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Ambos sujetos a un lado de un estante se encontraban sentados en el suelo. Uno colocaba su cabeza en el hombro del sujeto, mientras que el contrario simplemente dejaba caer su cabeza contra la del chico. Tenían sus manos unidas y sobre todo, se aspiraba un aura de amor.

Había silencio, pues se encontraban en aquella librería, había tranquilidad y eso les agradaba. Ningún cliente se había aproximado, por lo cual ellos pudieron estar tranquilos.

Uno de los chicos tenía en su mano libre, un conjunto de hojas perforadas y unidas con un simple estambre rojo que por decoración formaba un lindo moño o lazo.

Leía y leía. Sus ojos se dirigían de izquierda a derecha. Respetaba cada signo de puntuación, e incluso mentalmente interpretaba las voces de los personajes. Aquello que leía mostraba muy bien los sentimientos a los cuales se quería dar a conocer. Así que podía sentir su propio corazón palpitar contento.

Mientras que el otro sujeto, leía un libro de pasta amarilla plátano, letras en cursiva negras señalando el título y un cuadro en su centro azul cielo con unas nubes y una hermosa cabaña en el interior de la forma geométrica azulada.

-Terminé.-Mencionó BeomGyu cerrando aquel conjunto de hojas y mirar al chico lector de su lado.

TaeHyun cerró el libro amarillo y decidió levantar una de sus cejas para mirarle exactamente a los ojos.

-¿Qué opinas?.

BeomGyu simplemente sonrió y se acercó suavemente a besar su mejilla con tanta delicadeza. Como si aquel que estaba a su lado fuera de porcelana y en cualquier movimiento brusco pudiera romperse.

-Me gusta. Es diferente a los otros libros que tienes. Y... La descripción de los personajes. Somos totalmente  nosotros.

-Lo captaste.-Asintió contento de que había realizado un buen trabajo, sin embargo su sonrisa se eliminó al instante.-Aún tengo miedo de publicarlo.

-Descuida. Este borrador es perfecto. No lo dudes.

-No sé qué dirán los fans o peor, mis padres. Le temo a ello.

BeomGyu colocó sus manos sobre las mejillas del sujeto a su lado y besó la punta de su nariz para hablarle muy sonriente.

-No importa la opinión de los demás, nos tenemos a nosotros. Que es lo que verdaderamente importa.

-Y de verdad lo disfruto.-Mencionó robándole uno que otro beso. Ambos rieron y BeomGyu dejó caer su cuerpo. Colocando ahora, su cabeza sobre los muslos TaeHyun. El castaño, simplemente se dedicó en dar caricias al cabello del peli negro.

Ambos se sentían en una épica escena de algún drama romántico. Pues al parecer no mentían los actores. Sus ojos brillaban y había un aura tan tranquila, bastante conforme, que se sentía de maravilla. Perfecta, mejor dicho.
El rostro de ambos seguía rojizo y sus corazones se unían a una hermosa melodía que palpitaba cada vez que ambos se miraban entre sí.

¿Así se describe el amor?.
Fue el título perfecto que TaeHyun se decidió ponerle a su nueva obra.

Y a pesar de que haya parecido que lo escribió bastante rápido. Lo que le motivó y le hizo lograr a realizarlo, fue el amor.
El amor que tenía por BeomGyu, era aquel amor que poco a poco iba creciendo y convirtiéndose cada vez en algo más grande y presente a su vida diaria. Un verdadero sentimiento del cual no se arrepentían de percibir.

-Te amo.

Solo hacía falta aquella hermosa palabra para que el ambiente continuará en su mismo sitio.

-Y yo a ti.

Dicha respuesta, TaeHyun agachó su cabeza para lograr llegar a los del peli negro y darle un beso en los labios. Sintiendolo tan bien, como el probar la crema batida suave y delicada de algún postre dulce, con aquella mezcla blanca y esponjosa.

-¿Qué fue aquello que te dijeron tus padres?.-Después de un corto silencio, se atrevió a preguntar aquel castaño.

BeomGyu simplemente sonrió contento y respondió de manera alegre. Tal vez nunca se había visto de esa forma, como ahora lo estaba. Pues anteriormente a simple vista parecía ser una persona totalmente triste, solitaria y apagada. No había nadie para él. Sin embargo, TaeHyun se convirtió en aquel faro de luz que lo iluminó. Al camino del amor. Y de la felicidad. Por el cual, no quería alejarse de ahí. Anhelaba permanecer, quería aferrarse a él y no volver a girar al rumbo de la oscuridad.

-Volverán a estar juntos. Papá dijo que su departamento es más grande. Así que tal vez tengamos que mudarnos allá. No queda muy lejos del instituto. Así que algún día, no muy lejano, te llevaré.

-¡Eso es estupendo!, dales mis felicitaciones, por mi parte.

-Lo haré.-TaeHyun al verlo, no soportó más y soltó unas risitas.-¿Qué sucede?.

-Nada, es solo que... Solo que... Te ves bastante adorable. Tu sonrisa en tu rostro te hace verte demasiado tierno. Como un niño pequeño feliz en una mañana de navidad.

-Jamás tuve una de esas mañanas. Creo que ahora las estoy teniendo, contigo a mi lado.

Ambos se sonrieron entre sí y soltando un suspiro continuaron disfrutando de la compañía que se daban entre ambos.

Tan solo esperaron unos minutos y el teléfono celular de BeomGyu comenzó a sonar. Aquel ring tone no era para nada lindo. Era demasiado escandalosos. Podrías despertar una manada de osos perozosos con ese timbre.
Debido a lo estrepitoso que había sido. Ambos salieron de su burbuja rosada.

Aquel dueño del teléfono, se decidió en contestar  y una vez que colocó su celular a lado de su oreja.
Escuchó unas palabras que desearía no haber oído nunca en su vida.
Gracias a aquella llamada. Su tarde se arruinó por completo.

Su corazón comenzó a latir millonésimas de veces a cada segundo. Ninguna palabra salía de su boca, estaba completamente paralizado de escuchar aquellas palabras.

TaeHyun aterrado de verlo, tomó el teléfono celular logrando escuchar el motivo por el cual su novio se encontraba de esa manera.

Ambos preocupados se pusieron de pie y rápidamente salieron de aquel sitio, asegurándose de cerrar bien el lugar.

Mi Pequeño Fraude (TaeGyu) Where stories live. Discover now