10

145K 21K 36.4K
                                    

10

Se despertó en una cama rodeada por cortinas blancas. Desorientado, se apoyó en los codos a la misma vez que intentaba enfocar su mirada. De inmediato una mano se apoyó en su hombro y lo instó a recostarse otra vez.

—Eh, eh, tranquilo, tómatelo con calma.

Cerró con fuerza los ojos y volvió a abrirlos, sentía a un animal muerto en la boca. Tenía demasiada sed y un dolor punzante en la cabeza.

—¿El chico? —logró musitar.

Un vaso de agua apareció sobre él. Tomó asiento contra las almohadas para afirmarlo, lo bebió en tres tragos. Recién entonces notó quién estaba con él: Yoon Jaebyu.

El novio de Minki era enfermero y trabajaba en el Hospital de Daegu, ahí se habían conocido. Un día Lee Minki, tres años menor que Jaebyu, se había ido a revisar una lesión en el brazo tras unas prácticas demasiado rudas en la escuela de policía. En el hospital fue atendido por Jaebyu, quien llevaba un mes de práctica en el lugar. A Minki le encantaba contarle a Sungguk su historia de amor, y de paso se reía de su novio porque Jaebyu había sido tremendamente heterosexual hasta que lo conoció a él.

—El chico todavía está sedado —respondió Jaebyu con la calma que lo caracterizaba.

Sungguk pestañeó con fuerza para terminar de aclarar su visión.

—¿Tú no deberías estar en una cena con Minki? —quiso saber, mientras Jaebyu revisaba el suero que Sungguk tenía conectado a la vena. Tal vez no solo tenía suero, porque Sungguk se sentía algo drogado y relajado, la paz mundial invadiendo sus venas.

—¿Qué cena?

—La de aniversario.

—Ah.

—Minki se quejó todo el día diciendo que morirías de tristeza si llegaba tarde.

Eso le sacó una sonrisa ladeada a Jaebyu, quien se apartó el flequillo negro de su frente pálida.

—Lee Minki nació para ser dramático.

—¿Cierto? —apoyó Sungguk—. Bueno, si ahora estás en turno, supongo que sus planes se estropearon.

—Se estropearon —aceptó Jaebyu—, pero ayer.

—¿Ayer?

—Llevas durmiendo doce horas —corrió las cortinas que rodeaban la cama—. Son las ocho de la mañana.

El sol ya había terminado de salir, iluminando la habitación de rosa y mostrándole las otras dos camas vacías. Jaebyu chequeó sus signos vitales y los anotó en un expediente que colgaba a los pies de la camilla.

—Sungguk, afuera están esperando para hablar contigo sobre lo de ayer. Si no estás preparado, puedo decirles que no te sientes bien e intentar hablar con un médico para que les prohíba el ingreso.

—Estoy bien —aclaró Sungguk.

De hecho, se sentía perfecto.

¿Qué eran las preocupaciones y la extraña y angustiante noche anterior, cuando hoy el amanecer era rosa?

—¿Estás seguro? Creo que puedo convencer al residente Choi para que me ayude.

—Estoy bien.

Jaebyu lo aceptó.

—Te advierto que Minki lleva doce horas volviéndose loco y no ha dormido nada, no está en su mejor estado anímico.

—Puedo con él —lo tranquilizó Sungguk.

Still with you/me (Novela)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora