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-¿una cita?.

-Claro. Tu y yo.

TaeHyun simplemente sonrió y con movimientos en su cabeza asentía contento de que aquel día había llegado para él.
Soltó un suspiro y tomando la mano del sujeto caminó con él saliendo del centro comercial.

BeomGyu no mencionó nada y se dejó llevar. Después de todo, sentía como su corazón bombeaba alegre. Él no sabía la razón por la cual su organismo actuaba de tal manera, pues con Hitomi no hacía lo mismo. Con ella se sentía completamente diferente a comparación de su estadía con el escritor. Una parte de él le hacía sentirse feliz. Pero a la misma vez se sentía confundido.

-Espera.-Detuvo el camino aquel pelinegro sacando las llaves de su sitio de trabajo.-Dejaremos las compras aquí.

-Iremos más cómodos.-Sonrió aquel sujeto sonriente.

Dejaron las compras en aquella tienda y ambos salieron caminando en dirección a un lugar que estaba completamente solo, ninguna persona se ubicaba cerca. Sin embargo no era tenebroso, la luz del sol estaba en su punto y estaban rodeados de la belleza natural que es la flora.

-Es hermoso.-Exclamó teniendo un brillo en su mirada, aquel pelinegro.

-No tanto como tú.-Respondió con simpleza aquel que le acompañaba acercándose a este con una sonrisa sincera.

BeomGyu tras escuchar aquellas palabras, sus mejillas rápidamente se tornaron rojizas.
Quería ocultar su rostro, pero no había sitio donde esconderlo.

En aquel mismo campo verde lleno de plantas y belleza natural, se encontraba una pequeña cabaña muy pintoresca, digna para ser fotografiada o pintarla. Ya que los colores de las flores hacían resaltar mucho el sitio. Provocando que se viera totalmente espléndido.

Aquella cabaña, no era más que un simple sitio donde vendían helados.
Podrías comprar uno y relajarte admirando del paisaje. Y mirar a aquellos insectos como mariposas o abejas quienes podrías encontrar en aquel sitio. Disfrutando como un humano lo haría.

Aquella dupla se dirigió en búsqueda de su helado.
Una vez que tuvieron su postre frío en sus manos se dirigieron a comerlo en el exterior. Tomando asiento, en una de esas sillas y mesas blancas hechas de aluminio fundido, con un bello diseño.

Ambos se encontraban muy sonrientes, (a pesar de que uno estaba nervioso).
BeomGyu cuidadosamente dio una probada de su helado, siendo cauteloso de no manchar su mejilla.

-Beom...

-¿Si?.-Debido a que aquel sabor era su favorito, se había enfocado en comerlo, que no le prestaba tanta atención a su compañero. E incluso estaba dispuesto a decir que se había olvidado de este.

-Hay algo que quiero decirte.

-¿Ah si?. ¿Qué es?.

-Pues...-TaeHyun se acercó colocando su mano sobre la mejilla del contrario, y dejar su sonrisa intacta, para no borrarla.

-Come de tu helado, se te hará agua pronto.-Hablaba nervioso BeomGyu, ya que aquella cercanía lo dejaba intranquilo.

TaeHyun no eliminaría aquella sonrisa, simplemente acercó sus labios al helado contrario y sin temor dio una probada. Dejando a un insatisfecho Choi.

-¡Hey! ¡Es mío! ¡Tu tienes el tuyo!.

-Pero es más rico el tuyo.

-¡Tonto!, debiste de escoger este sabor. No aquel que tienes tú.

-No es eso. Creo que...este helado es más delicioso porque tiene sabor a ti.

BeomGyu al escuchar aquellas palabras, se quedó totalmente confundido ya que no se esperaba una respuesta como esa.

Debía de responder, pero nada salía de su boca. Así que no le quedó de otra, mas que hacer un puchero.

TaeHyun soltó una pequeña carcajada al verlo, para después separarse y colocarse en su sitio adecuadamente. Comenzando a comer de su propio postre congelado.

-Y.... ¿Qué era aquello tan importante que querías decirme?.

-Bueno...-Realizó una pausa de unos diez segundos para después abrir sus ojos en grande.-Ti...tienes una abe...abeja en tu nariz.-Señalaba mostrándose asustado por su acompañante.

En el momento que BeomGyu abrió la boca listo para gritar, rápidamente TaeHyun le recomendó que era mejor mantenerse quieto.

-No te muevas.-Susurraba mientras se acercaba al contrario, lentamente.-Cierra los ojos, te quitaré aquella abeja.

BeomGyu debido al miedo que tenía, simplemente obedeció, sin saber la razón por la cual tenía que cerrar sus párpados.
Poco a poco comenzaba a sentir la respiración de TaeHyun. Pero el peli negro tenía demasiado miedo que no se atrevió en ver aquel insecto.

Sus labios estaban entre abiertos, sin embargo, en cuestión de segundos. Sintió como otro par de belfos se colocaban junto a los suyos.

No entendía la razón, pero no le incomodaba. Al igual que, no tenía ningún motivo para abrir sus ojos y retirarse de aquel acto. A decir verdad, quería más.

Aunque aquel dúo sintiera que aquello había durado una hora. En realidad había sido muy poco tiempo, lo que duraron con sus labios unidos al otro.

En el momento que TaeHyun se separó sonrió mirando al sujeto que tenía frente suyo. Este ya no tenía sus mejillas rojas. Ahora todo su rostro estaba de ese color.

-Al parecer, no era una abeja. Era helado que tenías.

A pesar de que BeomGyu quisiera reír por aquella excusa tonta, no lo logró, pues estaba totalmente inmóvil.

-¿En la nariz?.

-¿Dije que la tenías en la nariz, cierto?.-De nuevo levantó su rostro y se acercó, ahora no besaría sus labios, sino que sus labios habían depositado un beso en aquella parte de su cuerpo arriba de sus fosas nasales.-¡Listo!. Ahora, lo único que tienes, es un bello rostro rojizo.

-¿Ro...rojizo?.-BeomGyu no soportó más y dejó caer su frente contra la mesa. Era el único sitio donde podía ocultarse.

TaeHyun de nuevo había reído. Realmente disfrutaba de ver al chico de esa manera.

-Beom, sino terminas tu helado pronto se hará líquido y ya no será un helado. Entonces habré gastado dinero.

Aquel mencionado levantó su cabeza y miró su mano donde estaba aquel helado, soltó un suspiro y continuó comiendo lo. Mientras admiraba a la naturaleza. A pesar de que TaeHyun siguiera con su mirada a la del chico frente suyo.

Su día no había finalizado ahí, pues también habían tomado algunas fotografías como recuerdos de lo que ocurrió ese día.
No hubo ninguna queja, por lo cual había sido bastante agradable para ambos.

TaeHyun era un insistente, así que no dejó que BeomGyu regresara sólo a su hogar. Sino que este le acompañó.

-No tenías porque seguirme.

-Te estoy cuidando.

-¿Y por qué?.

-Porque este mundo es malo. Debes tener cuidado con las personas que te rodean o podrían hacerte daño.-Su sonrisa se había eliminado en un instante, a la vez que su voz había cambiado a una más profunda.

Era extraño, pero podía sentirse un aura negra rodearlos.

BeomGyu se había percatado de ello, por lo cual le dejó pensativo.
¿Qué era Kang TaeHyun?

La voz femenina de la señora Choi había interrumpido a las personas quienes estaban en la entrada despidiendose uno del otro. Provocando que el aura se alejara y de nuevo sonriera aquel agradable castaño.

-¿TaeHyun? ¿Por qué no te quedas esta noche con nosotros?.

-¡No mamá!.

-Le pregunté a TaeHyun, no a ti. Niño grosero.-Habló en tono juguetón aquella mujer dándole un inofensivo zape a su hijo que se negaba de la compañía del castaño.

-Pues...

Mi Pequeño Fraude (TaeGyu) Where stories live. Discover now