04

261 54 2
                                    

El día más anhelado por los fanáticos de Kang  había llegado.
De la misma manera que Hitomi, TaeHyun y dos de sus guardias de seguridad se encontraban en la librería. Obviamente el dueño de la tienda se encontraba con ellos haciendo una mueca desde su sitio de trabajo mientras recargaba todo el peso de su rostro al puño de su mano mirando como aquellos se organizaban.

Observó aquel libro que tenía autografiado y lo guardó rápidamente en su mochila escolar. Así nadie se daría cuenta que comenzaría a leerlo.

-¿Está todo listo?.-Preguntó la chica tachando en una lista todas las cosas que ya tenían preparadas y colocadas en su lugar respectivo.

-Perfecto.-Aclaró TaeHyun mientras se colocaba en su sitio.-Aunque...tendré sed. Necesito agua.

-Beom, Tae quiere agua. Trae una bien fría.

-Temperatura ambiente por favor, no quiero arruinar mi garganta.

BeomGyu escuchó aquello y solo permaneció en su sitio, pero ante la mirada aterradora de los guardias de seguridad, aquel soltó un suspiro y se puso de pie para dirigirse a la tienda de convivencia más cercana.

Compró algunas aguas y regresó a su local donde quedó totalmente inmóvil al ver la larga línea de personas, quienes esperaban poder conocer a su escritor favorito.

Fue todo una odisea haber pasado por aquellos fanáticos, pero no imposible hacerlo.
Una vez dentro, entregó las aguas soltando un bufido al escuchar que la mujer le daba órdenes.

Rodó los ojos y no aceptó, ni siquiera se movió de su sitio.
Así que tomó un libro que se encontró a la mano y sin leer el título comenzó a leerlo, mientras las personas entraban.

-¿Dios? ¿Calismanes de la buena suerte? Pff... Son puras tonterías.-Habló para sí mismo leyendo aquel libro de cincuenta y seis páginas. Demasiado corto a decir verdad.

Las horas pasaron, los minutos transcurrieron y el tiktok del reloj no se detenía, solo interpretaba el ruido que hacía el tiempo al pasar.

Una vez que la última persona se fue, BeomGyu había terminado aquel libro.

-El peor libro de mi vida. ¿Por qué lo vendo?.

-¡Terminamos!, buen trabajo. Iré a tomar aire chicos.-Hablaba la mujer mientras realizaba algunos estiramientos para liberar el estrés del cuello y espalda con algunos ejercicios. Saliendo de aquel local.

Los guardias de seguridad también decidieron salir a tomar aire. De esta manera cuidaran de que ningún extraño se adentrara a la tienda, (donde estaba aquella celebridad de la literatura). Era como tener a Stephenie Meyer ahí mismo.

-¿Leías mi libro?-Con una sonrisa coqueta, se acercaba el artista ante aquella persona que estaba bebiendo de una botella de 500 mililitros agua potable.

-Creo que tu libro hubiera sido una mejor opción que leer esta basura.

-Ningun libro es basura. Simplemente no eres el adecuado para entender lo que leés.

-Cierto.-Era realmente difícil aceptar cuando había cometido un error. Pero realmente TaeHyun tenía razón en sus palabras. Ninguna literatura es bazofia. Simplemente no se dirige a todo tipo de lectores. Debe ser uno en especial con el cual pueda comprender y apreciar aquellos escritos.

-¿Magia? ¿Energías? ¿Limpias? ¿Tarot?.-Se burlaba TaeHyun al leer las letras pequeñas que tenía aquel libro en la cubierta.

Y en efecto trataba de aquello, lo escribía con letras blancas y su cubierta era azul índigo con el dibujo de los signos zodiacales griegos.

-¿Tu crees en estas cosas?.

-La vida es un total misterio. Realmente no tengo respuesta a tu pregunta. Cada quien tiene sus propias teorías ¿no?.

-¿La magia existe?.

-No soy un brujo. Yo no sé.

Entonces debería ir con uno, para comprobar si este libro no contiene fraudes.
Pensó aquel chico que había leído aquellas cosas bastante místicas.

-¿No me digas que tu si crees en la lectura de cartas y de manos? ¿De verdad piensas que alguien te dirá tu futuro económico y/o amoroso?.-Hablaba sorprendido entre carcajadas aquel chico mientras tomaba una silla para sentarse a lado de aquel que tenía tantas preguntas.

-En realidad, no creo en hadas, ni en duendes, ni espectros, ni en cualquier otro ser divino o mitológico. ¿Atenea, Odin, Dios, Dyehuty, Quetzalcóatl, Minerva, Ganesha realmente existen? Si fuera así, cumplirían con su labor de dar sabiduría a los humanos ¿no crees?, viviríamos en un mundo totalmente distinto. No habría maldad.

A TaeHyun le había tomado por sorpresa escuchar aquello. Jamás se le vino a la mente que él fuera a decir una cosa como esa. Pero prefería no meterse en temas religiosos y dejarlo a su decisión.

-Ya lo dije. Cada quien piensa lo que quiere. O lo que le conviene.

BeomGyu tenía bastantes dudas respecto a aquello que leyó, por lo cual estaba decidido a que esa misma tarde pasaría en busca de ayuda.

De pronto, un silencio se presentó por parte de ambos. Uno no sabía que decir, mientras que el otro simplemente permanecía encerrado en sus pensamientos. Aquel libro le había dejado bastante intrigado respecto a aquellos temas. Pues bien él siempre ha creído en lo que ve y no en fantasías. Tal vez educarse con su abuelo le había provocado ser una persona escéptica.

-BeomGyu...-Susurró de pronto TaeHyun mientras levantaba su mirada y colocarla directamente en los ojos del chico contrario.-Será mi última vez que te vea.

El nombrado al darse cuenta que tenía razón, levantó la mirada provocando que ambos volvieran a sentir aquella conexión. Era como si uno fuera la energía positiva y el contrario la negativa, ambos se atraían, había una fuerza que anhelaba los deseos del otro. Aquel duo sabían lo que les ocurría pero no pronuncian ninguna palabra. Fingian demencia.
TaeHyun siendo el más curioso decidió colocar su mano delicadamente sobre la mejilla del chico frente suyo.
Había algo que le hacía querer saber lo que ocurría, pero lo negaba.

Por el lado de BeomGyu su corazón había comenzado a bombear rápidamente, estaba nervioso de aquel tacto que tenía.
Ambos seguían perdidos en los ojos del contrario.

-¿Beom?.-Susurró aquel castaño colocando su otra mano en la mejilla del contrario.

-¿S...si Tae?.-Sin pensarlo habló en tartamudeo.

Las fuerzas contrarias se atraen.
Las distancias de ambos estaba realmente cercar. Se sentían débiles y conforme a más tiempo que se tocaban su vista se hacía borrosa junto a un terrible dolor de cabeza provocando que ambos cayeran al suelo. Y a un profundo sueño sin motivos.

Imágenes de una persona corriendo, con el aliento agitado y sin rumbo, huía de la otra.
Ninguno de los dos tenía rostro, estaba completamente borroso, no podías saber quiénes eran aquellas personas.

-¡Te odio!.

No sabían quienes eran las personas que corrían, pero sí lograron diferenciar de quienes eran las voces. Que los aturdian.

🌺
¡ESTA HISTORIA SE ACTUALIZA LOS MIÉRCOLES Y DOMINGOS!
Gracias

Mi Pequeño Fraude (TaeGyu) Where stories live. Discover now