XI

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Louis consiguió, de alguna forma, tomar a Harry por los hombros y empujarlo dentro. La sonrisa del vampiro fue lo suficientemente grande como para hipnotizarlo por un momento.

—Por mucho que me encante el aroma de tu miedo, me preocupa. ¿Qué sucedió? —Louis

sintió como si el aliento le fuese arrebatado. ¿Qué significaba eso, en realidad?

—Necesito hablar contigo —increpó.

Harry exhaló, dando un paso hacia atrás. Movió las manos como lo hacía siempre, de la forma en que podría dirigirlo por un sendero camino al infierno y él lo seguiría.

—Vamos a mi habitación.

Louis tembló, pero pronto supo que habían varios pares de ojos viéndolos en la lejanía. Harry necesitaba privacidad, y él también. No quería que, ante su inminente acusación, los vampiros que no conocía le saltasen al cuello. Estaba desafiando a su jefe, después de todo. Tendría sentido no salir con vida de aquella habitación.

Harry lo guió a través de la casa, aunque él supiera el camino casi de memoria. La mano fría en su espalda se sentía cómoda, como si encajara a la perfección contra su piel caliente. El mero pensamiento de tener a Harry enojado con él lo hizo sacudirse un poco.

El vampiro bloqueó la puerta con una llave que dejó visible sobre el tocador, para la tranquilidad de Louis.

—Ahora sí, ¿Qué querías decirme?

Louis no sabía cómo afrontarlo.

—Es... —Se aclaró la garganta—. Encontraron un cuerpo en el bosque ayer, y creen que podría haber estado allí por semanas.

Harry lo miró. Su impenetrable e inexplicablemente tranquila expresión instó a Louis a continuar.

—¿Fueron ustedes?

La pregunta temblorosa, en un hilo de voz, provocó que la mandíbula del vampiro se tensara.

—¿Qué insinúas, Louis? —Harry dio un paso hacia él, firme. El simple tono de su pregunta fue suficiente para que Louis quisiera llorar.

Harry levantó una mano y su dedo congelado le acarició la mandíbula, como se había acostumbrado a que lo hiciese. Quiso sostenerle la mirada, pero fue una tarea imposible.

«Sólo ten cuidado. La ética es el pilar de nuestra manada, pero nunca puedes estar seguro»

Las palabras de Zayn resonaron en su mente y en su cuerpo como el ruido de un vidrio rompiéndose en mil pedazos.

—¿Parecemos asesinos? —cuestionó. Su respiración le rozó la garganta y la piel expuesta de sus clavículas—, ¿Lo somos a tus ojos, Louis?

—N-No...

La mano libre de Harry viajó hasta la cintura de Louis y apretó. No tan fuerte como para que doliera, pero si lo suficiente como para que soltase un pequeño gemido. Louis se olvidó de todo lo demás en ese momento. Tener los labios gruesos del vampiro tan cerca, era casi como una invitación. Él podría inclinarse apenas unos centímetros y capturar entre sus dientes su labio inferior.

Harry sin embargo, estaba desesperado por modificar aquella imagen que Louis tenía metida en la cabeza. Ellos realmente no eran así, feroces como la gente solía creer. Harry contaba con los dedos de una mano las veces que había succionado sangre de un ser humano, en realidad. Un pequeño pasado oscuro cuando recién había sido convertido.

Soltó un suspiro y se concentró en el suave sonido del corazón agitado de Louis. La tensión era un sabor delicioso en la lengua del vampiro. Se relamió los labios y cepilló sus colmillos con su lengua, que ya comenzaban a dolerle. No obstante, no estaba dispuesto a permitir que sus instintos se apoderaran de él.

Vitalidad » lsWhere stories live. Discover now