Reencuentro

1.9K 205 10
                                    

Cuando alguien se propone lanzarse contra una mafia, un grupo címinal o alguien inmensamente poderoso como lo era el Kingpin en Nueva York, no podía hacerlo a la ligara. Debía conocer las rutinas de sus hombres, las rutas que usaban en el transporte, conocer cada lugar que el mismo Kingpin frecuentaba para poder tomarlo. Había que buscar pruebas, hacer una planificación para poder derrumbar a enemigos poderosos. Alguien como Wilson Fisk (si realmente era el Kingpin), no era un hombre idiota, un necio que dejara pistas. Nadie quería decir nada o sabía algo sobre el criminal más poderoso de la ciudad. Cada camello o ladronzuelo, simplemente temblaba como una hoja si se les preguntaba. Usar algo contra personas así de temidas, era prácticamente imposible.

Kingpin era temido. No como un criminal mundial que pudiera arrasar con el mundo, como Loki mostró cuando atacó no solamente Nueva York, si no que otras ciudades del mundo, partes vitales para los planes de un ser...superior y que Hydra aprovechó completamente para aumentar su poder antes de salir a la luz. Pero aunque no era como los Chitauri, como Loki o como Hydra, Kingpin era temido de otro modo mucho más...efectivo. Mientras que Loki, los Chitauri e Hydra eran conocidos por el mundo entero, sabiendo como eran sus rostros (identificando a los activos de Hydra por el logo de la organización) y lo que harían, nadie sabía como o quien era el Kingpin. Mantenía su identidad celada, oculta del mundo entero y sin que nadie fuera de su círculo más estrecho, lo supiera. Las personas que pudieran unir a Wilson Fisk como el Kingpin, probablemente eran contadas con los dedos de una única mano y no habría más a menos que otra persona pudiera ganarse la confianza del hombre más poderoso en Nueva York.

El Rey del Crimen movía toneladas de cocaína por la ciudad, untando a cada agente que pudiera, a los jueces y cada guardia de tráfico para mover sus cargas. Nadie detendría a los hombres del Kingpin en un radio de varias manzanas. No habría polis llegando a las zonas de lucha. No habría bomberos que salvaran a personas de incendios que beneficiaran al Rey de Nueva York. Kingpin silbaba y tendría a cientos de personas lamiendo sus zapatos.

Todo hombre disfrutaba con mandar sobre personas, y Kingpin no era la excepción. Pero había algo distinto. Kingpin era culto, un hombre de mundo, con la completa lealtad de sus hombres. Pocos lo abandonarían por otro jefe rival o por Hydra o cualquier organización criminal del mundo. Respetaban al Kingpin. Seguían al Rey del Crimen hasta sus últimos alientos.

Derribar a un hombre de tal magnitud, no sería algo sencillo, algo de un simple día. Si se tenía suerte, en una semana Kingpin sería revelado al mundo.

Pero la suerte no existía cuando había hombres poderosos. Los héroes no estaban acompañados de un duendecillo o un trébol de cuatro hojas que los pudieran dar un poco de suerte. Si tuvieran a Dominó, tal vez todo sería demasiado distinto. La mutante de la suerte, derribaría completamente a Kingpin simplemente caminando por Hell's Kitchen y Daredevil, X-9 y X-23 solamente tendrían que mirar, con un paquete de palomitas en la mano (como Deadpool hizo miles de veces).

Lastimosamente, Dominó estaba del lado de Hydra bajo contrato y no sabía donde estaba su compañero de equipo, el arma de Hydra, obligando a los que quisieran hacer caer a un rey, a trabajar mucho más duro, sudar sangre buscando pruebas.

¿Y cómo se buscaba pruebas?

Si hubiera sido un crimen, se seguirían pautas. No habría problema de muerte y los investigadores eran pagados y no corrían riesgos a la hora de hacer su trabajo.

Pero no era un crimen.

Desenmascarar a un hombre como Wilson Fisk era mucho más complicado. No había pruebas. No se le había visto junto a los habituales hombres de los bajo fondos. No se le vinculaba con crimen o infracción alguna. Estaba limpio a los ojos de la ley y Nueva York lo amaba, incluyendo a cada persona de Hell's Kitchen, a pesar de los improperios que el inmenso hombre (dos metros de alto y un peso de doscientos kilos, pesando más que Logan con adamantium quien pesa ciento treinta y seis con el adamantium) lanzó sobre el guardián de Hell's Kitchen, el Diablo de la Cocina del Infierno, el infame Daredevil, quien era tomando como un matón, alguien que dejaba a personas con huesos rotos en el hospital, sangrando, lastimados y no pudiendo dar de comer a sus familiares.

Arma XWhere stories live. Discover now