Equipo de Rescate

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Jessica Drew golpeó su cabeza contra la pared de su habitación, sintiendo el frío metal rozando su piel lentamente, dándole la sensación de realidad que necesitaba su mente envuelta en las feromonas, tanto las de ella misma como las de Naruto, quien parecía haber tenido ese poder de algún modo extraño para ella, o no tanto. Vio como el gen mutante del adolescente mejoraba, tomando aquello que quería de otros mutantes o personas con superpoderes, como Helbert había señalado cuando se lo mostró, cogiendo solo lo bueno para mejorar aun más su propio ADN y gen mutante, volviéndose aun más fuerte.

No había sabido cuando su propia sangre quedó en conjunto con la de Naruto. ¿Cómo Wyndham había llevado ese proyecto a buen puerto en secreto? ¿A caso Whitehall lo sabría? Jessica sabía de sobra que Helbert no estaría del lado de Hydra más tiempo del que él creyera conveniente. El profesor miraba por sus propios intereses, por sus investigaciones. Hydra le dio todo aquello que él necesitaba y él lo había usado para crear sus clones del Arma X, todos ellos con un gen mutante completamente distinto, sacado de cualquier laboratorio que estuviera bajo la vigilancia de la propia Hydra.

Había estado ciega. Durante años, ella creyó que Helbert la liberaría de sus poderes, de aquello que la había marcado y que la salvaría. Su confianza en el hombre mayor, no la dejó ver en lo que este se estaba convirtiendo lentamente, alcanzando un punto de no retorno a su locura. Quien le hubiera dado los datos sobre las mejoras genéticas, sin duda era el culpable del punto que el profesor había alcanzado en su mente.

No. Yo soy tan culpable como el profesor. No debí dejarme manipular ni controlar a Naruto, se reprendió la mujer araña, golpeando el colchón donde estaba sentada, recordando el acercamiento del día anterior con el joven mutante. Aun creía sentir los labios del rubio sobre su piel acariciándolo, dándole a aquello un momento realmente íntimo. Atrajo hacia sí las piernas, convirtiéndose en un ovillo. Ella misma había destrozado la mentalidad de alguien ya destrozado, de alguien vulnerable y que no tenía ni un año de vida real. ¿Qué clase de monstruo soy?

Drew enterró la cabeza entre sus piernas, dejándose caer sobre la almohada, no queriendo realmente contestar aquella pregunta tan estúpida. Era el peor monstruo que podía haber creado el propio Helbert, ayudándolo a domesticar a la bestia del Arma X, a su arma suprema. Pronto, Wyndham usaría a Naruto contra Hydra misma, dando uso a todos los proyectos que él mismo había lanzado usando el ADN del X-9 como base para ello.

Y eso la molestaba.

¿Cuántos niños debían sufrir? ¿Cuántas muertes más ella podría soportar? Cada noche que cerraba los ojos, las imágenes de niños inertes, de piel fría, llegaban a su mente, quedándose grabados a fuego incluso cuando se despertaba, creyendo que todo realmente fue así. Y de un modo u otro, realmente ella había matado a cientos de niños, manteniendo a Naruto bajo la mano de aquel que la debió ayudar.

Crash

Jessica abrió los ojos que había mantenido cerrados con fuerza, parpadeando, oyendo como las alarmas comenzaban a sonar y su propia puerta se abría, como si hubiera habido algún cortocircuito en el sistema central y todo se hubiera ido hacia abajo. Tomó una chaqueta de su armario y salió de la habitación, oyendo las pisadas fuertes de los agentes de Hydra, los gritos de los oficiales y los disparos.

No, no es un fallo de sistema. Al menos, no uno por fallo de sistema. Alguien ha causado un sabotaje, pensó la morena, tomando el lado izquierdo de su pasillo, caminando hacia los sonidos de pelea.

Abrió los ojos, dando un paso hacia atrás, cuando dos soldados se estrellaron contra la pared, cayendo inconscientes.

Drew se movió, evadiendo un brazo que la hubiera tomado y saltó hacia atrás, derrapando para evadir un segundo golpe y un rodillazo que sintió en su estómago, siendo empujada. Su atacante, una mujer con aspecto de vagabunda y cabello negro, realmente no paró con eso. Tomó a Drew del cabello y de un movimiento, la estampó con un estante donde había un extintor, rompiendo el cristal con su rostro. Jessica sentía los cristales entra en su piel, cortándola.

Arma XWhere stories live. Discover now