Capítulo 16.

310K 33.4K 117K
                                    

Cuando me levanto en la mañana Francis trae para mi una caja de terciopelo negra que contiene una sortija de oro con una esmeralda rectangular en la punta.
Guardo el cofre en mi bolsillo y bajo a desayunar mientras espero a Vanir.

Después de comer con los Russo, estos son llevados a su nuevo hogar y agradezco el hecho de obtener nuevamente la soledad de mi palacio.

Gregorie llega tiempo más tarde, acompañado de su madre, mi abuela y una morena mujer que tardo en reconocer, pero cuando lo hago la sorpresa me embarga.

- ¿Elisenda? - Pregunto extrañado, como si se tratara de un fantasma.

- Magnus Lacrontte. - Saluda con energía. - Jamás creí volver a verte.

- Espero no se ofenda pero yo mucho menos.

Desvío la atención hacia Gregorie, quien se limita a encogerse de hombros mientras una risa nerviosa se expande por su garganta.

Elisenda Holfman, además de tener el nombre más feo que haya escuchado en mi vida, fue también la novia de mi primo durante toda su adolescencia. Todos creímos que terminarían comprometidos pero un día de repente todo acabo.

Tomo a Gregorie por el antebrazo y lo guío fuera de la reunión de nuestros familiares con la excusa de que le enseñaré la sortija de compromiso.

- ¿Qué esta pasando aquí? - Exijo una explicación rápida.

- No hay mucho que decir, nos encontramos en una fiesta pero no estamos saliendo... aún.

- Quien diría que terminarías con tu primera pareja. Volviste al inicio, primo.

- Solo somos amigos.

- Amigos que en el pasado se besaban y seguro muchas cosas más. Además la traes a un evento público de monarquía, así que doy por hecho que el asunto va enserio.

- Basta ya. Apenas nos estamos volviendo a conocer. - Alega a la defensiva. - Pero dime tú. Jamás creí que fueras a casarte tan pronto. ¿Cuántos meses llevas con ella, 4 o 5?

- Eso no importa. - Replico sin ánimos de dar explicaciones. - Es la primera mujer que trae felicidad a mi vida, así que no vi razón para esperar más.

- Siendo así, permíteme felicitarte. - Dice dando golpes en mi espalda. - Jamás creí ver a Magnus VI Lacrontte Hefferline enamorado.

- ¿Enamorado? - Cuestiona mi abuela, llegando a nosotros. - En verdad estoy ansiosa por conocer a esa mujer.

- No desesperes, pronto vendrá. - Le aseguro.

- Y ¿si no me agrada? - Inquiere preocupada.

- Te agradará. Vanir es una mujer maravillosa.

- ¿Vanir de vanidosa o Vanir de valerosa?

- Creo que ambas. - La voz de la nombrada llega a nosotros. - Un gran placer conocerla, señora Aidana.

- Así que tú eres la afortunada. - Replica mi abuela, detallándola con recato.

- Totalmente afortunada. He encontrado en su nieto al hombre ideal.

- Me agrada. - Dice la mayor de las Lacrontte con una sonrisa. - Usó las palabras correctas, pero eso no quiere decir que haya pasado la prueba.

- Eso ha sido muy rápido. - Repone Gregorie, sorprendido.

- Cualquiera que haga feliz a mi Magnito será agradable bajo mis ojos. - Espeta, tomándola de la mano. - Ven, te presentaré a mi hija Georgiana y a la pareja de Gregorie.

- Ella aún no es mi pareja. - Protesta este.

- Ya los veo casados como debió ser desde un principio. Aún no sé como descarriaste tu camino por la princesa mimada.

El corazón del Rey. [Rey 3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora