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En psicología se entiende como «dependencia emocional» al vínculo obsesivo que desarrolla un individuo por otra persona. Es un patrón psicológico que incluye una serie de comportamientos adictivos, como la preocupación no realista e insana de ser abandonado. Es, por tanto, una patología de vinculación que se basa en la carencia afectiva, la cual podría intensificarse al recibir una educación sobreprotectora inculcada por el temor.

Tal como Daehyun, pensó Sungguk mientras sus ojos rastreaban la vivienda de dos pisos ya deteriorada por el tiempo. Estaba prácticamente igual que hace unos meses, la única diferencia era el cordón policial amarillo que aún permanecía pegado en la puerta.

—¿Crees que esté aquí? —cuestionó Sungguk.

—La dependencia emocional no siempre se da hacia las personas —respondió Seojun.

Cuando ambos dirigieron otra vez la mirada hacia la casa, supieron que Daehyun no estaba ahí. Un enorme candado mantenía la puerta cerrada y ninguna de las ventanas estaba rota. De todas formas, se acercaron a inspeccionar. Bastó con observar el polvo acumulado en las ventanas y el suelo para cerciorarse de que nadie se había acercado a la vivienda en largo tiempo.

—Si escapó de casa por una crisis emocional, ¿por qué no está aquí? —increpó Sungguk a su cuñado—. Dijiste que Daehyun vendría.

—¡Sé lo que dije, Sungguk! —contestó Seojun perdiendo un poco la paciencia—. Este era el lugar más probable.

—Pero no está.

Seojun se quedó en silencio, Sungguk casi podía escuchar cómo funcionaba su cabeza de lo mucho que intentaba recordar sus conversaciones con Dae, buscando algo que les pudiese indicar su paradero.

—Dijiste que Dae intentaría ir a un lugar con el que tenga un vínculo —recordó Sungguk.

—¿Se te ocurre algo?

—El parque donde me conoció.

Antes de partir, Seojun llamó a Eunjin para que enviase una patrulla a vigilar la casa. Un minuto más tarde, las luces de la camioneta alumbraban el pequeño parque. Era un terreno limpio con solo un tobogán y una pirámide de cuerdas. Ya no estaban los columpios de metal roto, ni la rueda donde Sungguk jugó durante horas.

No quedaba nada.

De la misma manera que Daehyun.

—No está —susurró Seojun como si aquello no fuese obvio. Se quedaron sin saber qué más hacer, adónde ir, dónde buscar. Restregándose la cara con desesperación, Sungguk habló:

—¿Por qué está ocurriendo esto? Se supone que estaba bien, estaba bien, Seojun. Lo estaba, ¿verdad?

—Sungguk, ¿tú crees que una persona como Daehyun alguna vez estará realmente «bien»?

Aquello deprimió todavía más a Sungguk. A ninguno de los dos se les ocurría otro posible paradero, así que Sungguk encendió la camioneta y dio vueltas por los alrededores gritando el nombre de Dae. Entretanto, recibieron una llamada de Minki.

—No está ni en Urgencias ni... ya sabes. Ni vivo ni... eso. Anduvieron otro par de cuadras, pero nada.

Daehyun no estaba por ninguna parte.

El ataque de pánico comenzaba a cerrarle la garganta a Sungguk. Con voz ahogada y tirándose el cuello de la camisa, estacionó una vez más. Buscó el número de la única persona a la que siempre recurría cuando sentía que el mundo se derrumbaba: su padre, la misma persona que se sentaba afuera del ropero por horas cuando de pequeño Sungguk se encerraba allí dentro y lloraba por su madre. Por eso, cuando lo llamó y escuchó su voz, Sungguk pudo cerrar los ojos por un instante y respirar profundo.

Still with you/me (Novela)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora