del lugar. Allí la examinó un médico, quién le realizó un ultrasonido y le dijo que no había alteración alguna, todo se encontraba bien. El dolor que había sentido, se debía a que su hijo estaba comenzando a moverse más activamente y que era frecuente que las madres primerizas se asustaran. Sólo debía tranquilizarse y descansar.
Natalie suspiró aliviada al saber que todo se encontraba bien con su hijo. Puso una mano sobre su vientre, que ya era más prominente, puesto que se encontraba en el sexto mes de embarazo, y lo acarició suavemente; en pocos meses ya lo tendría entre sus brazos.
Todavía no había comprado nada para el bebé. Tendría que comenzar poco a poco a comprar el ajuar, ya que con el trabajo no tenía mucho tiempo, y no quería tener que andar a las corridas haciendo compras de último momento. Sonrió al recordar la predicción que había hecho Ásmita la última vez que lo vió. La melancolía la asaltó nuevamente; lo extrañaba tanto... Deseaba con todas sus fuerzas que su caballero de armadura dorada estuviera allí con ella para acompañarla y compartir cada momento del desarrollo de su hijo. Pero su mente racional sabía que aquello no era posible. Él jamás volvería. En sus ratos tristes, se preguntaba dónde estaría su alma, en qué lugar del Inframundo... Añoraba los tiempos que habían compartido juntos en el Santuario.
Por más que estuviera feliz por llevar al hijo de Ásmita en su vientre, un niño que los uniría para siempre, su felicidad no era completa. Siempre sentiría su ausencia.

************************
El grupo de caballeros se encontraba ansioso por llegar a su destino; luego de varias semanas en las que habían viajado por tierra y habían tenido que soportar las inclemencias del tiempo, finalmente tomaron el barco que los ayudaría a llegar más rápido. Degel todavía se sentía afligido, pues temía que el enemigo hubiera utilizado la información en sus manuscritos y mapas para tomar ventaja.

_Nos están siguiendo, puedo sentirlo_ , mencionó Ásmita a sus compañeros de armas.

El tiempo pasó, y luego de descender del barco, los caballeros tuvieron que realizar un trayecto por tierra. La geografía del lugar alternaba entre terrenos rocosos y otros donde reinaban las zonas húmedas y calurosas. Luego de un mes y medio de viajes, finalmente llegaron a la ciudad de Hampi, localizada en el sudoeste de la India, y desde allí caminaron hasta llegar al templo de Vittala, que se alzaba majestuoso e imponente; era un verdadero espectáculo para la vista, todo un complejo divino.
Al ingresar al lugar, observaron en el centro de un enorme salón, un carro hecho de piedra, que era el símbolo de la ciudad. Uno de los mayores atractivos de este templo, es que estaba formado por siete pilares, y según cuenta la leyenda, si alguien toca de forma estratégica cada uno de esos pilares, se pueden escuchar diferentes notas musicales asociadas a diversos instrumentos.
Los caballeros estaban asombrados de lo maravilloso que era el templo y también sus alrededores, miraban hacia todos lados boquiabiertos. En un momento dado, casi como por arte de magia, un resplandor dorado comenzó a proyectarse desde el interior del carro de piedra situado en el centro de la construcción. Ásmita, Degel y Dohko miraron hacia la fuente de tal resplandor y se pusieron en guardia; el caballero de Virgo se acercó al carro de piedra y dentro del mismo, vió una pequeña estatuilla con la forma de una flor de loto de color dorado como la luz que emanaba. Ásmita continuó acercándose al objeto, que intensificó aún más el brillo que emergía de su interior; tenía la certeza de que ése era el traslador que estaban buscando, y al parecer, éste estaba reconociendo a la persona que debía de utilizarlo. Sin dudar, el caballero estiró su brazo hacia el objeto y lo tomó, mientras éste emanaba una luz intermitente de gran intensidad, que finalmente fue apagándose poco a poco hasta desaparecer entre sus manos.

_Parece que por fin encontramos el traslador, y te ha reconocido, por lo que pudimos ver_ , exclamó Dohko divertido.

Ásmita asintió y se dispuso a guardar el preciado objeto en una pequeña bolsa que había traído consigo. Debían mantenerlo oculto de los posibles enemigos con los que se pudieran encontrar en el camino, aunque hasta ahora, no se habían topado con nadie, y eso era muy raro. Estaban conscientes que en el viaje en barco los habían estado siguiendo, pero entonces, ¿dónde estaban esos individuos o individuo? Todo marchaba bien hasta ahora; era increíble que no se les hayan presentado dificultades en la travesía hasta el templo. Por eso pensaban que era la calma antes de la tormenta.

La espectro había pasado tanto tiempo estudiando los mapas, y leyendo los manuscritos robados; incluso tradujo los símbolos sánscritos, y lo que descubrió hizo que cambiara sus planes de emboscar al grupo de caballeros. Después de todo, eso era un suicidio, pensó.
Enfrentarse sola a tres caballeros dorados, y un par de bronce y plata. No perdería su tiempo con eso. Viajaría hasta la ciudad de Kerala, al misterioso templo de Padmanabhaswamy, donde al fin podría dar el paso que la acercara a completar su misión. La información con la que se había hecho era oro puro; estaba segura de que cualquiera daría lo que fuera por haber encontrado aquel lugar. Sobre todo cierto caballero dorado...

Natalie había regresado de hacer las compras, y había pasado por aquellas tiendas de ropa para niños. Luego de contemplar la vidriera por un largo rato, sintiéndose embargada por la emoción, se decidió a entrar. Salió con un par de bolsas, pese a que le costó elegir, optó por traer lo que creyó más conveniente.
Se encontraba en su pequeña habitación, sentada sobre la cama, mirando complacida los objetos que había comprado. Cada ropita, cada escarpín... La mayor parte de las cosas que había traído eran de color celeste, puesto que ya sabía que su bebé sería un niño. Dobló las pequeñas prendas con sumo cuidado mientras distraídamente las acariciaba y las estrechaba contra su pecho, luego las colocó en un bolso que también había comprado junto con la ropa, y que ya comenzó a preparar, para cuando se acercara el momento del nacimiento de su niño. Seguro que con su trabajo y el poco tiempo libre que tenía harían que se olvidara o directamente no tendría tiempo de prepararla más tarde. Se recostó levemente sobre los almohadones de su cama,con una de sus manos sobre su vientre y cerró los ojos sin dormirse, mientras pensaba en cuánto deseaba que Ásmita se encontrara allí con ella para disfrutar del día a día del avance de su embarazo, de preparar el ajuar de nacimiento juntos, para sentir el calor de sus brazos envolverla y alejar todos los miedos que comenzaban a formarse, ahora que cada vez faltaba un poco menos para el parto.

_Querido hijo, falta menos para que nos veamos...tu padre no puede estar con nosotros físicamente, pero su espíritu siempre nos acompañará... Voy a hacer mi mayor esfuerzo para cuidar de ti y que crezcas para ser un hombre de bien, y puedas tomar las riendas de tu destino...

CONTINUARÁ...

CONTINUARÁ

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Dónde estás tú...? (COMPLETA)Where stories live. Discover now