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"Cuidado con Choi"

Recibió de mensaje aquella chica, en el momento en que ella se había levantado a su visita al sanitario.

Simplemente iba a revisar si su maquillaje se encontraba en orden. En cuanto escuchó su móvil. Lo cual la dejó bastante intrigada.
Pues si no recordaba mal. Aquel trío que la esperaba afuera llevaban el apellido Choi.

Realmente aquel mensaje le aterró unos segundos, pues bien, no sabía a cuál de los tres se refería.

En el momento que salió y escuchó aquella pregunta, no se molestó en cuestionar acerca de lo que hablaban aquellas personas, simplemente la paso por alto. Y decidió hacer caso al mensaje y apartarse de aquel trío.

En el momento en que BeomGyu se había despedido de ella, realmente había puesto su corazón a cantar de felicidad.

Pues Hitomi, estaba segura de que no corría peligro con Choi BeomGyu. Sabía que él era bueno. Entonces... ¿De quién debía cuidarse?.

Todo el camino se había ido pensando en eso.
Si su novio ya estaba descartado, y quedaban otros dos más. Debía seleccionar uno.
Recordó que YeonJun había sido demasiado amigable con ella e incluso trató de protegerla, ante los actos violentos de Beom.
Por lo cual le quedaba un chico. SooBin. Pero aquel, tenía un rostro inocente, era bastante apuesto. Sin embargo no se veía capaz de ser mal sujeto.

Así que comenzaba a creer que todo eran pura engañifa. Y no debía caer en aquellas trampas de los mensajes desconocidos.

Mientras caminaba a su casa, sintió unos pasos por detrás suyo. Eso realmente le asustó demasiado que prefirió correr.
Corrió lo más lejos posible, al punto de llegar a un sitio donde no conocía. (después de todo había olvidado andar por las calles de Seúl).

-¿En dónde estoy?.-Se preguntó a pesar de que no existiera gente en el sitio donde estaba.

Su corazón latía preocupado. Pues estaba más que aterrorizada.
Así que respiró hondo tratando de relajarse, para después caminar sin rumbo esperando encontrar una salida de aquel lugar.

Recordó su teléfono móvil, así que se decidió a sacarlo para revisar el lugar en que se encontraba. Sin embargo ya su batería estaba totalmente muerta. No había carga suficiente como para revisar y verificar el sitio al que deseaba ir.

-¿Estás perdida?.

-¿TaeHyun?.-La mujer se quedó paralizada al ver aquel sujeto que le hablaba, bajo la luz de un poste con iluminación pública.-¿Qué haces aquí?.

Aquel sujeto simplemente sonrió y se acercó a la chica, con el fin de susurrarle algunas palabras. Al oído de esta.

BeomGyu se había ido a su casa pensativo. Aún tenía la intriga acerca de lo que le había sucedido a TaeHyun. Se le hacía extraño no verlo, pero lo peor de todo y lo más insólito, se trataba de que tenía un pequeño deseo de ver a su castaño. Ver aquella sonrisa, esos ojos y sobre todo sentir su compañía que le hacía bastante bien. Pues se relajaba demasiado.

Al darse cuenta de sus propios pensamientos, comenzó a negarse varias veces y continuar caminando.

Sin embargo, una vez que llegó a su departamento se había decidido en llamarle a YeonJun, para que este le diera el número telefónico de TaeHyun. Pues bien, nunca se lo había pedido.
Al obtenerlo decidió no perder el tiempo y le llamó. Pues sabía que con sólo escuchar su voz, se sentiría bastante feliz.

Primer intento. Fallido.
Segundo intento. Fallido.
Tercero... Fallido.

TaeHyun no tomaba las llamadas. Así que cabizbajo se había dirigido a su casa.

Las habitaciones estaban oscuras. Era de suponerse que su abuelo estaba dormido y su madre aún no llegaba a casa, está solía tardar mucho en llegar. En algunas ocasiones. Y aquel chico jamás sabía el motivo. Simplemente pensaba que era debido al trabajo, pues esa es la vida completa de su madre.

Caminó cautelosamente a su habitación. Recordando la noche en que había pasado con aquel chico que extrañaba.

En su cama no podía estar tranquilo, así que se decidió en tirar sus cobertores y dormir en el suelo como anteriormente lo había hecho. A diferencia de la vez pasada, es que ahora dormiría solo. Sin la compañía de nadie.
Solo, como un oso sin manada. Solitario disfrutando de la soledad que le rodea. Antes, BeomGyu amaba esos momentos. Pero ahora que conocía mejor a TaeHyun no pensaba lo mismo.

Las horas pasaban y él seguía con sus ojos abiertos, revisando su celular a cada minuto, esperando que TaeHyun le devolviera las llamadas. O aquellos mensajes.

Escuchó ruido en su casa, así que decidió salir de su habitación y revisar que era aquel escándalo. (tal vez no era mucho, pero aquel chico lo sentía de esa manera).

-¿mamá?.-Preguntó intrigado, pues había visto la sombra de su madre, pero debía de asegurarse de que era ella.

-¿Hijo?, ¿qué haces despierto?.

-No podía dormir. Pero ¿usted que hace despierta? Son las.-Detuvo unos segundos su hablar, para mirar al reloj que tenía cerca en una pared donde observó la hora.-Tres quince de la mañana.

-Tenía que ver si el abuelo estaba bien.

-La habitación del abuelo no se encuentra en la sala de estar. ¿Qué haces mamá?.

La mujer estaba nerviosa, por lo que dejó caer algo que sostenía en sus manos. Debido a que no estaba encendida la luz. BeomGyu no logró ver aquel objeto. Pero había sonado como un colgante con un pequeño dije. Lo cual le dejó bastante intrigado, así que no dudó en dirigirse a encender el bombillo, para lograr iluminar la habitación.

-Te escuché hablar con TaeHyun. La vez pasada. Dime que es lo que ocultas.-Exactamente, fue una afirmación. Aquel chico de verdad estaba desesperado por saber que era lo que ocurría en realidad.

-BeomGyu, ve a la cama. En este instante.-Aquella mujer no había alzado su voz en manera de regaño. Pero ahora lo hacía tratando de reprimir a su hijo único.

-No soy un niñito al cual puedas manipular. ¡Dime la verdad ahora mismo!.

-BeomGyu...-Susurró sorprendida por la manera en que le hablaba su hijo. Pues jamás le había contestado de esa forma. Sus ojos se cristalizaron.

Aquel no tuvo ni un poco de compasión. Simplemente mantuvo su mirada firme. Acercándose a aquello que había caído.
En efecto, sus oídos no le mintieron. De verdad era un colgante de cadena con un dije circular, tenía escrito un carácter chino. Por el cual no logró comprender que era lo que decía.

-¿Qué es esto?.-No se rendía. A pesar de que su madre evadía cualquier pregunta.

La mujer se sentía ofendida, así que simplemente caminó en dirección a la cocina y sirvió un vaso de agua para beberlo.
Seguido de su hijo que seguía insistiendo alguna respuesta.

-Mamá...dímelo por favor.

La palabra que nunca había dicho, la había mencionado en ese preciso momento. Lo cual la mujer abrió su boca y habló en un tono de voz muy severo. Casi inaudible para un oído humano.

Sin embargo BeomGyu escuchó claramente. Dejando caer aquella cadena decorativa que tenía en sus manos.

Mi Pequeño Fraude (TaeGyu) Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang