Arma X

Hell's Kitchen

Una ciudad corrompida, llena de bandas, de droga, bajo el control de un poderoso rey del crimen, aquel que maneja los hilos con una mano, mientras con la otra da donaciones a las fundaciones necesitadas de la ciudad, dando una cara demasiado bondadosa, seguida de una historia trágica que atrajo el apoyo de toda la ciudad hacia el hombre que había salido de detrás de las sombras: Wilson Fisk, un importante promotor inmobiliario. Fisk se había colocado por encima en el sector, llegando a la Cocina del Infierno con importantes cambios, queriendo hacer crecer la ciudad, cambiarla para que nadie la viera como menos. Él había crecido en la misma ciudad bajo la dura mano de su padre, llegando a un trágico final con la muerte de su progenitor.

Todo quedó oculto, sin que nadie realmente supiera lo que pasó con el señor Fisk.

Hell's Kitchen, a pesar del apoyo de Fisk, seguía con la corrupción bajo escena. La policía estaba comprada. Los jueces vivían en importantes áticos dentro de los más prestigiosos barios de la ciudad, protegidos por una seguridad que el resto de esta no poseía. Cada paso, cada camello de Hell's Kitchen, estaba bajo el control de un solo hombre. Un hombre poderoso que controlaba el crimen organizado. La tríada, los rusos, la yakuza...cada organización dentro de Hell's Kitchen, debía pasar primero bajo la mirada de Kingpin, el Rey del Crimen, un hombre que nadie jamás había visto, ni que verían. Mantenía su rostro, su estatus en la sombre, no dejando que cualquier persona pudiera reconocerlo, alejando a los rivales con su poder, con los muertos que regaban las calles cuando alguien estaba en su contra. Los italianos lo descubrieron cuando se negaron a estar bajo su control. Kingpin los aplastó sin demasiada tentativa, sin importarle que la sangre lo salpicara. Cada miembro de la mafia italiana fue aplastado, dejando a sus descendientes muertos, tirados en el frío suelo para que fueran encontrados por los transeúntes al día siguiente, acostumbradas ya a la muerte y los cuerpos inertes.

Hell's Kitchen no estaba en su mejor momento, con muertos por todos lados, guerras de bandas en las calles.

Tanto Wilson Fisk como Kingpin, hacían sus propios movimientos en un lado u otro, intentando mantener un mínimo de control. Pero el caos, por más que alguien intentara mantenerlo bajo control, siempre terminaba estallando en la cara de aquel que lo intentara controla. Y eso era algo que Kingpin no toleraba. Odiaba que todo se fuera de sus manos y no pudiera controlarlo. Tenía un asesino que había destruido el tráfico de cocaína que mantenía con la Tríada y echando a un lado a los rusos. Incluso la Maggia estaba teniendo problemas con esa persona. Los irlandeses habían terminado sangrando y el bajo mundo estaba en caos ahora, buscando a un hombre, uno con una calavera en el pecho. Estaba removiendo aguas peligrosas, y todos los criminales tenían un ojo buscando a esa persona.

Pero dicen, que donde hay oscuridad, caos, siempre hay luz y paz para contrarrestarlo, manteniendo un equilibrio que impidiera el control total de uno de los lados, que terminara hundiendo más la ciudad en la oscuridad, en la muerte. Esa luz no era nada más ni nada menos que un vigilante, un héroe anónimo que mantenía Hell's Kitchen lo más a salvo que un hombre humano podía. El Diablo de Hell's Kitchen. Daredevil. Muchos aseguraban que era el diablo en persona, un monstruo capaz de terminar con una vida sin remordimientos. Otros aseguraban que era un ángel guardián que protegería Hell's Kitchen hasta su propia muerte.

Los últimos no estarían desencaminados.

Daredevil no era un héroe normal. Mientras que los Vengadores eran conocidos en todo el mundo, salvando incluso tierras lejos de los Estados Unidos, Daredevil no salía de Hell's Kitchen a menos que fuera estrictamente necesario, que involucrara a su querida ciudad. Siempre mantenía sus ojos y oídos sobre la Cocina del Infierno, amparado por la noche, acompañado por la luna con su luz plateada, siendo la representación del diablo en la Tierra.