Soy Uzumaki Naruto

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Fuego. Veía el fuego crepitar, alzándose hacia el cielo creando aquella capa de humo oscura que parecía haber vuelto el cielo incluso más oscuro, mucho más que solo una tormenta, que una nevada al día siguiente. Su nariz mejorada captaba cada aroma de aquel lugar. La sangre. El sudor. La pólvora. No había un solo matiz que se le escapara. Todo estaba entrando en su olfato animal, como el de un perro salvaje entrenado. Se guiaba por los instintos.

Ojos azules observaban la destrucción, el enorme hueco que hacía quedado sobre ellos mientras la lluvia caía sobre ellos, empapándolos. Sentía su cabello usualmente desordenado completamente liso, pegado a su frente, cayendo sobre sus ojos que miraban el cielo; un cielo que ahora estaba cobrando un significado para él. Tenía catorce años. Había vivido encerrado en aquellas paredes por la mayor parte de su tiempo, encerrado de una cápsula sin ser consciente de lo que era...de quien era. Ahora tenía consciencia. Podía pensar por sí mismo...lo hacía completamente. No podía dejar a un lado aquel sentimiento de libertad, poder sentir el aire rozando su rostro mientras era observado sin ser visto como un arma, siendo un adolescente normal.

Ir a clase. Salir con chicas. Ser regañado por su madre. Poder entrenar con su padre. Cosas simples que todos los chicos normales habían vivido y de las que él había sido privado desde que nació y con las que soñó inconscientemente todas las noches, encerrado en su oscura y húmeda habitación.

Era hermoso. Su madre. Su padre. Ambos eran maravillosos. Él era un asesino. Había matado a miles de personas. Sentía la sangre escurrí por sus dedos. Podía sentir el líquido acariciando sus garras. Aun estaban extendidas de su pelea con Herbert Wyndham. Aquel bastardo había escapado de aquel lugar con todos los datos del valioso Proyecto X de Hydra.

Nadie pudo hacer nada. Él escapó y ellos solo habían aplazado los planes del Alto Evolucionador sobre la Tierra, sus deseos de crear una raza superior.

Respiró hondo. Relajó cada músculo de su cuerpo. Bajó el rostro sintiendo como el agua caía por su rostro, por su torso desnudo y cubierto ligeramente por unos jirones destrozados de tela. Unos jeans destrozados eran toda su vestimenta.

Snikt

Las garras desaparecieron. Uzumaki Naruto cerró los ojos por unos segundos, respirando solamente por la nariz, mostrándose como el vaho se formaba por el frío ambiente. Le gustaba el agua. La lluvia deshacía sus pensamientos oscuros y le permitían ver un mundo más luminoso. O al menos lo suficiente que sus ojos pudieran alcanzar.

―¡El bastardo de Abominación se ha escapado!―Wade Wilson había declarado con una voz estrepitosa, mostrando su traje destrozado ligeramente y señalando a un Abominación que caminaba hacia la salida, escapando de ellos.

Héroes. Villanos. Todas las treguas se habían desvanecido nada más el Alto Evolucionador se había marchado de la zona de conflicto, dejándoles a ellos cargar con todo aquel destrozo y todas las muertes. Era claro que Abominación terminaría escapándose de aquel lugar y a él le extrañaba que Tony Masters no hubiera huido del lugar.

―Wade. Cálmate―Neena Thurman pidió mirando duramente a su compañero mutante, quien no paraba de mover carteles con flechas apuntando a Emil Blonsky mientras corría hacia la salida, escalando por un trozo de techo que se había transformado en una rampa.

―Wade―carraspeó para aclarar su garganta. No apartó los ojos del lugar por donde Helbert Wyndham había desaparecido en su nave espacial. Naruto realmente estaba molesto. Aquello no había entrado dentro de sus planes ni en los de nadie. ¿Construir una nave espacial para huir al espacio? No, realmente era ridículo en pensar que eso era un plan B―. ¿Puedes detener tu coreografía? Molestas.

Arma XOù les histoires vivent. Découvrez maintenant