XV

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Dedicaciones: Laconchadetumadre00laHARRYconda28MirandaAbi5 Gracias por leer❤️


Harry no sopesó mucho antes de soltar las muñecas de Louis y arrodillarse en la cama para quedar entre sus piernas. Besó la aterciopelada cara interna de sus muslos con detenimiento, casi pudiendo visualizar las huellas de las personas que vinieron antes que él. Quería eliminarlas por completo; hacer que Louis sólo recordara su nombre al tener que definir el placer.

Su otra mano seguía bombeando su polla con una lentitud atosigante y Louis se deshacía en gemidos bajos. Harry frunció el ceño y le acarició la cadera, llevando su mano hasta su trasero y lo apretó con fuerza. Louis jadeó y apretó los muslos por inercia.

—No cierres las piernas —demandó.

Sus besos suaves se convirtieron en lamidas y succiones que dejaron marcas de color borgoña. El corazón de Louis no paraba de latir agitado contra su pecho, con la expectativa creciendo al mismo tiempo que los dedos de Harry se acercaban y rozaban su agujero sensible.

Louis lloriqueó al sentir su miembro siendo liberado. La mano de Harry que antes se encontraba estimulándolo trepó por su cuerpo hasta llegar a sus labios. Los tocó con dos dedos y Louis abrió la boca para chuparlos. Repasó con su lengua cada nudillo y se preguntó cómo se sentiría eso mismo si el vampiro llevase los anillos puestos.

De pronto, Harry usó su brazo para levantarle las piernas y colocarlas encima de sus hombros. Su respiración chocó contra la erección enrojecida de Louis y se la metió a la boca, al mismo tiempo que usaba uno sus dedos húmedos para introducirlo en su entrada. Louis no sabía en qué estímulo concentrarse, y se deshizo en susurrar palabras sin sentido y gemidos entrecortados.

No pudo evitar volver a apretar los muslos. Harry se rio y la vibración le provocó un escalofrío. Inmediatamente después, sintió el ardor de una palmada en su trasero y ni siquiera tuvo fuerzas para aguantar un gemido.

—Te dije que no cierres las piernas.

La voz áspera del vampiro resonó en sus oídos, era caliente y Louis necesitaba más de ello. Harry añadió otro dedo a medida que lo chupaba con fervor. Louis percibió a su abdomen contraerse y su mente se quedó en blanco.

—Más, más —balbuceó, mordiéndose el labio inferior tan fuerte, al punto de casi hacerlo sangrar.

Los dedos helados se movieron más fuerte en su apretado interior. Harry alargó su otra mano en busca de un condón en su mesa de noche, sin dejar de buscar con la punta de sus dedos el punto de nervios al que quería llegar. Sus movimientos eran lentos, intentando ser amable con cada uno de ellos. Louis merecía que lo tratase como nunca antes había tratado a nadie, y lo sabía perfectamente, por lo que no se perdió ninguna oportunidad para rozar su piel lechosa con los nudillos y sentir como un escalofrío recorría el camino invisible que habían dejado.

Harry aún tenía puestos los pantalones, aunque no le costó mucho deshacerse de ellos. A juzgar por su rostro enrojecido, Louis ya estaba listo y preparado para recibirlo gustoso, y soltó un gemido gutural en el momento en que introdujo la punta de su miembro en su estimulado agujero. Louis apretó las piernas esta vez alrededor de su cintura y Harry las afirmó allí con sus manos grandes y ásperas, propinándole algunas caricias con las yemas de los dedos.

Respiró profundo y lo besó para distraerlo, adentrándose lentamente por completo. Lo invadió una sensación de calidez, con jadeos dejados a la mitad y un rostro sonrojado que no quería dejar de besar jamás.

Todo el rastro de la brusquedad y la hostilidad que albergaba su cuerpo digno de ser un líder justo parecía haberse esfumado en un recuerdo borroso del pasado. Ahora pensaba en cosas suaves mientras comenzaba con un vaivén lento de caderas, como un alma que ya no se dedicaba a vagar sola. Él sólo sabría cuánto se arrepentiría de ello después.

Le apretó las caderas y le mordió los labios hinchados. Louis sollozó y le arañó la piel de la espalda, sintiéndose tan lleno que podría desmayarse en cualquier momento. Harry estaba llevándolo al límite sin siquiera intentarlo y él realmente no creía poder volver a la normalidad luego de ello.

Harry esperó pacientemente a que se acostumbrase para voltearlos a ambos y acomodar a Louis encima suyo, permitiéndole tener el control. Lo sostuvo de la cintura y se sorprendió cuando el menor lo supo dominar en cuestión de segundos. Louis gemía y arqueaba la espalda, con las manos en el pecho de Harry y la respiración agitada.

Lloriqueó cuando Harry tomó su polla dura y la comenzó a masturbar, siguiendo el mismo ritmo de sus embestidas. El placer quemaba de una manera insoportable, pero no deseaba que parase bajo ninguna circunstancia. Apretó los ojos, sintiéndolos arder.

—Bebé, bebé, ¿estás bien? —Harry se preocupó al ver las lágrimas empezando a empapar sus pestañas.

¿Lo habría lastimado? Se odiaría toda la eternidad si llegara a causarle un mínimo rasguño.

Louis sonrió y asintió, soltando un jadeo desde el fondo de su pecho.

—Muy bien... —susurró, dejando que Harry lo volviese a besar. Las lágrimas, sin embargo, no cesaron. Fluían al mismo tiempo en que el vampiro tocaba su punto débil en su interior, una y otra y otra vez.

No tardó mucho tiempo en correrse. Cerró los ojos y echó la cabeza hacia atrás, viendo colores similares a una aurora boreal que se expandía por sus párpados. Harry lo siguió, segundos más tarde. Sus colmillos se habían desplegado y optó por morderse su propia muñeca para ordenarle a sus instintos que se apaciguaran. El corazón de Louis latía contra su pecho agitado y él solo quería pegar su oído en él y escucharlo hasta que se tranquilizara por completo. Era una sensación extraña; jamás había deseado tanto estar vivo de nuevo.

Se apresuró a salir de él y levantarse para buscar algo que ayudase a limpiarlos a ambos. Louis se quejó, rendido en la cama y con una sonrisa imborrable pintada en los labios. Su cabeza abrumada no paraba de trabajar en los sentimientos que estaba percibiendo, todos juntos, en el mismo momento. Cuando Harry regresó, lo encontró a punto del desmayo.

—Amor, vamos a abrir la cama para que puedas dormir —dijo el vampiro, con su voz átona y susurrante.

Amor. El corazón de Louis dio un vuelco.

Ya no era Louis, era Amor ahora. Él, probablemente, ya había pensado en Harry como Amor mucho antes, aunque jamás se hubiese atrevido a dejar que la palabra se escapara de su boca. Amor no tenía vuelta atrás para Louis. Amor era algo especial, pero ¿qué iba a saber alguien como él, sin haber vivido ni la mitad de su vida?

Amor tal vez era algo habitual para Harry, especialmente después de lo que acababan de hacer. Se rio, estaba muy aturdido como para ponerse a pensar cosas como esas.

Harry lo envolvió en sus brazos sin fuerza y lo atrajo contra sí, apoyando la cabeza en el pecho de Louis.

—Siempre te estás riendo —murmuró—, me encanta eso de ti.

Se sonrojó levemente, sin la energía suficiente como para decir algo al respecto. Y, si Harry había dicho algo más, él no lo habría escuchado. Su respiración se ralentizó, y se durmió con el suave aroma del cabello del vampiro y sus leves caricias en el estómago.


Vitalidad » lsWhere stories live. Discover now